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Félix Guattari, la revolución molecular y la formación del Partido de los Trabajadores

Fuentes: Rebelión

Traducido del portugués para Rebelión por Luis Carlos Muñoz Sarmiento

1.

El capitalismo es el fin del mundo. Frente a este axioma, ¿qué hacer? Además, ¿cómo el Partido de los Trabajadores (PT) se ha relacionado con esa encrucijada planetaria: el fin de todo en el ilusionista movimiento del capital? Tal vez, para dilatar este asunto, sea necesario recurrir a la tras-escena del proceso de formación del PT y muy especialmente considerando a un interlocutor: Félix Guattari (1930-1992).

2.

El transversal pensador/militante francés estuvo en el Brasil a comienzos de la década de 1980 [en realidad, a partir de 1979 tras el fin del gobierno Geisel (1974/79): Nota del Trad.*], cumpliendo, también, el objetivo de colaborar con la formación de un partido político anticapitalista retado a agenciarse por sí solo teniendo en cuenta no el campo molar sino el molecular y, por lo tanto, asumiendo el desafío creativo de otro modelo de revolución: el de la conductista revolución molecular.

3.

Y, ¿qué es la revolución molecular, en los términos de Félix Guattari, y cómo ella puede ser detectada en las tácticas y estrategias del PT, sobre todo considerando los mandatos de Lula da Silva y de Dilma Rousseff? Para responder a esta pregunta, se analizará la relación entre dos polos: el de la política existencial molar y el de la política existencial molecular. La primera observación al respecto es: no son polos antinómicos, puesto que si así fuesen todo sería molar, porque las antinomias en sí presupone identidades fijas y, más allá de que no existieran efectivamente, constituyen la marca principal de la dimensión molar. 

4.

Una política existencial molar se define, por lo tanto, como unidad discursiva, entendida como aquello que definimos históricamente como tal. Por ejemplo, un libro, cualquiera que sea, si lo pensamos como perteneciente a un autor, comenzando con tal frase y terminando con otra, es una unidad discursiva, así como lo es la misma gente, si nos pensamos a partir de nuestro propio nombre creyendo en los rasgos que supuestamente nos definen y considerando las identidades familiares, nacionales, de género, lingüísticas, étnicas, biográficas, conductuales.

5.

Todo, pues, lo que es nombrable por la lengua, por el conocimiento, por la sociedad, es una unidad discursiva y siendo así se constituye en el horizonte de una política existencial molar. El mayor problema de las dicotomías, como izquierda y derecha, por ejemplo, se da en el horizonte de la inscripción de ellas en un orden molar: metafísica o archivo muerto que paraliza a la humanidad toda, haciendo que el pasado se sobreponga al presente y al futuro.

6.

Si, con el 18 Brumario de Luis Bonaparte (1851/52), la conocida obra de Marx, en diálogo con Hegel, se considera que la historia comienza como tragedia y se repite como farsa, bajo el punto de vista molar podría expresarse así: la historia es al mismo tiempo una tragedia y una farsa, cuando el pasado se vuelve una unidad discursiva que se impone al presente, vendándola y volviéndola igualmente una orden molar; una unidad discursiva al mismo tiempo patriarcal, soberana, mortal.

7.

Bajo el punto de vista de Félix Guattari, la revolución molecular, por otro lado, elimina dicotomías (hombre/mujer; bien/mal; izquierda/derecha; norte/sur) en beneficio de la afirmación de un presente ocupado por indefinidas nebulosas expresivas al mismo tiempo económicas, culturales, étnicas, simbólicas, animales, componiendo metamórficos procesos semióticos híbridos, marcados por devenires mujer, niño, animal, mineral, negro, molecular, los cuales, rizomáticamente, eliminan unidades discursivas y transforman ejes molares en transversalidades subjetivas, ambientales y sociales que se complejizan, inventando otras posibilidades institucionales, mundos, cosmos.

8.

