Comunicado de prensa 12 de noviembre 2010
Attac y Ecologistas en Acción denuncian con una acción simbólica ante la Bolsa de Madrid la actuación del Gobierno español en la cumbre de Seúl y la continuidad de la «economía de casino» por el G20 que causa crisis financieras como la actual en Irlanda.
En protesta por la Cumbre del G20 y en coordinación con las movilizaciones de decenas de miles de personas en Seúl bajo el lema «Primero la Gente» Attac y Ecologistas en Acción imputan al G20 la responsabilidad de haber causado la actual crisis financiera y transferir ahora todos sus costes a la población a través de ajustes estructurales y recortes sociales y ambientales. Por ello exigen que sea la banca y la industria financiera que paguen por la crisis.
Censuran a Zapatero por haber participado por un lado en la cumbre de las empresas (G20 Business Summit), apostando por falsas soluciones como el maquillaje verde a las políticas destructivas de las multinacionales, y por otro lado no haber ni si quiera respondido las demandas de las organizaciones sociales. En esta línea, critican la incoherencia e hipocresía del Gobierno español porque Zapatero se comprometió en la Cumbre de Naciones Unidas en septiembre a impulsar un impuesto sobre las transacciones financieras internacionales (ITF) mientras no ha defendido la medida en la cumbre del G20.
En una declaración entregada al G20 la semana pasada, 200 redes y organizaciones de 23 países -entre ellas 27 plataformas, coordinadoras, ONG y organizaciones sociales del Estado español- reclaman la inmediata implementación de un impuesto sobre las transacciones financieras internacionales. Lamentablemente, el comunicado final del G20 no recoge esta demanda y muestra así su falta de voluntad política para acabar con la especulación financiera y el poder de influencia de los mercados financieros.
Cualquier reforma del sistema financiero tiene que evitar la especulación. Por eso, un impuesto sobre las transacciones financieras internacionales de un 0,1%, por ejemplo, haría no rentable la mayor parte de las especulaciones arriesgadas de muy corto plazo y así dejarían de existir. Recordamos que menos del 5% de este «capitalismo de casino» (que llegó a mover US$ 3 billones al día en sus picos más altos) sirve a la economía real, y, sin embargo le causa enormes pérdidas. Además, un impuesto de estas características generaría recursos nuevos a los presupuestos generales de los Estados (unos 734.800 millones de US$ al año en caso de una tasa de 0,1%) para luchar contra el desempleo, la pobreza y el cambio climático. La mayoría de la población está de acuerdo con que los responsables de la crisis paguen sus delitos, así que la demanda de este impuesto, acompañada con la regulación correspondiente, no sólo tiene respaldo social sino es justa y necesaria.
«La única forma de hacer frente a la crisis financiera y económica mundial es cambiar el modelo económico neoliberal, adoptar e implementar medidas legales y administrativas concretas y eficaces para controlar y limitar el flujo de capitales, así como reformar radicalmente el sistema financiera y perseguir judicialmente la evasión, el fraude fiscal y lavado de dinero de todo tipo de crímenes económicos realizados mediante los paraísos fiscales o centros financieros para no residentes», señalan Attac y Ecologistas en Acción.
Asimismo se manifiestan en contra del acuerdo del G20 de dar más poderes al Fondo Monetario Internacional (FMI) porque esta institución es co-responsable de las múltiples crisis financieras que se han vivido a lo largo de las últimas décadas al aplicar programas de ajuste estructural que conllevaron a la desregulación financiera y la liberalización comercial.
Las dos organizaciones se felicitan por el fracaso de las negociaciones en Seúl de un Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Corea del Sur, porque el tratado recoge disposiciones muy peligrosas como la mayor liberalización de los servicios financieros que impiden a los gobiernos tomar medidas eficaces contra la crisis financiera como limitar el control de los flujos de capitales o aplicar una tasa para limitar la especulación.
Attac y Ecologistas en Acción declaran que con la «apuesta de más liberalización comercial y de las inversiones» del G20, no sólo no se resuelve la crisis, sino empeora las crisis sociales y ambientales que son los verdaderas problemas actuales y que han sido excluidos de la agenda de Seúl. El G20 ha demostrado una vez más, que sólo responde a los intereses neoliberales del gran capital, sentencian las dos organizaciones.
Denuncian que las políticas comerciales internacionales están entre las verdaderas causas que provocaron la actual crisis económica mundial eliminando decenas de millones de puestos de trabajo.
Llaman «cortina de humo» la discusión del G20 sobre un «crecimiento equilibrado» o «poner límites al déficit o superávit en sus balanzas por cuenta corriente» porque en realidad EEUU quiere limitar las exportaciones de los países emergentes a favor de sus propias exportaciones. Las propuestas de EEUU y la UE sólo buscan incrementar su acceso a los mercados porque piensan que así pueden resolver momentáneamente su crisis de sobreproducción y de desempleo, vendiendo más bienes y servicios en los países emergentes, o sea generando crecimiento económico a espaldas de terceros países y de la destrucción ambiental.
Por otra parte, Attac y Ecologistas en Acción toman nota de la aprobación, ayer, por el Parlamento Europeo de una nueva directiva para controlar y supervisar los diferentes fondos especulativos, como los fondos de alto riesgo (hedge funds) y fondos soberanos (private equity), pero sentencian que de poco servirá porque sigue permitiendo la especulación arriesgada, no limita los flujos de capitales ni prohíbe los paraísos fiscales por lo que la UE sigue creando las condiciones para nuevas burbujas especulativas, colapsos del sistema financiero y evasión de impuestos.
Además, lamentan que sólo llegará a aplicarse a partir de 2013 y que sean la Autoridad Europea del Mercado de Valores (ESMA) y la Comisión Europea quienes elaboren los detalles técnicos de su aplicación, ya que estos organismos están fuertemente influenciados por la industria financiera y tienen como asesores el Deutsche Bank y Goldman Sachs que son responsables directos de la crisis financiera.
Por último, el enfoque principal del G20, conseguir el crecimiento económico, es muy peligroso porque no tiene en cuenta el agotamiento y la finitud de los recursos naturales, muy especialmente del petróleo, y una crisis ambiental sin precedentes. El G20 reúne países que emiten más del 80% de los gases de efecto invernadero, y sin embargo no muestran voluntad política para reducir sus emisiones. Como medida urgente, los gobiernos del G20, y especialmente el español, tienen que eliminar todas las subvenciones a los combustibles fósiles (500.000 millones de US-$ en 2008), exigen las dos organizaciones.
Fuente: http://www.acordem.org/2010/