Sami Naïr (Tlemcen, Argelia, 1946) –sociólogo, escritor y exeurodiputado francés– participó en febrero pasado en Sitges en un coloquio que tenía como objetivo interpretar el proceso de globalización y la situación del mundo actual, al que asistieron una decena de intelectuales de todo el mundo. Naïr ha convertido parte de las intervenciones en aquel foro […]
Sami Naïr (Tlemcen, Argelia, 1946) –sociólogo, escritor y exeurodiputado francés– participó en febrero pasado en Sitges en un coloquio que tenía como objetivo interpretar el proceso de globalización y la situación del mundo actual, al que asistieron una decena de intelectuales de todo el mundo. Naïr ha convertido parte de las intervenciones en aquel foro de Susan George, Ignacio Ramonet, Tzvetan Todorov y las suyas propias, en un libro, Frente a la razón del más fuerte (Círculo de Lectores), que ayer presentó en Madrid
La obra refleja la concepción del mundo de estos pensadores. «Los cuatro –añade– tenemos un punto de partida común: una visión crítica, abierta y libre del sistema; la globalización necesita un contenido positivo». Naïr sostiene que George, vicepresidenta en Francia de Attac (asociación que defiende el control democrático de los mercados) «demuestra que es posible cambiar el mundo en provecho de los seres humanos y que los movimientos alternativos no se pueden reducir únicamente a discursos críticos».
PLURALISMO EN CRISIS
De Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, destaca su visión del mundo basada «en la mercantilización de las relaciones humanas», mientras que de Todorov, historiador y filósofo búlgaro, recupera su idea sobre unos EEUU hegemónicos «porque el pluralismo está en crisis». Naïr afronta el choque de las civilizaciones y el problema de la modernidad, temática que cree «poco interesante en el contenido, pero con una función esencial». Critica el predominio del poder en la relación entre las culturas existentes: occidental, confucionista, japonesa, islámica, hindú, ortodoxa y afrolatinoamericana. De esta forma, una de ellas debe «dominar» sobre el resto porque es la «verdadera», recuerda Naïr basándose en la obra de Huntington Quienes somos: Los desafíos a la identidad nacional americana.
El filósofo argelino defiende «la diversidad cultural y una modernidad basada en la igualdad de los seres humanos». Al mismo tiempo, juzga importante «que el comercio no destruya las civilizaciones, que los organismos funcionen en nombre del derecho internacional y que el desarrollo tecnológico no destruya el tejido humano». Para ello, son necesarias reglas a nivel económico, político y medio ambiental.
Naïr define el integrismo religioso como «una variedad moderna del fascismo clásico». Reconoce que «Sadam luchó contra el fanatismo religioso y prohibió la manifestación de shiís», que relaciona con la muerte de un millar de éstos en Bagdad ante el temor a un ataque suicida, el pasado miércoles. Pero el escritor también rechaza la época del dictador: «La democracia es necesaria e imprescindible; hay que oponerse a la razón del más fuerte».