Si el concepto de devenir es la base para la revolución molecular de Félix Guattari, lo es porque tiene dos rasgos de ininnterrumpidas variaciones moleculares: 1) el rasgo de una singularidad que se conecta con otra, como la abeja y la orquídea, engendrando líneas de fuga heterogéneas, dificultando, así, la formación de identidades fijas, molares; 2) como no existen devenires hombre, rico, blanco, toda vez que el patrón es siempre una orden molar, el siguiente rasgo del devenir, respecto a las conexiones singulares entre alteridades, dice: devenir niño que se conecta con un devenir negro, que se conecta con un devenir pobre, que se conecta con un devenir animal, abriendo cada vez más las variaciones moleculares indefinidas, plásticas, afirmativas, revolucionarias.

9.

Heredero de Mayo del 68, Félix Guattari viajó por todo el Brasil [a finales de 1979: Nota del Trad.] [y] en los comienzos de la década del 80 asumiendo integralmente el desafío de colaborar, como militante, con la formación de un partido de izquierda molecular, apto para eliminar identidades molares y retado a inventarse como partido de alteridades y para alteridades en devenir.

10.

La revolución molecular, en este sentido, tiene relación con las alteridades a medida que estas se constituyen como componentes de paso, de alteridad para alteridad, razón por la cual el mayor error para una alteridad, cualquiera que sea, sería invertir su energia libidinal en la afirmación de sí misma, porque, en este caso, tendería a transformarse en política existencial molar.

11.

El destino de las alteridades, por lo tanto, bajo el punto de vista de la revolución molecular, sería (será) la invención de ellas mismas fuera de ellas mismas, afirmándose tanto más cuanto más se conectaren en otras, a fin de constituirse como ensamblaje colectivo de enunciación. Bajo este punto de vista, la alteridad negra sería tanto más negra cuanto más fuese impulsada por un devenir mujer, indígena, pobre, gay, molecular, cosmológico.

12.

Lula da Silva, amigo de Guattari, fue y es la figura del PT que más encarnó la idea de una revolución molecular. Su precaria escolaridad de alguna forma fue un obstáculo para él, ya que nada es más molar que el conocimiento, incluso cuando imita al mundo molecular. El devenir pobre analfabeto de Lula fue desde el comienzo la contraseña para el registro colectivo de un pueblo molecular, desterritorialización sin fin de valores de cambio, inscribiendo nuevos devenires de uso, en la transversalidad del cotidiano.

13.

Antes de hablar, sin embargo, de los límites de la revolución molecular, sería necesario establecer una nítida diferencia entre dos modelos de realización imperialistas: el europeo y el estadounidense. Y lo que los distingue es precisamente la política existencial molar y molecular. El primero es molar [macropolítico] y el segundo es molecular [micropolítico: Notas del Trad.].

14.

El imperialismo europeo fue fundamentalmente molar porque surgió teniendo en cuenta el régimen de signo al cual Deleuze y Guattari designaron como régimen basado em un significante de referencia: el rostro del europeu, a la vez macho, greco-latino, épico, grafocéntrico, blanco. Régimen molar, el imperialismo europeo significante transformó la razón teológica medieval en abstracción letrada antropocéntrica, para de tal manera volver indiscernible el papel moneda, el dinero, y la hoja del siguiente libro: la Biblia. Su palabra de orden, para los colonizados del mundo, fue: «Sea tan sufrible como Cristo europeizado. Muera en la cruz de nuestra expansión genocida, leyéndonos con respeto religioso, bíblicamente».

15.

El imperialismo yanqui es totalmente distinto del europeo. Su régimen de signo es pos-significante y se fundamenta capturando la existencia molecular; la alteridad. No está refrendado más por el rostro del colonizador europeo sino por metamorfosis del rostro, produciendo falsos devenires porque en lo hondo y en la superficie el régimen pos-significante no depone la cara del europeo sino la vuelve virtualidad hegemónica, representada plásticamente por cualquier cara, principalmente la de la alteridad.

16.

En el régimen pos-significante del imperialismo gringo el rostro europeo es una bomba atómica que estalla por todo el planeta, principalmente teniendo en cuenta una base semiótica icónica, analfabeta. No es casual que su modelo de realización se dé por la y a través de la industria cultural. Esta, en su interior, tiene como objetivo principal el siguiente: seducir alteridades, capturándolas y produciendo desde las imágenes una revolución molecular virtual y determinada por el valor de cambio, que realiza una verdadera guerra contra todo lo que es valor de uso.

