El aval de la Fundación Grupo de Investigación Social Siglo XXI, mejor conocida como GIS XXI, son sus números. Al fragor de la contienda política alimentada por la Revolución Bolivariana, buena parte de las empresas de medición de opinión del país cedieron a la tentación -evidente- de retratar una supuesta realidad que no era tal. […]
El aval de la Fundación Grupo de Investigación Social Siglo XXI, mejor conocida como GIS XXI, son sus números. Al fragor de la contienda política alimentada por la Revolución Bolivariana, buena parte de las empresas de medición de opinión del país cedieron a la tentación -evidente- de retratar una supuesta realidad que no era tal. Los hechos demostraron (en el referéndum presidencial de 2004 y la enmienda de 2009) que el chavismo ganaba en la calle a pesar de que las encuestas lo daban como perdedor.
Aunque GIS XXI es dirigida por una persona estrechamente vinculada con el Mandatario Nacional (Jesse Chacón), las cifras que muestra no son maquilladas; prueba de ello son las proyecciones que hizo de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre de 2010, según las cuales había cuatro escenarios para el Partido Socialista Unido de Venezuela: en los extremos, uno muy favorable (126 diputadas y diputados) y uno menos ventajoso (97 o 98). Se impuso el segundo. «Siempre que doy una declaración está soportada en hechos concretos», asegura Chacón, exministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, y de Comunicación e Información, en entrevista con el Correo del Orinoco.
Esta semana, GIS XXI divulgó las conclusiones de su Barómetro mensual correspondientes a enero, según los cuales la gestión del Jefe del Estado es calificada como buena o muy buena por 54,7% de la población. Dos mitos se caen: el de la supuesta animadversión de los grupos de mayor poder adquisitivo y de los jóvenes. 27 de cada 100 integrantes de los estratos socioeconómicos A-B avalan al líder, al igual que 56 de cada 100 jóvenes de 18 a 29 años de edad.
«El Presidente subió 17 puntos entre febrero de 2010 y enero de 2011», acota Chacón. Estos datos, luego de 12 años de gobierno y del natural desgaste del poder, son una proeza. En este contexto, Hugo Chávez lanzó su candidatura para la Presidencia de la República en el año 2012.
-¿No hay contendor para Chávez?
-En la sociedad venezolana hoy no existe un contendor individual para Chávez. El contendor de Chávez es Chávez. Esa es la realidad. Eso tiene sus pro y sus contra. Porque eso significa que hay un porcentaje de la población de oposición al que no le importa quién es el candidato, y que fue capaz de votar por Manuel Rosales (dirigente zuliano prófugo de la justicia).
«Chávez gana o pierde las elecciones de 2012 en el año 2011, y por él mismo», asegura. «Estoy convencido de que su triunfo se va a definir este año, porque el Gobierno tiene una serie de retos y expectativas que, de consolidarlas y cumplirlas, va a llegar a 2012 con un posicionamiento» que garantizará su victoria.
En el Barómetro de enero, GIS XXI encontró cuatro temas que implican un reto para la Revolución Bolivariana y para la continuidad de Chávez en la jefatura del Estado:
-Vivienda, «porque se han generado expectativas y se han dado cifras. Si las expectativas son satisfechas, el rédito positivo que le dejará al Presidente lo llevaría a un comienzo del año 2012 con un balance muy positivo».
-Servicios públicos (con la vialidad en primer lugar). «El invierno trajo consigo un deterioro del sistema asfáltico», señala Chacón. «Se anunció un plan vial, y del éxito de ese plan vial va a depender mucho que cambie la percepción de los servicios públicos como un problema».
-La economía, que se encuentra con una coyuntura internacional adversa alentada por la crisis alimentaria. «Venezuela es un país importador de alimentos, por lo que el Gobierno va a tener el gran reto de manejarse en un escenario de escasez y altos precios, y evitar que se produzca desabastecimiento. Estos factores inciden en la inflación y en el poder adquisitivo».
-Seguridad, área que ha sido abordada con una política estructural que ya está rindiendo resultados (a juzgar por las estadísticas de la Policía Nacional Bolivariana) y que, a juicio de Chacón, sólo necesita mayor visibilidad en los medios de comunicación.
«El resultado de 2012 será una cosecha de 2011», sentencia, sin un atisbo de duda.
Una figura que polariza
-¿Es cierto que la de Chávez es una figura tan amada y odiada a la vez?
-Polariza. Es una realidad.
-¿Qué hace que lo amen y que hace que lo odien?
-El amor de la sociedad hacia Chávez viene por la entrega. Difícilmente uno consigue a un ser humano con el nivel de entrega que tiene él. Eso lo reconocen propios y extraños. Ese amor va creciendo a medida que baja el estrato social.
-La entrega es un elemento de ese amor. ¿Y del rechazo?
