El país observó con estupor la catástrofe ocurrida en Manaos debido a la falta de oxígeno en los hospitales. Los pacientes agonizan hasta morir por falta de aliento; muchos otros sufrirán las terribles consecuencias de la asfixia. Cientos de personas en condición grave están siendo trasladadas por avión a otros estados.
Esto no es un accidente. El caos de Manaos es el resultado directo de la política genocida y negacionista aplicada por el gobierno de Bolsonaro. Ciertamente, está la responsabilidad del gobierno del estado de Amazonas y la alcaldía de la capital. Pero no puede haber duda sobre el principal culpable de la devastación de vidas en el país. Tiene nombre y apellido: Jair Messias Bolsonaro.
Ante la tragedia que asola a Brasil, la medida más urgente y vital para salvar vidas y evitar el colapso nacional es remover inmediatamente del poder al presidente asesino. Sin esto, ni siquiera un plan de vacunación capaz de contener la propagación del virus a lo largo de este año está garantizado. Bolsonaro sabotea las medidas sanitarias, estimulando las aglomeraciones y la no utilización de máscaras, difunde mentiras en la población para desacreditar las vacunas, imposibilita la coordinación de la acción nacional con los estados y municipios para combatir la pandemia; en resumen, trabaja a favor del virus. Además, el gobierno ha cancelado la ayuda de emergencia y no está tomando ninguna acción en defensa del empleo de los trabajadores, como se vio en el cierre de las fábricas de Ford.
El impeachment de Bolsonaro se vuelve todavía más urgente con el telón de fondo de la explosión de la segunda ola de la covid-19 y sus repercusiones sociales y económicas. En muchas capitales y ciudades, los hospitales ya están superpoblados o con una capacidad cercana al 100%. Como resultado, los profesionales de la salud, en primera línea desde marzo de 2020, están física y psicológicamente sobrecargados y agotados. El número de casos está creciendo rápidamente y la tasa media de mortalidad ha vuelto a superar la marca de los 1.000 muertos por día.
Con la aparición de una nueva variante del virus, aún más contagiosa, aumenta la probabilidad de que lo peor esté por venir. Si no queremos que el desastre de Manaos se extienda por todo el país, es urgente que Jair Bolsonaro y su banda de facinerosos sean expulsados del poder, quienes también deben ser juzgados criminalmente por lo que han hecho en el manejo de la pandemia.
Corresponde a la izquierda, a los movimientos sociales, a los sindicatos y a todos los que defienden la vida del pueblo brasileño, actuar por el Fuera Bolsonaro. Es necesario presionar a Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, para que inmediatamente abra el proceso de impeachment en el Congreso. Maia ya tiene 56 peticiones formalizadas. Si continúa bloqueando la impugnación, debe ser considerado cómplice del genocidio bolsonarista.
El sentimiento de indignación y conmoción que se apodera de la mayoría de la sociedad debe convertirse en acción. Lamentablemente, no es posible hacer manifestaciones en las calles en este momento, pero podemos hacer caminatas, caceroleos, y otras movilizaciones colectivas a favor del impeachment. Varias acciones como éstas ya están siendo convocadas por sindicatos y movimientos sociales ¡Luchemos, en defensa de la vida!
– ¡Oxígeno para Manaos!
– ¡Fuera Bolsonaro! ¡Impeachment ya!
– ¡Vacunación gratuita para todos, ya!
– ¡Mantener y ampliar la distancia social y las medidas de protección de la salud!
– ¡Ayuda de emergencia hasta que toda la población sea vacunada!
– Prohibición de despidos y ayuda a las pequeñas empresas hasta el final de la pandemia!
– ¡No al regreso de las aulas presenciales! ¡Por la prolongación del ENEM (Examen Nacional de Enseñanza Media)!
Traducción: Ernesto Herrera, para Correspondencia de Prensa.
Fuente (de la traducción): https://correspondenciadeprensa.com/?p=16145
Fuente (del original): https://esquerdaonline.com.br/2021/01/15/fora-bolsonaro-antes-que-seja-tarde-demais/