1. La premonición de Fidel Con la extraordinaria capacidad de previsión estratégica que ha caracterizado la vida del Comandante Fidel Castro, se adelantó ocho meses a la posibilidad de su ausencia en la conducción de la Revolución cubana. El 17 de noviembre del 2005 planteó el problema de su sucesión por razones de salud y […]
1. La premonición de Fidel
Con la extraordinaria capacidad de previsión estratégica que ha caracterizado la vida del Comandante Fidel Castro, se adelantó ocho meses a la posibilidad de su ausencia en la conducción de la Revolución cubana. El 17 de noviembre del 2005 planteó el problema de su sucesión por razones de salud y el domingo, 30 de julio del 2006, cayó enfermo por el sobre-trabajo que realiza. Deseamos primero, que el Comandante se recupere rápidamente, porque ni Cuba, ni la Patria Grande ni la lucha mundial, serán lo mismo sin su ejemplo ético y combativo.
2. Angustiados, miopes y oportunistas bloquearon el debate existencial que Fidel demandó hace ocho meses
El debate sobre el futuro de Cuba que Fidel había exigido en la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre, ha sido bloqueado, esencialmente, por los angustiados, los miopes y los oportunistas, dentro y fuera de la isla. Sin embargo, lo que fue un planteamiento teórico hace ocho meses, hoy día es una realidad empírica: la transición de la Revolución cubana está en marcha.
Una vez más se comprueba que la política revolucionaria solo puede avanzar sobre el análisis racional-objetivo de la realidad, no sobre frases vacías o triunfalismos de burócratas e intelectuales orgánicos del Estado. El oportunismo dentro y fuera de la Isla que censuró y minimizó la discusión sobre los planteamientos de Fidel y Felipe, no protegió la causa de la revolución, sino que la perjudicó por bloquear la necesaria concientización a tiempo, sobre los peligros de la transición post-Fidel.
3. La tarea de la solidaridad ante la transición
Independientemente, de que si Fidel regresa al timón del Estado, o no, la configuración del futuro de la Revolución se ha revelado en los últimos tres días con bastante claridad. No hay sorpresas sobre esa configuración y se podría analizar con considerable certeza las principales tendencias dentro del Partido Comunista de Cuba (PCC), que tratarán de formar la futura sociedad y Estado en la isla, con sendos proyectos históricos. Sin embargo, no es el momento de hacerlo. El periodo actual requiere de todas las personas identificadas con la Revolución que contribuyan a la tranquilidad y la consolidación de la transición que está en marcha. Se trata de fomentar la máxima unión posible en el interior de Cuba y con la solidaridad internacional. Dentro de este espíritu, que representa una limitante analítica necesaria por el momento, se puede decir lo siguiente.
4. El liderazgo de Raúl
La entrega del liderazgo de la revolución por Fidel a Raúl, es absolutamente lógico, no solo por razones de orden constitucional, sino también por la calificación personal del Comandante Raúl Castro. Tuve el privilegio de conocerlo personalmente y no me cabe duda alguna que dentro del liderazgo cubano, tanto histórico como nuevo, es la persona que más se acerca al perfil del máximo líder que requiere el proceso, después de Fidel.
Contrario a la imagen de hombre cerrado, militarista, duro, que la propaganda capitalista ha construido de él en el exterior, es una persona absolutamente modesta, abierta y humanista, amigo de los artistas, protector de las minorías y con el mismo sentimiento de justicia que tiene Fidel. A tal grado que uno de sus hijos fue a combatir como voluntario en Angola, acción de solidaridad internacional que tuvo un alto precio para él.
Raúl tiene, sin duda la ética, la experiencia y los conocimientos para mantener la unidad en esta fase difícil del proceso, dentro del ideario revolucionario forjado durante cuarenta años, al lado de Fidel. Y tiene el elemento que es quizás el más importante en este momento: la autoridad moral aceptada por todas las corrientes del universo político cubano.
5. Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y Ricardo Alarcón
En torno a este nuevo centro de gravitación de la política cubana giran personajes políticos del futuro como Carlos Lage, Felipe Pérez Roque, Ricardo Alarcón y algunos otros. Carlos Lage, Secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, tiene, tanto por su función de supervisión del Ejecutivo, como por sus talentos, considerable poder dentro del engranaje cubano, hecho por el cual no asombra que algunas funciones de Fidel hayan recaído en él.
Lo mismo se puede decir de Felipe. Ingeniero electrónico de profesión, modesto, revolucionario y vanguardista, ha compartido como secretario particular de Fidel las interminables horas de trabajo y stress con el Comandante, formación que vale oro en el devenir de Cuba. Si Carlos Lage fue el autor de la reforma económica cubana, Felipe tiene los méritos de la muy exitosa política exterior del país, ayudado por el mejor servicio diplomático de América Latina. Ricardo Alarcón es parte de este entorno, con su profundo conocimiento de la política estadounidense y su alto nivel cultural, al igual que otros tantos talentos y revolucionarios, como en la cultura, Abel Prieto; en los movimientos de masas, Pedro Ross, o tantos otros en el Complejo de Biociencias.
6. La salvación de la Revolución
La condición de la salvación de la Revolución en lo externo, se está dando con la integración al Bloque Regional de Poder latinoamericano (BRP). En lo interno, la salvación de la Revolución dependerá de la conducción de Raúl Castro quién, pese a su firmeza en los principios, también es un hombre pragmático. Tenemos fe que logrará llevar a cabo las reformas sistémicas, sin las cuales la Revolución cubana no llegará al socialismo del Siglo XXI, que es la única vía para impedir la reversión al capitalismo, que motivó lo que considero el testamento político del Comandante Fidel Castro: el discurso de la Universidad de La Habana.
¡Gloria eterna y larga vida al Comandante Fidel Castro!
Hasta la victoria siempre con Fidel y Raúl!