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Fiscalización avanza, pero no es suficiente para erradicar el trabajo esclavo

Fuentes: Adital

En Brasil, persisten los casos de personas que son sometidas a condiciones análogas al trabajo esclavo. Se engañan quienes creen que este tipo de situación ya no existe más. Después de 121 años de la firma de la Ley que abolió la esclavitud en el país, todavía existen trabajadores que viven en medio de amenazas, […]

En Brasil, persisten los casos de personas que son sometidas a condiciones análogas al trabajo esclavo. Se engañan quienes creen que este tipo de situación ya no existe más. Después de 121 años de la firma de la Ley que abolió la esclavitud en el país, todavía existen trabajadores que viven en medio de amenazas, terror psicológico, agresiones físicas, castigos y asesinatos.

La esclavitud actual, a pesar de ser diferente de la antigua, existe. Prueba de ello son los números divulgados por el Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE), en julio pasado. Según el Ministerio, 1.492 trabajadores que vivían en condiciones semejantes a las de trabajo esclavo fueron liberados, solamente, en los primeros siete meses de 2009. En este período, el Grupo Especial Móvil de Fiscalización, coordinado por la Secretaría de Inspección del Trabajo (SIT), realizó 63 operaciones en 164 haciendas o estancias.

El número puede ser todavía peor. Entre 2003 y 2008, el Grupo Móvil liberó a 26.890 trabajadores en 1.368 establecimientos. Mientras tanto, la cantidad de personas liberadas no significa exactamente que el combate al trabajo esclavo mejoró o empeoró en el país. Para el coordinador general de la Repórter Brasil, Leonardo Sakamoto, evaluar la situación del combate al trabajo esclavo depende de varios factores, y no solamente de la cantidad de personas liberadas. Según él, el número de liberados refleja que hay denuncias y fiscalizaciones en las haciendas o estancias, lo que es un avance, «pero no es lo suficiente para erradicar el problema».

De acuerdo con el coordinador, la impunidad, la pobreza y el lucro son los tres principales factores que dificultan la erradicación de este tipo de explotación en el país. Para él, la impunidad, de a poco se está terminando. Los empleadores encontrados in fraganti utilizando este tipo de mano de obra son multados y pueden ser condenados por la Justicia Federal.

Además, los empleadores -movidos principalmente para obtener ganancias y lucro a costa de la explotación humana- que son descubiertos, sus nombres se insertan en la «lista sucia» y, de esta manera, pasan a tener restricciones comerciales por parte de las empresas signatarias del Pacto Nacional por la Erradicación del Trabajo Esclavo y se les impide recibir crédito público federal. El problema para Sakamoto se encuentra en el combate de la pobreza, principal factor que lleva al trabajador a someterse a la explotación. «[La pobreza] es el combustible que mantiene esa llama [del trabajo esclavo] encendida», afirma.

De acuerdo con el coordinador de la Repórter Brasil, solamente liberar a los trabajadores no resuelve el problema, pues muchos terminan volviendo al lugar de origen y prosiguen en la misma situación anterior. Para él, lo que realmente resolverá esta situación es «una reforma agraria real y la generación de empleo e ingresos».

Actualmente, las personas en situación de trabajo esclavo para explotación económica liberadas reciben seguro de desempleo y son insertadas en programas federales como el Beca Familiar, en proyectos públicos y privados de reinserción de esos trabajadores en el mercado de trabajo. Mientras tanto, en la opinión de Sakamoto, «son acciones puntuales». Para él, lo ideal sería analizar los municipios más recurrentes en este tipo de actividad y promover políticas públicas para el desarrollo social.

Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]