El Foro Comunicación para la Integración de NuestrAmérica (FCINA) manifiesta su repudio al paquete de privatizaciones anunciado por el presidente de facto de Brasil, Michel Temer, que incluye 57 empresas de sectores estratégicos de la economía brasileña, lo que afectará gravemente la soberanía nacional, desmontará el Estado y fragilizará la economía brasileña. La medida incluye […]
La medida incluye a grandes empresas como Electrobras (energía eléctrica), la Casa de la Moneda (responsable de la impresión de papel moneda), y nuevas subastas privadas para la explotación de las cuencas de petróleo y gas, y los aeropuertos del país, entre otras.
Los impactos de estas medidas trascienden las fronteras brasileñas. El avance depredatorio de las políticas neoliberales del gobierno de facto en Brasil afectan a todo nuestro continente, ampliando el poder económico de empresas trasnacionales monopolistas y dificultando, aún más, las políticas de integración soberana y solidaria que venían siendo llevadas adelante en el ámbito latinoamericano y caribeño.
Junto al paquete de privatizaciones, circulan en el Congreso nacional brasileño otros proyectos de desmonte de la economía en el campo de las telecomunicaciones, la educación y la salud. En el área de los servicios públicos, una enmienda constitucional aprobada por el Congreso, al final de 2016, congeló por 20 años las inversiones del Estado en las áreas de la educación y la salud.
Esta nueva reducción drástica del Estado se suma a los proyectos que despojan a los trabajadores de sus derechos conquistados en luchas de varias décadas, y precarizan sus relaciones de trabajo, como la Reforma Laboral, que desreguló la Consolidación de las Leyes de Trabajo (CLT), conquista de la década de 1940 en el gobierno de Getulio Vargas, y que ni siquiera la dictadura militar intentó atacar. Existe, asimismo, un proyecto que desmonta la Previsión Social, que en la práctica termina con el derecho a la jubilación de los trabajadores.
Los movimientos sociales y medios de comunicación que integran el Foro, condenan las medidas adoptadas en Brasil, porque colocan en la agenda política el crecimiento de la desigualdad y la miseria, rescatan la supremacía del mercado e hieren la autonomía, soberanía y autodeterminación de los pueblos.