El día 9 de junio, la USP (Universidad de San Pablo, la mayor universidad de Brasil, con cerca de 80 mil estudiantes) fue palco de escenas que no se veían desde la dictadura militar. Decenas de policías del pelotón de choque intentaron disolver una marcha y persiguieron a estudiantes, profesores y trabajadores de la universidad […]
El día 9 de junio, la USP (Universidad de San Pablo, la mayor universidad de Brasil, con cerca de 80 mil estudiantes) fue palco de escenas que no se veían desde la dictadura militar. Decenas de policías del pelotón de choque intentaron disolver una marcha y persiguieron a estudiantes, profesores y trabajadores de la universidad por más de 1 kilómetro.
Desde la puerta de la universidad hasta el edificio del Departamento de Historia y Geografía, atacando los manifestantes con bombas de gas y de efecto moral, con balas de goma, gas de pimienta y bastones. Varias personas quedaron heridas, un estudiante fue hospitalizado y tres manifestantes fueron detenidos arbitrariamente.
Una semana antes, la rectora de la USP, Suely Vilela, había ordenado a la tropa de choque que reprimiera los piquetes de los trabajadores, que ya estaban en huelga por más de 30 días. Tradicionalmente, desde el fin de la dictadura militar la policía no interviene en las universidades brasileñas, y entra solamente en el campus si la dirección de la universidad lo pide.
La presencia de la Fuerza Táctica de la Policía Militar (Força Tática da Polícia Militar), que mantuvo sitiada a la USP con más de 150 hombres desde el día 1º, y además de eso, la agresión a centenares de estudiantes, de profesores y trabajadores del campus fueron el detonador para la explosión de la rebelión estudiantil y para el desencadenamiento de la huelga entre los estudiantes de todo el estado de São Paulo.
USP de vuelta a la dictadura
Desde hace ya algunos años que todo está siendo arbitrariamente prohibido en nombre del «buen funcionamiento de la universidad». ¡Ahora, para mantener el «buen funcionamiento de la universidad», la Rectoría mandó al pelotón de choque de la policía de São Paulo que atacara con bombas y balas de goma una movilización pacífica que ocurría dentro del campus de la universidad! La última vez que algo parecido ocurrió en la USP fue en 1968, en el auge de la dictadura, cuando tanques militares invadieron la universidad.
En nombre del «buen funcionamiento de la universidad» la Rectoría está acabando con la libertad en la USP y está promoviendo el retorno de la dictadura a la universidad.
Aún más vergonzoso es el hecho de que toda esta acción es comandada por el gobernador del estado José Serra, del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña/Partido da Social Democracia Brasileira), ex presidente de la UNE (Unión Nacional de los Estudiantes) y ex exiliado político de la dictadura militar. Serra, así como el presidente Lula del PT (Partido de los Trabajadores), gobierna abiertamente contra las libertades democráticas, contra la juventud y la clase trabajadora. Serra y Lula profundizan cada vez que más el carácter represor del Estado para contener la rebelión contra la crisis política y económica, y así preparan un retorno a la dictadura en escala nacional.
Rebelión estudiantil explota después de ataque de la policía
El resultado inmediato de la entrada de la policía en la USP fue el levantamiento de los estudiantes, que después de la ocupación del campus por la fuerza represiva, se reunieron en una asamblea con más de mil presentes decidiendo, casi por unanimidad, la huelga inmediata.
Como respuesta a la entrada de la policía en la USP, después del día 1º de junio varias asambleas de cursos y de facultades en la USP fueron decidiendo, una por una, entrar en huelga. Después del ataque de la tropa de choque en el día 9, los estudiantes cerraron una de las avenidas principales del campus e hicieron otra asamblea con cerca de mil presentes. En el día siguiente, los profesores de la USP reunieron a 400 de ellos en asamblea y decidieron por unanimidad pedir la dimisión de la rectora. Los profesores y los estudiantes de la Unicamp (Universidad de Campinas), otra importante universidad estatal de São Paulo, decidieron entrar en huelga hasta que la PM (Policía Militar) saliese de la USP, e igual sucedió en la Unesp en Marília y Assis, otra universidad pública del Estado de São Paulo. En el día 18, cinco mil estudiantes hicieron una marcha por el centro de São Paulo, denunciando la represión policial y pidiendo la dimisión de la rectora.
Un único coro se formó cada vez más fuerte gritando ¡FUERA LA POLICÍA! ¡FUERA SUELY VILELA! La rectora, a su vez, tuvo que defenderse ampliamente en los medios de comunicación nacionales, afirmando que no renunciaría.
El papel de las direcciones del movimiento
A pesar de la gran disposición de lucha de los estudiantes, el movimiento está siendo bloqueado por las direcciones tradicionales del movimiento estudiantil y por el Foro de las Seis (Fórum das Seis), reunión de los sindicatos de los profesores y trabajadores de las tres universidades, influenciados por partidos burgueses y centristas como el PT y el PSOL (Partido Socialismo y Libertad).
El DCE (Directorio Central de los Estudiantes) de la USP, dirigido por el partido morenista PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado), bloqueó la huelga estudiantil hasta la intervención de la policía en el campus, cuando el movimiento creció mucho y fue imposible oponerse a la huelga.
Después del ataque de la policía a los estudiantes, el DCE actuó junto con los sindicatos para postergar por más de una semana la protesta, marcada originalmente para el día siguiente. Dirigida por los sindicatos, aunque la gran mayoría de los participantes era de estudiantes, la manifestación ocurrió solamente en el día 18, fuera del campus para evitar un nuevo conflicto y para no desgastar aún más a la rectora.
A pesar de la arbitrariedad del ataque de la policía y de la desmoralización completa de la rectora frente a la comunidad universitaria y a toda la sociedad, tanto los sindicatos como el DCE aceptaron negociar con Suely Vilela. En el día 30/06, dejando la pauta política fundamental de lado, los sindicatos de los profesores y trabajadores defendieron el fin de la huelga en nombre de pequeñas concesiones económicas hechas por la rectora. A pesar de que el DCE defendió lo contrario, los estudiantes decidieron mantener la huelga durante el mes de julio.
El MNN (Movimiento Negación de la Negación) ha participado activamente de las asambleas, de los piquetes y de las movilizaciones, y defiende la continuidad de la huelga sin ninguna negociación con la rectora Suely Vilela. El resultado de la traición al movimiento y del mantenimiento de la rectora en el cargo puede ser catastrófico para el movimiento estudiantil y para la clase trabajadora en todo el país. Un precedente serio fue abierto. La policía militar fue llamada para reprimir los piquetes de los trabajadores en huelga, y una semana después la tropa de choque atacó violentamente a estudiantes, a profesores y a trabajadores de la USP que hacían una manifestación política dentro del campus. ¡La rectora no puede continuar dirigiendo la USP! Resguardar a la rectora es lo mismo que legitimar a sus acciones fascistas, que se pueden convertir en rutina en todo Brasil.
¡Abajo la traición!
¡FUERA LA POLICÍA DEL CAMPUS!
¡FUERA LA RECTORA!
http://galiza.indymedia.org/gz/2009/08/20712.shtml