Los datos oficiales sobre el programa Bolsa Familia, principal proyecto de transferencia de renta del gobierno federal para el Programa Hambre Cero, muestran que cerca de 4 millones de familias ya fueron beneficiadas, o 16,4 millones de personas, en 5.463 municipios brasileros. Dice además que el nordeste es la región más beneficiada del país. La […]
Los datos oficiales sobre el programa Bolsa Familia, principal proyecto de transferencia de renta del gobierno federal para el Programa Hambre Cero, muestran que cerca de 4 millones de familias ya fueron beneficiadas, o 16,4 millones de personas, en 5.463 municipios brasileros. Dice además que el nordeste es la región más beneficiada del país. La región acoge al 57,37% de los registrados y recibe el 58,91% de los recursos del programa federal; Bahia es el estado con mayor número de atendidos. Los datos generales del Bolsa Familia muestran que en algunos estados la meta fue cumplida antes del plazo previsto, como es el caso de Piauí, Sergipe, Ceará y Maranhão, en el nordeste, además de Mato Grosso, en el centro del país. Hasta fines de julio de 2004, serán 4,5 millones de familias beneficiadas. Pero esos son datos que según Frei Betto, asesor especial de la Presidencia para la Movilización Social del Programa Hambre Cero, no interesan a la gran prensa.
En una entrevista al sitio web «Repórter Social» (www.reportersocial.com.br), el asesor resaltó que el Hambre Cero es una realidad y es la mejor realización del gobierno Lula. También señaló el preconcepto existente en la cobertura del Hambre Cero y expresó que la prensa ignora a los movimientos sociales. Betto señala un posible motivo para esa postura de los medios: «tal vez porque hayamos iniciado el Hambre Cero por cinco prioridades: el semiárido nordestino, las aldeas indígenas, los quilombolas (comunidades negras), los campamentos del MST y los basurales. Ninguna de esas prioridades se sitúa en los grandes centros urbanos, donde tienen su base los medios brasileros de mayor repercusión».
«El Hambre Cero no es asistencialista. Es una política pública de inclusión social. Y por eso sólo se consigue sentir lo que es, a través de la convivencia con las personas en aquellos municipios directamente beneficiados, donde hay una gran circulación de riquezas, sea por la política de transferencia de renta, sea por la compra directa de la agricultura familiar, que es uno de los recursos que el Hambre Cero utiliza», explica el asesor.
Después del nordeste, la región con mayor número de beneficiados por el Bolsa Familia es el sudeste. La parte más populosa del país tiene 905.138 familias (20,73% do total) que reciben dinero del programa, con un total de R$ 59,75 millones (22,06%). Minas Gerais es el estado líder en la región en número de familias atendidas (417,9 mil, o 9,87% del total nacional) y en recursos recibidos (R$ 28,45 millones, o 10,18%). La región con menos beneficiados es el centro-oeste: 126,5 mil familias atendidas (3,08%) y R$ 8,55 millones enviados (2,96% dos recursos). Esos son datos que difícilmente estarán estampados en la prensa escrita, o divulgados por la televisión, pues, según Frei Betto, los medios brasileros son elitistas.
El Bolsa Familia, apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), unifica el registro de cuatro programas federales de transferencia de renta: Bolsa Escuela, Bolsa Alimentación, Tarjeta de Alimentación y Auxilio Gas. El objetivo es evitar la superposición de programas, de manera a aumentar el número de beneficiados y elevar el beneficio pago por familia. En promedio, el Bolsa Familia paga R$ 70,23 por mes a los registrados. En dos regiones, justamente las más pobres del país, el pago supera el promedio nacional: en el norte R$ 75,62 por familia, en promedio y en el nordeste R$ 72,12. El menor promedio es el de la región sur con R$ 65,03 por familia.
* Micheline Matos es periodista de Adital destacada para cubrir la movilización social de Programa Hambre Cero.