Traducido para Rebelión por Carlos Sanchís
El viaje de Tabare Vázquez a Washington sigue los pasos de todos los serios y serviles candidatos presidenciales latinoamericanos. Vázquez y todos los demás candidatos antes que él declaran su obediencia a los banqueros (empeñan a » honor» la deuda externa), al FMI (para seguir las políticas macro económicas neo-liberales), a Wall Street ( para reconocer y promover privatizaciones), y al presidente Bush (para proceder con el ALCA).
A cambio de su » declaración de fe» Vázquez espera afianzar un «certificado de buena conducta», una garantía de que los EE.UU. no se opondrán a su elección o que no desestabilizarán su régimen.
Para demostrar su » buena fe» manteniendo el principio del imperio americano, Vázquez propuso a Enrique Iglesias, el jefe de BID como su primera opción para Ministro de Economía, uno de los principales arquitectos de las políticas neo-liberales que devastan América Latina.
Cuando Iglesias lo rechazó, Vázquez nombró a Danilo Astori, que es el frentista favorito de Washington y del FMI. Vázquez tomó su decisión unilateralmente y mientras viajaba porque precedía a Lula: para evitar el debate público de su capitulación servil al FMI y a Washington.
Las declaraciones de Vázquez en Washington son una advertencia clara a los obreros y desempleados uruguayos de que pueden esperar más «medicina cruel» durante su presidencia neo-liberal. Con el «certificado de aprobación» de Washington, Vázquez y el NPP pueden «ampliar» su llamamiento a los especuladores, financieros, agro-negocios, promotores inmobiliarios y a las multinacionales.
Vázquez puede ganar las elecciones pero el capital ganará la Presidencia.