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EUA-Rusia: la disputa geopolítica

Fuentes: alai

La geopolítica mundial tiene ahora varios ejes. Ya no es solo Estados Unidos. Ahora están presentes Rusia y China. Dos nuevos actores en la geopolítica del siglo XXI. Eso le resta poder a EU. Por lo mismo, no lo reconoce o se resiste a ellos. El caso es que EU no es ya la única […]

La geopolítica mundial tiene ahora varios ejes. Ya no es solo Estados Unidos. Ahora están presentes Rusia y China. Dos nuevos actores en la geopolítica del siglo XXI. Eso le resta poder a EU. Por lo mismo, no lo reconoce o se resiste a ellos. El caso es que EU no es ya la única potencia en el mundo.

EU ha perdido la hegemonía que alcanzó en Occidente tras la disolución de la URSS en 1991. El llamado «fin de la historia» de Francis Fukuyama le reviró cual mal augurio. Como todo imperio, la fragilidad le viene desde adentro. La economía estadounidense sufre una crisis profunda desde 2008 a la fecha. Se asoma la debacle. Es decir, la hegemonía alcanzada durante la 2ª Guerra Mundial y todo el periodo de la llamada guerra fría cuando el mundo era bipolar, se ha desvanecido.

EU se niega a ver otros ejes además del propio. Pero la realidad es que el mundo de la geopolítica global de hoy es multipolar. Y EU reacciona con resistencia, pues quiere seguir trazando las directrices. EU ya tiene frente a sí a Rusia que trabaja desde el mismo terreno geopolítico, y a China que hace lo propio en la economía global.

Ni en el terreno mundial, tampoco en los diferentes escenarios que EU y Occidente han estado preparando, han logrado minar la presencia de Rusia. Lo mismo de su presidente Vladimir Putin. Ni el desastre que han desatado en Ucrania, o el derribo del avión Malayo, el bloqueo económico comercial europeo, la provocada crisis del petróleo, ninguna de esas circunstancias ha conseguido los objetivos encaminados todos a debilitar a Rusia y a su liderazgo. Por el contrario. Putin le ha dado muestras al mundo de estar a la altura de los retos, como buen estadista.

Su contraparte, Barack Obama no ha sabido encarar el entramado internacional. Incluso los escenarios provocadores mencionados. De inicio, Obama ha incumplido incluso sus promesas de campaña, como el retiro de tropas de Irak, el cierre de Guantánamo, la reforma migratoria. Ni por el honor del Nobel de la Paz.

Además, en Rusia su líder tiene una aceptación del 85%, más que excelente; caso contrario, en EU Obama apenas llega al 50%, principalmente por el rechazo republicano. Así, aunque hayan planeado por varios frentes el acoso los órganos de inteligencia (NSA, CIA) y de guerra estadounidense (Pentágono), no lograron debilitar a Putin. El presidente ruso se irá cuando cumpla su periodo presidencial o cuando su pueblo lo decida. Menos se irá por un capricho del exterior.

Por otra parte, EU va por el mundo orquestando guerras, amenazando a países si no se alinean a sus políticas, o creando ardides de «falsa bandera» para la defensa de sus intereses. Rusia y China, en cambio, ni tienen bases militares y son promotores de inversiones aún en sentido del capitalismo; es decir, de la ganancia. El asunto es que sobran los pretextos para la presencia militar de EU en todos los continentes.

De lo contrario, ahí está por ejemplo, el reciente acuerdo entre Rusia y Grecia. Otro más es el de los BRICS, cuyos integrantes son promotores del comercio, de las inversiones y están creando su propio banco: el Banco de Desarrollo de los BRICS, como su nombre lo indica.

Lo cierto es que el mundo requiere un sistema bancario alternativo. No lo que hay ahora con el sistema bancario especulativo; mejor dicho, un sistema financiero que funciona únicamente para los grandes bancos, una política de tasas cero apoyada por la Reserva Federal y el Banco Central Europeo solo para ricos. Con ese sistema, EU se hunde. La crisis inminente que será peor a la del 29 del siglo XX.

Por otra parte, la presencia de Rusia y China en América Latina ha sido por invitación a invertir, y a participar en las diferentes ramas de la industria y el comercio. El caso reciente entre Rusia y Argentina ilustra esto. China está metido hasta la cocina de Washington. Es el principal acreedor de EUA. Y no debe sorprender que esté en el resto de países de Latinoamérica, emprendiendo negocios clave. Ahí está el Canal de Nicaragua cuyo proyecto avanza, y será ejemplo de una gran inversión que apoyará el comercio marítimo para las grandes embarcaciones.

Los temores de EUA son reales, pero desde la última Cumbre de las Américas quedó claro que los latinoamericanos ya no son ni quieren seguir siendo el «patio trasero» gringo. También, que Obama ni EU pueden hacer su santa voluntad.

Que si hay guerra fría, mucha gente se pregunta. Pero no. No hay tales condiciones para hablar a estas alturas de eso. Puede ser una añoranza ideológica del pasado que EU pretende recrear para una presunta ofensiva antirrusa. Pero no le ha funcionado hasta ahora ni le funcionará en lo sucesivo.

Hoy las condiciones son distintas. Por varias razones: 1) No está el enemigo frente al espejo como lo tenía antes, el modelo socialista contrapuesto. 2) No hay una carrera armamentista declarada. 3) Tampoco hay una competencia espacial. 4) Una disputa real por ganar aliados.

Lo que sí hay es una amenaza real para EU: la fuerza geopolítica de Rusia, por una parte. Por otra, el poderío económico de China (recuérdese que el PIB chino supera ya al estadounidense). Pero no hay semejanza en circunstancias con la guerra fría del pasado.

Finalmente, es claro que Obama pierde la batalla internacional ante Vladimir Putin. Más por nada hay que confiarse. Nunca. Menos tratándose de un imperio en decadencia; por los coletazos. Sobre todo, hay que estar alertas siempre para desnudar al rey; para delatar sus intenciones en la vestimenta diamantina. Para tomar todas las medidas.

Para eso contamos con el internet, y ya sabemos de su importancia para el espionaje. Porque el internet es un arma de dos filos. Hay que cuidarse todavía del «terrorismo» estilo «estado islámico» claramente financiado; de la «ciberguerra» y, no se diga, de la todavía muy peligrosa por sus alcances, «guerra mediática». Y de las confabulaciones de «falsa bandera»; esas se cuecen aparte. Nunca se olvide que las grandes intrigas, devenidas en guerras entre países, se han desatado con «mentiras» y «pretextos» para validar invasiones militares. Ojos abiertos, denuncia permanente y reacciones coordinadas entre países y la misma gente, el origen de todo poder, sin importar la forma que adquiera en el papel.

 

* Material derivado de la entrevista con RT, programa de Eva Golinger, «Detrás de la noticia».

Fuente original: http://www.alainet.org/es/articulo/169487