Recomiendo:
0

General Motors: decenas de miles de empleos masacrados

Fuentes: La Breche

El 21 de noviembre de 2005, la dirección de General Motors (GM) anunció una vasta «reestructuración» de sus plantas de montaje en Estados Unidos y en Canadá. En un contexto de sobre-capacidad de producción acentuada, GM va a cerrar varias plantas de aquí a 2008, nueve en total. Algo así como 30.000 empleos serán suprimidos, […]

El 21 de noviembre de 2005, la dirección de General Motors (GM) anunció una vasta «reestructuración» de sus plantas de montaje en Estados Unidos y en Canadá.

En un contexto de sobre-capacidad de producción acentuada, GM va a cerrar varias plantas de aquí a 2008, nueve en total. Algo así como 30.000 empleos serán suprimidos, o sea 22% de la mano de obra que emplea en los EEUU. Regiones enteras (Michigan, Georgie, Ohio, etc.) serán desvastadas por un verdadero ciclón de pérdidas de puestos de trabajo (directos e indirectos). De 2000 a 2006, 40 % de los puestos de trabajo han sido y serán suprimidos. A fines de 2008, GM debería contar con una plantilla de 86.000 trabajadores (cuellos azules); lo que representa prácticamente el total de empleados de Flint (Michigan) a comienzos de los años 70.

La dirección de GM explica (Wall Street Journal, 21 de noviembre de 2005): la reducción de las capacidades de producción en un millón de unidades hasta 2008 es un imperativo para restablecer la rentabilidad y responder a las expectativas de los accionistas. Entre estos últimos se encuentra Kirk Kerkorian – propietario de casinos de las Vegas – quien podría terminar recuperando GM… a un buen precio, una vez hecha la limpieza e incluso pronunciada la quiebra. Asi tendría luego la posibilidad de vender GM en «apartamentos», sectores más o menos rentables, para poder así obtener mayores beneficios.

La nueva «contracción» de las instalaciones se agrega a la que ya fuera efectuada – un millón de unidades también – entre 2002 y 2005. Las acciones de GM han alcanzado el nivel más bajo de los últimos dieciocho años y las obligaciones GM son consideradas como «podridas». La firma está actualmente sometida a una investigación sobre sus cuentas: en 2001 GM «subestimó» sus beneficios en 400 millones de dólares.

Estas cifras indican la amplitud de la sobre-capacidad de producción instalada así como la pérdida de mercados. En los EEUU, GM no «controla» más que el 25% del mercado. Los modelos GM están desfasados con respecto a la demanda. La competencia de los otros constructores, japoneses y europeos, se opera en el marco de una contracción relativa de las colocaciones. Esta última se explica en parte por la congelación del poder de compra de los salarios y por el grado de sobre-endeudamiento de los hogares. Un sobre-endeudamiento que podría adquirir proporciones más que inquietantes si bajaran los precios inmobiliarios, lo que parece prepararse. En efecto, apoyándose en esta subida de los precios inmobiliarios, los hogares han podido sobre-endeudarse a tan alto nivel (la vivienda sirve de prenda o garantía par la obtención de créditos bancarios).

A eso hay que agregar el cuestionamiento de los gastos en seguros de salud y de jubilaciones de las trabajadoras y trabajadores. El PDG (presidente) de GM, Wagoner, anunció que tenía «un acuerdo con la UAW (United Auto Workers, sindicato de la rama industrial) que ayudará de manera significativa a hacer frente al desafío de los costos del seguro por enfermedad» (Wall Street Journal, 21 de noviembre de 2005)

El objetivo es claro: GM va a reducir al máximo los ingresos directos (salarios) y las asignaciones por salud y jubilaciones de las trabajadoras y trabajadores. Al mismo tiempo, GM va estrangulando, lentamente, el sindicato. Eso irá acompañado de primas enormes a los «matadores de puestos de trabajo», los managers

Delphi: la masacre se anuncia

El 16 de noviembre la UAW confirmó que Delphi -fabricante de accesorios que había sido separado de GM y que entró en la Bolsa en 1999- había anunciado la reducción, en un lapso de tres años, de 24.000 empleos (o sea el equivalente al cierre de 12 fábricas) de los 34.000 existentes en los EEUU.

Miller, el PDG de Delphi, empresa cuya quiebra fue presentada el 8 de octubre, (ver artículo en La Brèche Nº 18, noviembre 2005: http://www.labreche.ch/) dijo que ésta era la «última oferta». Además, la jubilación de unos 10.000 jubilados, y sus respectivos cónyugues, bajarán considerablemente. La pobreza acecha.

Delphi otorgó sin embargo una «concesión»: el salario horario directo, «sólo» bajara de 27 U$D a 12,5 U$D para quienes tienen más antigüedad y a 10,5 U$D para los recién empleados (que, seguramente, no se van a afiliar al sindicato) y ya no a 9,5 U$D! El salario total (salario directo más contribuciones por salud y jubilación) deberá pasar de 65 a 21 dólares, lo que, para la dirección, entra dentro de los valores compatibles con las exigencias de la competencia!

La dirección de Delphi pone a los trabajadores entre la espada y la pared: si no se alcanza un acuerdo antes del 16 de diciembre de 2005, la empresa presentará quiebra ante el juez Robert Drain. Eso significaría que todos los contratos serían anulados…

Las declaraciones combativas por parte de la dirección de la UAW se harán sentir en las próximas semanas. Sobre todo después del anuncio de reestructuración masiva en GM.

Pero la política de concesiones llevada adelante desde hace años en GM, Ford – donde la UAW ha entablado una discusión para la reducción masiva de la cobertura de salud – y en Chrysler presagia el desmantelamiento de uno de los últimos bastiones del sindicalismo estadounidense: la UAW.

Resultado: una pauperización rápida de cientos de miles de trabajadoras y trabajadores… en la economía «modelo» de los Estados Unidos.

Lo que ocurre en los EEUU se inscribe dentro de una reestructuración internacional de la industria automovilística y plantea un problema de más actualidad aún, el de la exigencia de un sindicalismo internacionalizado que hunda sus raíces en las empresas. Llevar a la práctica este tipo de organizaciones sindicales es tarea difícil. Pero, sin esta herramienta, el Capital podrá imponer, sin librar combate siquiera, todas las exigencias de la valorización máxima (de producción y apropiación de la plusvalía) en un espacio sin límites.

 Charles-André Udry, militante del Movimiento por el Socialismo (MPS) y del movimiento en defensa de los derechos de los trabajadores inmigrantes. Miembro de ATTAC-Suiza, redactor del mensual La Breche y responsable de los Cahiers Libres, Editions page deux. Profesor de la cátedra Economía de la Globalización en la Universidad de Venecia, Italia.

Nota

1) Ver artículo «Etats-Unis. Une ville industrielle brutalement confrontée au changement» de Sholnn Freeman, del 18 de noviembre. http://www.alencontre.org/page/USA/UsaDelphi11_05.htm

www.alencontre.org/

Traducción de Ruben Navarro para Correspondencia de Prensa