Recomiendo:
0

Ganancias gracias a la eurocrisis

Fuentes: La llibertat dels antics

Alemania se ha beneficiado del chantaje a Grecia y de la política monetaria expansiva del BCE.

Los críticos del orden neoliberal de la UE son señalados habitualmente como «populistas». Consideremos la política de interés cero y el programa de adquisición de deuda pública (expansión cuantitativa o quantitative easing) del BCE. ¿Cuántas veces hemos oído respecto a estas políticas que se trtaría de un regalo a los países del sur de Europa y un robo a expensas de los contribuyentes alemanes? ¿Cuán a menudo se ha alzado esa acusación contra Mario Draghi, en su calidad de presidente del BCE, para afirmar la necesidad de un aumento de las tasas de interés? 

El ahorrista alemán 

Ahora bien, la realidad parece ser otra. En el Centro Europa Ricerche (CER) en Roma, hemos realizado en enero un sencillo estudio. Se trata del cálculo de las diferencias entre los intereses que los estados europeos realmente han pagado por su deuda pública entre 2007 y 2017 y la suma que habrían abonado en el supuesto de que los intereses para los empréstitos estatales correspondientes a los niveles de 2006 (Francia 3,9 %, Alemania 4,1 %, Italia 4,4 %) se hubiesen mantenido constantes en los años siguientes. Los resultados: Alemania habría ahorrado (280.000 millones de euros). Le seguiría Francia con 230.000 millones de euros e Italia con140.000 millones de euros. El ahorro total para la Eurozona es considerable: 950.000 millones de euros. Pero más del 70 % de esa suma (alrededor de 690.000 millones de euros) ha beneficiado al denominado «núcleo europeo», mientras que los estados periféricos, los denominados PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) han obtenido menos del 30 % del ahorro (alrededor de 260.000 millones de euros). 

La confirmación oficial de esos resultados fue conocida el 23 de abril cuando el Handelsblatt (periódico económico) publicó el contenido de la respuesta escrita de la secretaria de Finanzas Bettina Hagedorn (SPD) a una petición del responsable presupuestario de los Verdes, Sven-Christian Kindler. El periódico cita además «nuevos datos del Bundesbank». Según sus cálculos, el ahorro total acumulado de intereses de la unión monetaria entre 2008 y 2017 aumentó a alrededor de 1,15 billones de euros, una suma que es incluso más alta que la calculada por el CER (probablemente debido a los diferentes períodos considerados). Pero eso no cambia el hecho básico de que Alemania se benefició más de la reducción de intereses, con un ahorro acumulado de 294.100 millones de euros.

Malas noticias son buenas noticias 

Detrás de esas cantidades no sólo está la ultralaxa política monetaria del BCE. La historia comienza antes, con la crisis griega. El 10 de agosto de 2015 había señalado el Instituto Leibnitz de Estudios Económicos (IWH), situado en Halle, en un documento de investigación que los programas de préstamos desde 2010 habían representado una importante reducción de intereses para el presupuesto estatal. Entre otras cosas, esto se produjo porque los inversores huyeron a los bonos seguros (el llamado vuelo a la calidad). Los investigadores del IWH afirman que: «las malas noticias en Grecia resultaron buenas en Alemania». Cada comunicado negativo sobre la evolución de la economía griega producía como consecuencia una disminución de la tasa de interés en Alemania. Por otro lado, las tasas de interés sobre los bonos emitidos por Grecia y otros países en crisis aumentaron. El resultado fue tan favorable para las arcas públicas alemanas que, incluso en el caso de una bancarrota total de Grecia, el resultado neto para Alemania habría sido positivo. 

El programa de expansión monetaria (Quantitative Easing) del BCE se lanzó en 2013 y fue diseñado para salvar al euro. En lo que respecta a esto Marcel Fratzscher, presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), tiene toda la razón: «Los gobiernos federal, estatal y local, y por lo tanto también los contribuyentes, son los grandes ganadores de las bajas tasas de interés». Alemania fue la más favorecida, porque los bonos del gobierno de la RFA fueron los más comprados por el BCE. 

Desafortunadamente, la ideología del «cero negro» (Schwarzen Null, ausencia total de déficit presupuestario o cero déficit) operado por el exministro de Finanzas Wolfgang Schäuble (CDU) (y ahora aparentemente confirmado por su sucesor Olaf Scholz (SPD) ha impedido hasta ahora utilizar este considerable ahorro en gasto social e inversión en infraestructura.

Vladimiro Giacché es economista y miembro del Instituto de Estudios Económicos de Centroeuropa con sede en Roma. Artículo publicado en Donnerstag, 3 de mayo de 2018.

Traducción de Alejandro Andreassi.

Fuente: http://lallibertatdelsantics.blogspot.com.es/