I Navidad: tiempo de alegría, tiempo de esperanza. Decía ese gran pensador nuestro llamado Ludovico Silva: «No hay peor infierno que la falta de esperanza (…) Perder la esperanza es no tener futuro; el porvenir se nutre de ella». Y vaya que ahora en Venezuela podemos decir, sin temor a exagerar, que estamos saliendo del […]
I
Navidad: tiempo de alegría, tiempo de esperanza. Decía ese gran pensador nuestro llamado Ludovico Silva: «No hay peor infierno que la falta de esperanza (…) Perder la esperanza es no tener futuro; el porvenir se nutre de ella».
Y vaya que ahora en Venezuela podemos decir, sin temor a exagerar, que estamos saliendo del infierno en el que nos habían sumido quienes tan mal uso hicieron del mandato de nuestro Pueblo durante cuarenta largos años.
Por el contrario, hoy el porvenir se está nutriendo de la esperanza: esperanza concreta y tangible que se encarna en la vía venezolana hacia el socialismo.
Buena nueva socialista, alumbramiento del porvenir, constituye la inauguración de la primera Arepera Socialista en esta semana: estamos dándole vida a una visión y a una práctica comercial que son radicalmente inéditas en Venezuela. Estamos haciendo realidad un principio socialista: los alimentos no son una mercancía; la satisfacción de las necesidades básicas -en este caso, la alimentación- no puede ser entendida como un negocio.
La nueva Corporación de Mercados Socialistas (COMERSO) es un eslabón fundamental del nuevo sistema de producción, distribución y consumo que estamos creando: el Pueblo va a contar con un conjunto de tiendas, con productos de calidad, a precios incomparables con respecto al mercado capitalista.
Nuestro propósito es quebrarle el espinazo a la especulación salvaje que ha estado reinando impunemente.
En el mismo orden de ideas, este miércoles adjudicamos los primeros automóviles de la filial automotriz de COMERSO. No solamente aplicamos el principio cristiano y socialista de a cada quien según su capacidad, para cada quien según su necesidad, sino que estamos haciéndoles justicia a los compatriotas que han sido victimas del fraude, o que hayan perdido el vehículo en accidente o robo.
II
Quiero tomar prestadas unas palabras del Che: «Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida».
Hago un llamado a todos y todas ustedes, compatriotas, para estar vigilantes en función de salvaguardar el propósito fundamental de nuestra Revolución Bolivariana: la mayor suma de felicidad posible para todos los venezolanos y venezolanas.
En este mismo sentido, tenemos fe que el recién creado Banco Bicentenario, contribuirá sobremanera para alcanzar el cambio de espíritu necesario para el logro de la emancipación que aspiramos.
Erradicar el uso de las armas melladas que el capitalismo ha inoculado desde tiempos inmemoriales, no es tarea fácil, lo reconozco. Es por ello que pido, a todos y a todas, un esfuerzo heroico para que comience el cambio de mentalidad en cada uno y cada una. He allí la primera y más grande liberación: la que obra por dentro de nosotros y nosotras.
III
Recordemos, una vez más, como en la voz de la Virgen María suena el más poderoso mensaje de liberación para los pobres de la tierra:
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide con las manos vacías.
Si la Madre de Dios ha sido capaz de pronunciar tales palabras, es porque el reino de su Hijo no puede ser otro que cada barrio, cada campo, cada lugar, donde todos los días ella sigue pariendo, amamantando y cargando con la esperanza humana.
María, es cada madre venezolana. Por todas y cada una de ellas, las dadoras de amor, nació la Misión Niño Jesús esta semana: para defender, contra todo peligro, el germen del hombre nuevo y la mujer nueva de la Patria Bonita.
IV
Estas son las últimas Líneas del año. Con esta última entrega, cerramos el 2009 y volveremos arrancando el 2010.
Este año que finaliza abre las puertas al epicentro temporal de la Era Bicentenaria. En el 2010 se inicia, como pensaba el Maestro Augusto Mijares, la conmemoración de nuestro primer ciclo de liberación republicana. Es el torrente histórico que hoy pervive en nuestra memoria como pueblo: nuestra herencia bolivariana. Herencia que hoy más que nunca necesita definición: hacerse cuerpo efectivo en nuestra práctica política. Se trata de merecernos esta herencia, como dice Luis Britto García.
No será un año fácil: los agentes de la reacción internacional preparan su guión para revertir el proceso emancipador que vive Nuestra América. Véase la amenaza imperial en ciernes contra Venezuela desde Colombia: la Colombia hermana convertida en el Israel de la América del Sur.
La dictadura militar hondureña continúa en el poder. La reacción, en todos nuestros países, cuenta ahora con un modelo de golpe de Estado para el siglo XXI: golpes con fachada legal que llevan el sello made in USA.
No hay que llamarse a engaños: se acabó la ilusión Obama y el descarado intervencionismo de la nueva administración gringa así lo demuestra. Preparémonos, entonces, para defender nuestra soberanía en todos los terrenos.
En materia ecológica, ha quedado clara la posición de los países industrializados, toda vez que relativizan y ponen en entredicho el funcionamiento de la ONU como organización mundial efectiva en función de la defensa del principio de igualdad entre las naciones. Quienes nos están colocando al borde de un ecocidio inimaginable, los causantes del cambio climático, deben ser obligados a asumir sus responsabilidades.
A lo interno, el 2010 va a estar marcado por las elecciones legislativas: su valor es trascendental para la continuidad y profundización socialista de la Revolución Bolivariana; va a ser, en síntesis, un gran momento de definición política.
El ejercicio de las 3R debe ser nuestra bandera de lucha y nuestra cartilla de dirección: se trata de lograr el destrabamiento burocrático y de avanzar en la solución inmediata y revolucionaria de los problemas más álgidos de la Nación.
La Asamblea Nacional está obligada a reimpulsarse cada día. La lucha abierta contra el burocratismo, la corrupción, la ineficiencia, la inseguridad, exige y exigirá mucho más de las diputadas y los diputados revolucionarios.
«El desarrollo moral del hombre es la primera intención del Legislador», dice nuestro Padre Libertador en su Mensaje al Congreso Constituyente de Bolivia el 25 de mayo de 1826. El desarrollo de la moral revolucionaria del hombre y la mujer, agregaríamos nosotros aquí y ahora.
Este 2010, pensando junto a José Martí, iremos hacia la raíz, profundizaremos al máximo la radicalización del proceso revolucionario: «A la raíz va el hombre verdadero.
Radical no es más que eso: el que va a las raíces. No se llame radical quien no vea las cosas en su fondo. Ni hombre, quien no ayude a la seguridad y dicha de los demás hombres».
Mujer, hombre, joven, niña o niño, compatriota que me lees, te invito a terminar el año con el Padre Bolívar, cuando nos dejó, cual Fidel del Siglo XIX, aquella sabia reflexión con la cual colocó al tiempo del lado de nosotros, los revolucionarios y revolucionarias:
«Yo espero mucho del tiempo. Su inmenso vientre contiene más esperanzas de sucesos pasados y los acontecimientos futuros han de ser muy superiores a los pretéritos».
El tiempo, decía Marx, lo es todo: Es el sinónimo de la vida.
Se va un año, el 2009. Y llega el 2010, último de esta primera década del siglo XXI…
¡¡Feliz y venturoso año nuevo a toda la gran familia venezolana!!
¡¡En el 2010, también venceremos!!