El mundo concentra sus miradas en las elecciones de octubre en Iraq. Pero muchos han olvidado la cercanía de otros comicios también muy importantes: los de Haití, el primer país de América después de Estados Unidos en declarar su independencia.
El 13 de noviembre, Haití celebrará sus primeras elecciones desde que el presidente Jean-Bertrand Aristide fuera obligado a abandonar el cargo el 29 de febrero de 2004 y conducido por las fuerzas de Estados Unidos en un avión a República Centroafricana.
Un documental titulado «Unfinished Country» («El país inconcluso»), que será estrenado en televisión el 6 de este mes, aborda los problemas de Haití para crear una democracia durante décadas de violencia y negligencia de las autoridades.
En sus 200 años de vida independiente, Haití ha tenido 44 mandatarios, de los cuales sólo siete terminaron sus periodos de gobierno.
Jane Regan, una ex corresponsal de la agencia de noticias IPS en Haití y coproductora del documental, explicó que su objetivo fue entrevistar a cuatro o cinco personas que «ofrecieran una visión representativa del caleidoscopio que es la sociedad haitiana».
«Sólo logramos esto parcialmente, porque no encontramos a ningún campesino o a otra persona que representara el sector rural, lo que los haitianos llaman ‘el país fuera del país», dijo a IPS.
Regan entrevistó al líder rebelde Butteur Métayer, que en 2004 asumió la jefatura del llamado «Ejército Caníbal» y se unió en 2004 a las pandillas del rebelde Guy Philippe, ex jefe del ejército haitiano, para marchar hacia Puerto Príncipe y derrocar a Aristide.
El documental también cuenta con la opinión de Patrick Fequière, importante empresario y jefe de operaciones del Consejo Electoral Provisional, elegido por su «reputación de incorruptible» para la difícil tarea de abrir 424 centros de votación en todo el país en los próximos tres meses.
«Aun con un sistema de computación a punto como el provisto por la ONU (Organización de las Naciones Unidas), registrar a 4,5 millones de votantes, la mitad de los cuales no tienen identificación de ninguna clase, será un desafío», dice el empresario en la película.
«Está bien, soy como un perro pitbull. Seguiré mordiendo sus culos hasta que hagan lo que tienen que hacer, y lo hagan bien», añade.
También fue entrevistado Serge Cantave, miembro de la alta clase haitiana y director de un proyecto para plantación de árboles en las arrasadas colinas del país. La deforestación indiscriminada ha dejado sin árboles a 97 por ciento de la tierra de Haití.
«En Estados Unidos se referían a nuestra clase como MRE, que quiere decir la ‘más repugnante elite’. Al principio me dolió mucho, porque soy un haitiano orgulloso. Pero cuando uno analiza lo que en verdad quiere decir MRE, se da cuenta de que es muy cierto», dijo Cantave.
«Yo creo que es la primera vez en décadas en que al menos algunos miembros jóvenes de la elite comienzan a pensar en más que sus bolsillos. Creo que por fin comprenden el peligro que corre el país», dijo a IPS Daniel More, co-productor del documental.
Los realizadores del filme, realizado por las productoras estadounidenses Wozo Productions y Two Tone Productions, expresaron sus dudas sobre la posibilidad de éxito de las próximas elecciones.
«No creo que ninguno de los candidatos, que son cerca de 50, despierte entusiasmo en la población», sostuvo Regan.
«En general, las personas no confían en nadie. Ya no confían en lo poco que conocen de la democracia, sobre todo después de tantos golpes de Estado, violencia, fracasadas elecciones, mentiras y traiciones. No confían ni en los políticos, ni en la ONU ni en Estados Unidos», añadió.
Algunos de los ciudadanos entrevistados en el documental están dispuestos a acudir a las urnas, pero otros muestran indignación y desprecio hacia las nuevas autoridades.
«Hablan de elecciones, pero 80 por ciento de las personas viven en lugares como éste. ¿Podemos votar en estas condiciones? De ninguna manera», dijo Elizna Nicolas, una ex simpatizante del partido Lavalas, del depuesto Aristide, y habitante de La Saline, un asentamiento rodeado de basura.
Esta mujer trabajaba como vendedora callejera hasta que los rebeldes le robaron su camión y todos sus bienes. Ahora comparte una pequeña y oscura habitación con sus siete hijos. Todos duermen en la misma cama.
Nicolas, como miles de otras personas, se niegan a aceptar que Aristide esté fuera del gobierno, e insisten en que debe concluir su periodo de gobierno antes de que se convoquen nuevas elecciones.
Están dispuestos a boicotear los comicios, y muchos creen que pueden ser un factor clave en el fracaso de las urnas.