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Filantropía y caridad

Fuentes: Rebelión

Actualmente hay dos modelos sociales sobre que hacer con las necesidades que tiene las sociedades. Por un lado, el modelo anglosajón basado en la filantropía y la meritocracia y donde el papel del Estado es escaso. Por otro lado, el modelo europeo basado sobre todo en la participación del Estado en la solución de las […]


Actualmente hay dos modelos sociales sobre que hacer con las necesidades que tiene las sociedades. Por un lado, el modelo anglosajón basado en la filantropía y la meritocracia y donde el papel del Estado es escaso. Por otro lado, el modelo europeo basado sobre todo en la participación del Estado en la solución de las necesidades sociales.

Dos noticias están impactando en el modelo anglosajón que deberían llevarnos a la reflexión en estos momentos de fuerte crisis social y económica.

La primera noticia, es que hace algo más de un año, Warren Buffet y Bill Gates, que son los hombres más ricos del mundo se reunieron con una docena de grandes fortunas de Estados Unidos. Discutieron que podían hacer con sus fortunas en el ámbito de la filantropía y decidieron hacer una llamada, la denominada The Living Pledge (el compromiso de dar). Su objetivo es destinar al menos la mitad de su riqueza a obras de caridad. Intentan movilizar unos 675.000 millones de dólares. La crisis financiera está dañando la filantropía pues en el año 2008 se movilizaron 315.000 millones de dólares y en el año 2009 sólo 303.750 millones.

Tanto Buffet como Gates son desde hace años firmes defensores de devolver a la sociedad gran parte de su fortuna, aunque esto tiene unas grandes compensaciones fiscales en sus declaraciones a la Hacienda como ellos mismos reconocen. Rechazan de plano que sus herederos sean los principales beneficiarios de sus fortunas, pues valoran la meritocracia, algo impensable en Europa. Sirva de ejemplo el propio Buffet que se comprometió, en el año 2006, a destinar el 99% de su fortuna a la fundación Bill Gates.

Se habrán quedado sorprendidos con estos planteamientos, pero todos debemos ser conscientes de donde han sacado sus fortunas. Veamos dos casos. George Soros, atacó a la libra esterlina provocando su devaluación y haciendo entrar en crisis económica al Reino Unido, ganando en dos días la friolera de 3.000 millones de libras esterlinas. Esta ganancia fue a costa del sufrimiento de millones de británicos que vieron empeorar sus condiciones de vida y muchos de ellos yendo al paro, provocando casi un millón de pobres más en el Reino Unido.

Warren Buffet ha tenido que ver con los ataques al euro, a Grecia, Portugal y España. Cuando nos hablan de la palabra «mercado», y nos dicen que los mercados demandan, pongan las fotos de Buffet, Soros…….. que son los que llevan a cabo estos ataques especulativos y los que acaban imponiendo las políticas de reducción de beneficios sociales, la disminución de los salarios, la congelación de las pensiones, el alargamiento de la edad de jubilación, la reforma laboral abaratando el despido, eso es lo que logran haciéndose ricos y empobreciendo a los demás. ¿Debemos estar agradecidos? ¿Debemos felicitarles por su caridad?

En España desde 2007 a 2010, ha crecido en dos millones de pobres que tenemos gracias a los especuladores como Soros, Buffet y otros. Más les valdría menos filantropía y un mínimo de ética y estética con las personas de este mundo.

La segunda propuesta, es la lanzada por el primer ministro conservador británico, David Cameron, con lo que denomina «The Big Society» que consiste en reforzar las comunidades de vanguardia, apoyar al voluntariado, conseguir más con menos dando atribuciones y responsabilidades a los que están más implicados en los problemas.

Cameron parece relacionar lo público con lo burocrático e ineficiente y lo privado con la eficiencia y la superioridad, cosa habitual en un conservador como él. En algún sentido, es una vuelta al pensamiento de Tocqueville cuando alababa la fuerza de la sociedad norteamericana de finales del siglo XVIII.

Está claro para David Cameron las consecuencias sociales que está generando el modelo social neoliberal y más con la crudeza de esta crisis y los destrozos sociales y de injusticia que están generando. Como conservador que es, no puede apelar al papel del Estado, pues precisamente lo que desea es que éste sea lo más pequeño posible, de ahí que se centre en la fuerza de la libertad individual para llegar a la solución social que la sociedad demanda.

Desde mi punto de vista, esto es un error, pues si bien es positivo sacar lo mejor de cada individuo para la sociedad, esto debe ser complementario al papel del Estado, que siempre debe garantizar unos derechos sociales básicos, donde toda la población tenga garantizados la educación, sanidad, pensiones……..

Nunca deberíamos permitir que el Estado haga dejación de los derechos básicos sociales en favor de la filantropía, porque entonces estaríamos dependiendo de la caridad. Practica que ha sido muy llevada en nuestro país y que es señal de una injusticia social total.

Esta alternativa The Big Society intenta demostrar que se quieren hacer cosas ante la gravedad de los problemas sociales que está generando está crisis como consecuencia de sus políticas de contención y reducción del gasto social que está desarrollando y así justificar la reducción de inversión pública con llamadas a la filantropía civil y a la tradición caritativa victoriana.

Precisamente Cameron procede de una tradición política que no se caracteriza por su gran preocupación por las injusticias y desigualdades sociales.

Si nos fijamos en España, la visión conservadora es todavía más negra y autoritaria, solo es preciso leer a nuestros grandísimos autores de literatura social para ver como describían la desigualdad social y la practica de la caridad ¿Queremos volver a esos tiempos?

Los conservadores españoles acostumbran a considerar como natural la desigualdad y la injusticia social y condena por inútiles el intervencionismo del Estado en estos temas sociales. Les recomiendo que sigan el argumentario tradicional del Partido Popular o aquí en Navarra de la UPN.

Todas estas políticas debemos contemplarlas con gran prevención y mostrando nuestro rechazo, como no puede ser de otra forma pues intentan desdibujar las responsabilidades de los entes públicos sobre la problemática social, planteando medidas que simplemente intentan paliar con esfuerzos voluntarios y caritativos situaciones y problemas que son estructurales dentro de la sociedad.

En España, tanto los partidos, como organizaciones y personas que luchamos por una mayor justicia e igualdad social debemos reflexionar sobre quien representa lo público y quien tiene que ocuparse principalmente de resolver los problemas sociales.

Debemos asumir que el mundo público no se acaba en el marco institucional y que las entidades y organizaciones sociales también pueden representar los intereses generales. No debemos presentarlos como antagónicos, sino como complementarios, siempre y cuando quede claro la coordinación de ambos y la prevalencia en lo principal del Estado.

Debemos los progresistas sumar todas las iniciativas ya sean públicas como privadas, pero NUNCA dependiendo de la caridad y si del Estado.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.