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Crisis financiera mundial

Europa echa el ojo a las reservas de cambio asiáticas

Fuentes: L’Humanité

Traducido por Caty R.

Hoy comienza la Cumbre Europa-Asia (ASEM) en la capital china. Los 4 billones de dólares de reservas de cambio asiáticas, la mitad propiedad de China, ponen los dientes largos a los europeos.

Los meses se suceden y las cosas han cambiado. El pasado mes de agosto Nicolas Sarkozy y los dirigentes europeos racaneaban su presencia en los Juegos Olímpicos de Pekín y actualmente doblan el espinazo ante China para solicitar su «apoyo» en la situación económica «sin precedentes» originada por la crisis financiera. «Es una gran ocasión para que China demuestre su sentido de la responsabilidad» declaraba ayer José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, durante una rueda de prensa en Pekín, la víspera de la apertura de la Cumbre Asia-Europa (ASEM). «Es decir, o nadamos todos juntos o nos ahogamos todos», añadió. Y subrayó que la comunidad internacional tiene que enfrentarse «a desafíos que no respetan las fronteras».

La séptima edición del encuentro del ASEM, que reúne a los dirigentes de 43 países de Europa, el sudeste asiático y el nordeste de Asia, no podría ser más oportuna. Dirigida por un presidente francés que promueve «un nuevo Bretton Woods», Europa debe aprovechar la cumbre para pedir a los asiáticos, especialmente a las gigantes China e India, que se impliquen más para solucionar la crisis. En la práctica, eso significa para la UE apretar a sus «socios» asiáticos para que utilicen sus excedentes financieros para reactivar la economía mundial. Los 4 billones de dólares de reservas de cambio, la mitad propiedad de China, que reúnen los principales países de Asia, hacen babear en estos tiempos de ausencia de liquidez. Y China, que posee una buena parte de la deuda estadounidense y por lo tanto, consideran los occidentales, una posición clave en el desenlace de la crisis actual, es especialmente requerida. A cambio, afirma Nicolás Sarkozy, estos países llamados «emergentes», tendrán derecho a un asiento de segunda fila en los próximos G8 -o G13 o G14 al incluir a los países emergentes-. «Hay que implicar a China y la India en este debate esencial, éste es el objetivo de nuestro desplazamiento a China», repitió el presidente francés el martes en la tribuna del Parlamento Europeo. Pero, ¿con qué finalidad?

El primer ministro indio, Manmohan Singh, ya se ha mostrado de acuerdo con la participación de su país en la próxima reunión de un G8 ampliado, prevista a partir del mes próximo. China agradeció el ofrecimiento pero todavía no ha confirmado su presencia. «No sabemos cómo se posicionará Pekín en este debate», ha señalado un asesor del Presidente francés. «Aunque los países asiáticos todavía no están muy tocados por la crisis financiera», advierte Françoise Nicolas, economista del Instituto francés de investigación (IFRI), «ya se enfrentan a la desaceleración de la economía mundial y a las consecuencias económicas y sociales de dicha desaceleración». El jefe del Gobierno indio acaba de admitir públicamente que se está preparando para una «desaceleración temporal» de su economía. China, que depende mucho de sus exportaciones, declaró el lunes que su producto interior bruto (PIB), «únicamente» creció el 9% en el tercer trimestre de 2008, el nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2003. Para los chinos, la cuestión se resume en dos cifras, subrayó un diplomático francés: «para mantener la estabilidad social en China, tienen que crearse en el país 15 millones de empleos al año, y para eso es necesario un crecimiento mínimo del 8%». Si no, la crisis económica podría convertirse en una crisis social; En el sur del país ya se están cerrando fábricas de capital chino que están enviando al paro a cientos de obreros.

 

http://www.humanite.fr/Crise-l-Europe-lorgne-sur-les-reserves-de-change-asiatiques

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y la fuente.