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Gernika, 72 años después

Fuentes: Gara

Hoy se cumple el 72 aniversario del bombardeo que la aviación de la Alemania nazi realizó sobre la ciudad vasca de Gernika, que la destruyó en un 70%, quedando solamente en pie el edificio de la estación de trenes y la Casa de Juntas. Según las estadísticas del gobierno vasco, las víctimas fueron 1.654, mientras […]


Hoy se cumple el 72 aniversario del bombardeo que la aviación de la Alemania nazi realizó sobre la ciudad vasca de Gernika, que la destruyó en un 70%, quedando solamente en pie el edificio de la estación de trenes y la Casa de Juntas. Según las estadísticas del gobierno vasco, las víctimas fueron 1.654, mientras que el informe oficial emitido por el gobierno franquista da cuenta solamente de unos 12 decesos.

Como todos los lunes, en la Villa de Gernika se desarrollaba la tradicional feria del mercado, a la cual concurrían una gran cantidad de baserritarras de la zona, con el fin de llevar a cabo la comercialización de sus productos.

Cerca de las cuatro de la tarde, cuando la feria se encontraba en pleno funcionamiento, comenzaron a repicar las campanas de las iglesias para alertar a los habitantes de la villa sobre un posible bombardeo aéreo. La gente corrió hacia los refugios, mientras un avión Heinkel III descargaba seis bombas sobre la ciudad.

Luego de un breve intervalo, unos 53 aviones Junker sobrevolarían la villa foral con el fin de cumplir con el genocidio planeado. En esta segunda etapa del bombardeo, se calcula que fueron arrojaron sobre Gernika unas 50 toneladas de explosivos destruyéndola e incendiándola casi en su totalidad. A continuación, otro grupo de aviones Heinkel ametrallaba a la población civil que intentaba ponerse a salvo del horror, al verse en medio de una ciudad en llamas.

¿Por qué Gernika? Una primera reflexión nos llevaría a la conclusión de que la ciudad de Gernika forma parte del área de resistencia republicana del norte, la cual intentaba penosamente contener el avance de los insurgentes fascistas que se habían levantado en el norte de África en junio de 1936, al mando de Francisco Franco.

Pero, indudablemente, la elección de Gernika no fue al azar, sino que la operación tuvo como objetivo principal minar la moral de los gudaris y de un pueblo aguerrido y patriota, porque Gernika constituye uno de los símbolos más preciados de los vascos, por su legendario roble, que representa la tenacidad y firmeza su pueblo.

El reconocido pintor Picasso inmortalizó al poco tiempo de ocurrido este hecho desgraciado para la humanidad, con su famoso cuadro «Guernica». Debemos mantener la memoria activa, sobre le genocidio ocurrido en Gernika en el año 1937, tomar plena conciencia de las consecuencias que acarrean el horror y las prácticas violentas, y comenzar a transitar caminos que conduzcan hacia la paz definitiva.

Los símbolos, como el Roble de Gernika, constituyen una referencia, y quizás este 72 aniversario del genocidio constituya una buena oportunidad para comenzar a tejer los mimbres necesarios entre la militancia abertzale, con el fin de lograr materializar los objetivos soberanistas de la nación vasca.