17.

Establecida la diferencia entre los dos imperialismos, es hora de volver a la «revolución molecular» peteísta. Los dos principales errores de la experiencia peteísta en el poder tienen relación con su convergencia semiótica con la «revolución molecular» del imperialismo yanqui pos-significante. Son ellos: sumisión a la industria cultural y, por lo tanto, a los dictados banalizadores de la cultura de masas, vía oligopolio de los medios corporativos; y rendición al valor de cambio, marcado por la financiarización de la vida cotidiana, proporcionando el acceso al crédito al grueso de la población, contribuyendo, así, a endeudarla y a perder la referencia a los valores de uso de la y en la vida. 

18.

Es, pues, esta «revolución molecular» de base pos-significante, anclada en el valor de cambio, la que ha sido la marca del PT en el poder, inclusive teniendo en cuenta la relación que el partido ha mantenido con la base aliada, lo que explica buena parte de las acusaciones de corrupción que viene sufriendo, pues una «revolución molecular» establecida por el valor de cambio subyuga al valor de uso y contribuye a producir una cultura política marcada por el interés propio, por el deseo de ascenso y por la rendición al consumo de lujo -el cambio en la cima de ella, sin tierra, sin pan.

19.

Y hablando de pan, he aquí el lado positivo de la «revolución molecular» peteísta. El proyecto bolsa familia es multitudinario y se inscribe en valores de uso, no siendo casual que, aunque poco, el valor que cada família beneficiada recibe debe ser dignificado con acceso a educación, a acompañamiento médico de niños y adolescentes, a alimentación, en fin, a una nebulosa molecular de valores de uso, de tal forma que el dinero, valor de cambio por excelencia, queda, en este caso, sometido al valor de uso, invirtiendo el juego del capital.

20.

Es esta dimensión molecular anclada en el valor de uso, en la existencia concreta, que el PT se salva y ha sido salvado. Sin el voto de los nordestinos, este pueblo magnífico que vota por el estómago de forma caníbal y teniendo en cuenta una política existencial molecular que afirma la trascendencia de lo cotidiano, el PT jamás habría alcanzado la presidencia del Brasil, ni en los mandatos de Lula ni en los de Rousseff, ahora reelegida.

21.

El imperialismo pos-significante estadounidense como máquina abstracta psicótica de política fascista existencial molecular, que produce, circula y reproduce simulacros de simulacros, valores de cambio financiarizados y mediatizados, nos cubre a todos, planetariamente. El PT y todos nosotros somos parte y contraparte de esa revolución molecular a la inversa del capital en su dinámica virtualizada, infinitamente editable y re-editable y que, por todo esto, no cierra con unidad discursiva alguna: las astilla, manipulando sus partículas, jugando artificialmente (y ni por eso menos concretamente) con la entropía del sistema.

22.

Si el PT quisiera avanzar en este segundo mandato de Dilma Rousseff tendrá que probarse teniendo en cuenta una revolución molecular basada en valores de uso, razón suficiente para afirmar que sus dos principales desafios son: democratizar el sistema mediático criminalmente oligopolizado e igualmente enfrentar el chantaje del sistema financiero. Por lo tanto, los dos ministros más importantes del segundo mandato de Dilma Rousseff serán: comunicación y economía. Dependiendo del perfil que ocupan estos cargos ya sabremos si tenemos un gobierno comprometido con quien lo eligió, los valores de uso; o con quien lo odia, una significativa parcela de la población brasileña rendida cínicamente a los valores de cambio financieros y mediáticos, en conformidad con el imperialismo pos-significante estadounidense.

23.

Si se considera, a propósito, un programa nacional llevado a cabo por Dilma Rousseff en su primer mandato, Ciencia sin fronteras, se hace patente la indecisión peteísta en relación con una perspectiva molecular basada en los valores de cambio y en los valores de uso. En sí mismo, el programa es valor de uso, porque posibilita que estudiantes brasileños puedan superarse en diferentes lugares del mundo, aunque sea preciso destacar, y he aquí el valor de cambio: estos diferentes lugares del mundo están en lo fundamental constituidos por países en guerra contra los valores de uso del y en el cotidiano de todo el planeta: Estados Unidos, países europeos, Japón, Australia, en la mayoría de los casos. 

