Recuperada hace once años la gestión del petroleo por parte del Gobierno bolivariano, sigue habiendo un desvío descomunal de los ingresos que su venta genera hacia la clase capitalista. El necesario pero ineficiente control de capitales instaurado desde entonces, parece estar subvencionando la fuga de capitales, en divisas, por parte de una mafia defraudadora. Este […]
Recuperada hace once años la gestión del petroleo por parte del Gobierno bolivariano, sigue habiendo un desvío descomunal de los ingresos que su venta genera hacia la clase capitalista. El necesario pero ineficiente control de capitales instaurado desde entonces, parece estar subvencionando la fuga de capitales, en divisas, por parte de una mafia defraudadora. Este fenómeno, a fin de cuentas, no es más que la redistribución, en favor de los capitalistas, de una parte de riqueza nacional no contabilizada. ¿Se puede calcular de alguna forma este fenómeno de reapropiación? Intentémoslo…
Venezuela es una economía capitalista. Una economía capitalista salvaje, con una lucha de clases bien clara. Y quizás, lo que más ha permitido visualizar tal lucha es la voluntad continua del Gobierno bolivariano no sólo de evidenciarla sino también de ponerse del lado del pueblo.
Uno de los principales aspectos en los que la confrontación de los intereses de clase es más visible es la política petrolera. Hasta hace pocos años, la burguesía manejaba directamente el preciado recurso y se llevaba los dólares de su venta (lo cual representa más del 90% de las exportaciones). Sin embargo, desde que se recuperara definitivamente la gestión pública del mismo tras el sabotaje patronal de 2002-2003, gran parte de los recursos entrantes en Venezuela han servido para pagar importaciones que sostuvieran el alto consumo privado y para financiar misiones sociales de gran impacto.
Para ello se puso en marcha entonces un mecanismo de control de capitales, cuya institución visible era CADIVI (Comisión de Administración de Divisas) , encargado de racionalizar las divisas entrantes. Una pequeña parte de éstas se asignaría a turismo, envío de remesas… Sin embargo, la gran mayoría estaría orientada al pago exterior de bienes y servicios estratégicos para el desarrollo del país. Sólo el uso eficiente de la gran cantidad de divisas entrantes podía revertir la tendencia desindustrializadora y monoexportadora que ha venido sufriendo el país en las últimas décadas.
A once años de la creación de CADIVI, el reciente anuncio de su substitución por otra institución (Centro Nacional de Comercio Exterior, CENCOEX) ha acabado dando la razón a aquellos que denunciaban la ineficacia de aquella institución en la correcta asignación de las divisas así como la indirecta apropiación, por parte de una clase rentista, de una cantidad importante de los recursos petroleros.
Para acceder al cambio de divisas por moneda nacional, CADIVI exigía un proceso burocrático previo- muy laborioso y pesado1 – de justificación de tales recursos. Sin embargo, con el tiempo, una clase rentista ha encontrado formas alternativas para desviar las divisas a cuentas personales en el extranjero. Una de estas formas ha sido la sobrefacturación: el importador, en connivencia con el extranjero – a menudo, el rol de importador y exportador lo hace una misma empresa multinacional – que le suministra una mercancía, pidiendo al Gobierno una cantidad elevada de dólares y justificando un gasto superior al real, quedándose con la diferencia en un depósito de un banco en el extranjero2 3.
Este fraude puede ser estimado, de forma similar a como hizo Manuel Sutherland , observando la posición de inversión internacional (IIP; en el FMI) de Venezuela, que da cuenta de todos los activos y pasivos financieros de la economía venezolana con el exterior. Veamos cómo realizamos tál estimación:
En una situación ideal de control efectivo contra el fraude casi la totalidad de los activos venezolanos en el extranjero pertenecerían casi exclusivamente al Estado y las empresas públicas. Las restrictivas leyes en cuanto a tenencia de divisas harían que los activos privados en manos extranjeras fueran muy escasos – si acaso, una pequeña cantidad en manos de empresas con inversiones en el exterior (IDE), o la reserva de algunos bancos nacionales.
Sin embargo, vemos que estos activos privados han crecido de forma espectacular en los últimos años. Sutherland muestra al respecto, basándose en datos del Tax Justice Network , que en los últimos diez años, la fuga de capitales en el país ha superado la de todo el periodo 1970-2000 y que, a pesar del control de capitales (o gracias a él), es la economía nacional de la región con mayor desvío privado de activos al extranjero.
Esta sangría tiene efectos directos sobre la participación de las diferentes clases en la renta nacional. La clase rentista está declarando como gasto en importación lo que en realidad es un atesoramiento masivo de dólares. A partir de unos simples cálculos y de unas hipótesis conservadoras, vamos a intentar ponerle medida.
Sabemos por un lado que la riqueza económica nacional – la cual identificamos con el PIB – puede ser medida como la suma total de los consumos interiores. En la economía venezolana, concretamente, se puede medir tomando el consumo, privado y público, sumándole las exportaciones – casi exclusivamente de petroleo – (se produce dentro pero se consume fuera) y restando las importaciones (se consume dentro, pero se produce fuera) pagadas en divisas por el Gobierno. Además de como suma de consumos interiores, el PIB puede ser también calculado a partir de la suma de las rentas generadas, siendo éstas en su mayoría salarios y beneficios 4.
