Los 45 movimientos sociales que luchan por la reforma agraria en Brasil reclamaron hoy asentar un millón de familias en los próximos cuatro años. Ese proceso de distribución de tierras debe ser iniciado por el asentamiento de las 230 mil familias que se encuentran acampadas en todo el país, insistieron. La exigencia va dirigida a […]
Los 45 movimientos sociales que luchan por la reforma agraria en Brasil reclamaron hoy asentar un millón de familias en los próximos cuatro años.
Ese proceso de distribución de tierras debe ser iniciado por el asentamiento de las 230 mil familias que se encuentran acampadas en todo el país, insistieron.
La exigencia va dirigida a cualquiera que salga electo presidente de la República en octubre próximo y será entregada a cada candidato en los comicios, trascendió.
A esa demanda van unidas construir una política nacional para valorizar a los pequeños agricultores y reducir los privilegios del agronegocio. Se trata de acuerdos concertados hoy en un encuentro nacional de los movimientos sociales que luchan por la Reforma Agraria celebrado en esta capital.
El foro se pronunció además por el fin de la violencia contra los Sin Tierra, campesinos e indígenas y el cese del trabajo esclavo practicado por empresas.
El texto fue firmado por la Confederación de Trabajadores de la Agricultura (CONTAG) y el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).
En declaraciones a la Agencia Brasil, uno de los participantes en el evento, Altacir Bunde, denunció la violencia en el campo.
Dijo que en el 2005 fueron asesinados 38 trabajadores rurales y 40 indígenas, y esos crímenes tienen su origen en el agronegocio y el modelo vigente.
Ese criterio de Bunde, de la coordinación nacional del Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), está plasmado en el texto aprobado. Según el documento, el modelo vigente promueve el agronegocio y los intereses de empresas transnacionales.
La reunión coincidió con la celebración este martes del Día del Trabajador Rural y hubo un acto en la Explanada de los Ministerios, en donde unos dos mil integrantes de la Pastoral de la Juventud Rural realizaron un entierro simbólico del agronegocio y quemaron el ataud.
Una representación de esa entidad se dirigió además al presidencial Palacio de Planalto y entregó una carta exigiendo cambios en el modelo agropecuario.
Entre las propuestas contenidas por el texto están priorizar las inversiones en la generación de empleos, distribuir mejor la renta y fortalecer el mercado interno.
Precisamente ayer el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aprobó la Ley de la Agricultura Familiar, bien acogida por el CONTAG y el MST.
Marina Dos Santos, coordinadora nacional del MST, dijo a la Agencia Brasil que esa decisión confirmó el importante papel de la agricultura familiar.
Precisó que los pequeños productores son los grandes responsables por la producción de la mayoría de los alimentos en el país. Añadió que ahora la Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria, que antes trabajaba sólo para el agronegocio, tendrá que hacerlo para la agricultura familiar.
Creemos que es importante esa ley porque establece parámetros y diferencias entre los pequeños y grandes productores agrícolas, significó.