24.

¿Dónde el Ciencia sin Fronteras latinoamericano? ¿Dónde, el africano? ¿Dónde, el del BRICS? La traición molecular del PT, la más insoportable de ellas, ha sido esta: aliarse, aunque de forma molecular, con todo tipo de valor de cambio, llegando al absurdo de indicar ministros de Estado comprometidos con su mayor rival, el PSDB, este partido rendido totalmente a los valores de cambio mediáticos y financieros dispuestos por el imperialismo pos-significante estadounidense.

25.

No es casual, bajo este punto de vista, la extraña y masoquista fascinación de Lula da Silva y Dilma Rousseff por la TV Globo. Todas las elecciones que Lula disputó, incluso las que perdió, fueron marcadas por golpes mediáticos protagonizados por la red citada. La misma cosa ha ocurrido con Dilma Rousseff: basta recordar la edición criminal que el Diario Nacional realizó de la no menos criminal y golpista edición temprana del semanario Veja, esta quinta columna de los valores de cambio moleculares del imperialismo gringo contra los valores de uso ya no sólo del pueblo brasileño sino de toda América Latina.

26.

Por todo esto, preguntas como las que siguen son fundamentales: ¿conseguirá el PT producir una revolución molecular de y para los valores de uso, eliminando y desterritorializando los valores de cambio pos-significantess financieros y mediáticos que criminalmente someten al pueblo brasileño? ¿Incentivará el PT la emergencia de un sistema de comunicación democrático que asuma el desafío de contribuir a la producción revolucionaria de una política existencial/molecular colectiva y claramente investida del deseo de efectuar una verdadera desintoxicación de la cultura de masas que en su mayor parte ha corrompido la vida cotidiana de los pueblos, con partículas moleculares idiotizantes y con genocidas drogas conductistas rendidas a la forma-mercancía?

27.

Como nunca, el PT está en la encrucijada de la Historia. O enfrenta estos asuntos, anclándose en el apoyo popular o se rinde a los valores de cambio oligárquicos, traicionándonos, aunque de forma molecular, face to face, televisivamente sonriendo.

28.

De cualquier forma, para una revolución molecular apasionante y necesaria, es fundamental no sólo revolucionar, con infinitas partículas de valores de uso, el imperialismo yanqui pos-significante, sino también superar la dicotomia opresor/oprimido sin negarla, mágicamente. 

29.

Para ser revolucionariamente molecular, hoy, es fundamental asumir la existencia molar del maniqueísmo opresor/oprimido. El molecular no puede negar la existencia del eje molar. Lo que más hace falta en la actualidad es la existencia de puntos de referencia comunes para los valores de uso del planeta.

30.

El imperialismo estadounidense pos-significante protagonizó esta hazaña planetaria: desterritorializó todos los [valores: Nota del Trad.] universales, acusándolos de autoritarios, así como descalificó a todos los maniqueísmos, tachándolos de anacrónicos. 

31.

La verdadera revolución molecular tiene que tener lado: el del oprimido. Y la única forma de contribuir a la des-opresión de la vida es: la producción molecular de una cultura mediática planetaria, comprometida con los valores de uso, que liberará a los oprimidos de la Tierra.

32.

El resto es rendición a los parasitarios valores de cambio de la mediática mentira publicitaria estadounidense.

*Como consta en Micropolítica. Las cartografias del deseo. Félix Guattari y Suely Rolnik. Traducción: Florencia Gómez. Prefacio a las ediciones no brasileñas. Traficantes de Sueños, marzo de 2006. Edición digital. «…Su compromiso con la política y con los movimientos sociales de resistencia de todo tipo en cualquier punto del planeta que surjan (por eso estuvo en Brasil siete veces entre 1979 y 1992, los últimos catorce años de su vida)». Pág. 19.

http://libros.metabiblioteca.org/xmlui/bitstream/handle/001/297/84-96453-05-7.pdf?sequence=8  

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