Tomando los datos estadísticos ofrecidos por el BCV y por el INE, vemos que medido en términos absolutos, el PIB ha crecido de forma espectacular (aún sin tener en cuenta la inflación). Si además medimos el reparto de rentas de manera relativa – qué proporción para los salarios, y cuánta para los beneficios -, vemos que los datos en Venezuela no distan en absoluto de otros países y que incluso la llegada del gobierno bolivariano ha beneficiado – en estos términos – más a capitalistas que a asalariados. El primer gráfico, nos muestra, por ejemplo, que en años como 2005 los capitalistas se han llevado como beneficio la mitad de las rentas generadas en el país, mientras que la parte correspondiente a los salarios no llega al 30%.
Gráfico: Participación de salarios y beneficios en el PIB venezolano
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
No obstante, en esta gráfica no está incluida la fuga de capitales. Con esto queremos decir que, si en el cálculo previo el capitalista no está declarando una parte desviada y guardada en un activo financiero en el extranjero, la evolución real teniendo en cuenta estos activos será todavía más favorable al capital. Si queremos rehacer la gráfica con nuestro nuevo ingrediente, previamente tenemos que darle un valor. Como hemos argumentado antes, tomar los activos privados en el exterior puede ser una aproximación. Aún así, como recuerda Sutherland, en este monto no estamos ni siquiera contabilizando la parte de los capitales desviados que ya han sido consumidos en el extranjero. Por lo tanto, repetimos, nuestros cálculos se quedan irremediablemente cortos.
Consideremos que la inmensa parte de los desvíos de capital se hacen por medio de operaciones comerciales: el Estado se deshace de divisas para pagar supuestas importaciones privadas, que en realidad son desvíos de capitales al extranjero. La consecuencia más inmediata es que estamos infravalorando el PIB, ya que contamos como importación algo que es una mera privatización, en favor de los capitalistas, de títulos financieros en el exterior.
¿Y cuánto se queda, en dólares o en bolívares corrientes, la mafia rentista cada año? A partir de nuestras hipótesis y de los datos sacados de la IIP del informe anual del FMI, sólo tendremos que observar la diferencia entre las posiciones acreedoras privadas de cada año por los residentes venezolanos. Si por ejemplo, en un año, el total es de 600 millones de dólares y al año siguiente es de 1000 millones, los nuevos activos adquiridos ese año – es decir, los fondos desviados – son equivalentes a 400 millones5.
Si queremos recalcular el reparto relativo de la riqueza venezolana entre salarios y beneficios, tenemos que integrar este PIB desviado y escondido y que realmente son mayores beneficios de los capitalistas. Sin embargo, antes habrá que expresar estas divisas en bolívares. Nosotros hemos aplicado el tipo de cambio oficial de cada año porque éste es el que utiliza el Estado para cambiárselo en la supuesta operación de importación. Eso hace nuestro cálculo todavía más conservador, ya que el capital sale de Venezuela a una tasa oficial que subvenciona la adquisición de dólares y entra por el mercado paralelo a un precio al menos diez veces más caro, lo que multiplica la capacidad adquisitiva de los dólares fugados.
Gráfico 2: Participación corregida de salarios y beneficios
Fuente: INE y FMI (WFS Annual Report, 2012 y 2013)
Sin tener esto último en cuenta, interpretamos de la nueva gráfica que, en la repartición del PIB, la inclusión de los capitales fugados en las rentas nacionales supone un aumento de la parte de los beneficios que en ocasiones roza los 5 puntos porcentuales, en detrimento de la parte salarial, principalmente. Es decir, aún con cálculos tan poco arriesgados: los resultados parecen evidenciar que la ineficiente política cambiaria y de control de capitales no sólo ha permitido, sino ha fomentado – por medio del disfraz de las operaciones de comercio exterior – un doble fenómeno de fuga de capitales, por un lado, y de reapropiación capitalista, por otro, de una parte importante de riqueza nacional.
En este sentido, el necesario cambio que parece estar dando el Gobierno en su régimen monetario, acabando progresivamente con el dólar subvencionado, sólo llevará a un proceso de reindustrialización y de redistribución más justa de la riqueza si el nuevo Centro Nacional de Comercio Exterior, consigue atajar la hemorragia llevada a cabo por la mafia rentista, lleve ésta la franela que lleve.
Juan Barredo
Economía Crítica yCrítica de la Economía
1Esto ha sido objeto de divertidas mofas por parte del periódico satírico El Chiguire Bipolar . Véase aquí o aquí .
2Dado el reparto de divisas, consideramos que las estrategias de desvío de dólares utilizadas por los viajeros al exterior no tienen un impacto comparable al que tienen las operaciones comerciales.
3El bachaqueo, o contrabando hacia Colombia de alimentos subvencionados por el Gobierno Venezolano, es otra modalidad de desvío de capitales de gran repercusión mediática que desabastece de bienes a los mercados limítrofes. Sin embargo, los montos desviados por esta modalidad no tienen la relevancia de aquellos desviados en las operaciones de importación que acabamos de describir.
4La suma de salarios y beneficios no da el 100% dada la existencia de rentas mixtas y un apartado de impuestos netos.
5Para facilitar el cálculo no integramos factores como la variación del precio de activos en años anteriores, ni los activos por inversiones extranjeras directas o aquellos en titularidad de los bancos. Más concretamente, para quien pueda interesar, los valores finales salen de la suma entre los apartados acd y ajd del informe anual del International Financial Statistics (IFS)
Fuente: http://www.economiacritica.net/?p=2779
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