El fracaso político de la desacreditada consulta organizada por la derecha venezolana el pasado 16 de julio ha forzado el inmediato paso al frente de sus valedores imperialistas, Estados Unidos y la Unión Europea. La masiva, verificada y verificable participación popular en el ensayo de votación para la Asamblea Constituyente arrinconó la consulta fraudulenta, salvada […]
El fracaso político de la desacreditada consulta organizada por la derecha venezolana el pasado 16 de julio ha forzado el inmediato paso al frente de sus valedores imperialistas, Estados Unidos y la Unión Europea. La masiva, verificada y verificable participación popular en el ensayo de votación para la Asamblea Constituyente arrinconó la consulta fraudulenta, salvada fuera de Venezuela por la intervención de los grandes medios de comunicación imperialistas (El País, Efe, BBC, CNN o Euronews), que disciplinadamente repitieron titular y foto inventando la noticia necesaria a los intereses del plan golpista que desarrollan en Venezuela desde hace meses.
Tras la estafa informativa, vinieron las declaraciones injerencistas del presidente yanqui, Trump, y de la alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini. El primero, sin tener en cuenta que accedió al cargo con un millón de votos menos que la candidata más votada, afirma que «apoya al pueblo de Venezuela en su deseo de que su país vuelva a ser una democracia plena». También, sin reparar en los efectos favorables en su campaña electoral de la publicación de los correos electrónicos de H. Clinton, «exige elecciones libres y justas», para terminar, en una clara violación del Derecho Internacional y de la Carta de Naciones Unidas, amenazando a Venezuela con «enérgicas y rápidas acciones económicas si Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio», lo que constituye una descarada intromisión en los asuntos internos de Venezuela, una violación de su soberanía y un desprecio de la Constitución y leyes venezolanas. Con la misma orientación se pronunció Mogherini al declarar que el gobierno venezolano tiene que «suspender el proceso de hacer una Asamblea Constituyente», proceso participativo que le debe de parecer una aberración dados los mecanismos antidemocráticos que rigen en la Unión Europea, donde su gobierno (la Comisión Europea) no está sometido ni a control popular ni al del Parlamento Europeo.
La Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos rechaza, igualmente, las palabras del ministro de Exteriores de España, Alfonso Dastis, que llama a Venezuela a «cumplir la Constitución», desconociendo intencionadamente que la Asamblea Constituyente está establecida en los artículos 347 a 349 de la Carta Magna venezolana y contribuyendo, con su conducta neocolonial, a propagar la mentira de que en Venezuela el gobierno no respeta las leyes, cuando, en realidad, son sus protegidos de la derecha proimperialista quienes incumplen la ley, desacatan las sentencias judiciales y realizan atentados terroristas.
La Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos exige respeto a la soberanía venezolana, poner fin a la injerencia imperialista y que Estados Unidos, la Unión Europea y la OEA se atengan estrictamente a las normas del Derecho Internacional.
La Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos llama a la solidaridad con el pueblo bolivariano de Venezuela y a apoyar su camino hacia la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, rechazando el golpismo, la injerencia y la guerra económica y mediática con que pretenden derrotar el proceso democratizador puesto en marcha por Hugo Chávez y continuado por el Gran Polo Patriótico encabezado por Nicolás Maduro.
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