-El rechazo no se concentra en los sectores más altos. Se concentra en la clase media, y en una dinámica histórica muy permeada por los medios de comunicación y por las características de la sociedad venezolana: rentista, consumista.
En la actitud negativa de la clase media inciden sus propias características, pero también, que los medios de comunicación privados no dan difusión a la obra gubernamental, añade Chacón. El mejor ejemplo de ello es que la percepción de inseguridad entre la población supera ampliamente a la victimización real.
Una de las «patas cojas» de la oposición es no exponer abiertamente su propuesta para Venezuela, enfatiza Chacón. Temas como el valor que se le da al capital o al trabajo, si la educación debe ser pública y gratuita o elitesca y pagada marcan una diferencia muy clara entre izquierda y derecha, y la gente debe saber cuál es la oferta de cambio de quienes adversan al Jefe del Estado.
«El discurso dedicado simplemente a ‘salir de Chávez’ tiene sus límites. Llegará un momento en que la sociedad opositora va a demandar algo más, porque el Presidente tiene una propuesta, un soporte ideológico y unas políticas claramente definidas. Y ¿cuál es la propuesta, el soporte ideológico y las políticas de la oposición? Eso se lo preguntan» quienes se oponen al Jefe del Estado, apunta el investigador.
-¿Hay una tendencia adversa al chavismo?
-Hay un grupo de la sociedad que no se identifica con el chavismo.
-¿Ese grupo ha aumentado?
-La sociedad venezolana tiene tres componentes: uno, con gran contenido ideológico y una conexión emocional con el Presidente, que se mueve entre 30% y 35% de la población. Otro, que está en contra de todo lo que diga Chávez, que es de 20%. Queda 45% que se mueve de un lado a otro dependiendo de cómo están la economía, la situación política, los servicios. Ese 45% determinará quién será el Presidente de la República en 2012, porque los otros difícilmente se moverán de su posición.
La política no es mantequilla
Compañías de opinión lanzan cifras al ruedo que son desmentidas por los resultados electorales. Sin rubor alguno, en el siguiente proceso comicial dan a conocer sus pronósticos, que vuelven a quedar en la papelera de los errores.
Varias razones apunta Chacón para explicar el descalabro de algunas encuestadoras en el país. La gran mayoría nacieron para estudios de mercado, y abordan el hecho político y social con ese criterio, refiere. La diferencia es que una candidata o un candidato no son como la mantequilla. «Se manejan con el concepto del marketing político, que es un estudio usado en sociedades en las que la política desapareció de lo cotidiano y un candidato se diferencia de otro por cómo se viste», detalla.
Pero también existe un sesgo partidista. «La gran mayoría de las encuestadoras trabajan para empresas que contratan sus estudios. El proceso que lidera el presidente Chávez se ha enfrentado a la estructura empresarial venezolana, y esa presión ha llegado a las encuestadoras», asevera, ¿Las consecuencias? Algunas se tratan de cuidar, pero otras «ni son encuestadoras ya», porque se han convertido «en un actor más de la política y de las campañas». Además, una cosa dicen en público los dueños de estas compañías, y otra, en las sesiones privadas.
«En otros países, márgenes de error como los que han tenido algunas encuestadoras en Venezuela habrían sido penalizados», asegura.
-¿Cuál ha sido el caso más escandaloso, en su opinión?
-El más escandaloso ocurrió en el año 2004, cuando se celebró el referéndum presidencial. Ninguna de las encuestadoras, salvo el Instituto Venezolano de Análisis de Datos, daba al NO como ganador. Todas le daban el triunfo al SI (oposición), incluso por 10 puntos de diferencia. La realidad es que ganó el NO por más o menos 10 puntos, lo que implica 20 puntos de diferencia con respecto a los que decían que triunfaba el SI.
Entonces realmente no se trata de una encuesta, sino de una manipulación de un estudio de opinión.
GIS XXI no quiere caer en el mismo foso en el que se encuentran otras empresas de opinión. La encuestadora cuenta con el apoyo de la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) de España. «Nosotros hacemos un trabajo serio para estudiar y entender la dinámica nacional», sostiene. «El estudio político lo hacemos tomando en cuenta las características de la sociedad venezolana: una sociedad muy politizada».
Una visión sobre embarazo precoz
Además del Barómetro mensual de coyuntura política (que mide gestión de Gobierno), GIS XXI estudiará la seguridad y la violencia en el país a fin de medir la política pública en materia de policía y la victimización. También investiga deseos y valores para ver qué tanto ha avanzado la sociedad en el proceso de construcción del socialismo. Igualmente se propone analizar cómo perciben las venezolanas y los venezolanos el sistema político del país, y conceptos como democracia y dictadura.
Recorrer las calles de Petare como candidato a la Alcaldía del municipio Sucre del estado Miranda despertó en Chacón la sensibilidad especial hacia un problema no superado: el del embarazo adolescente. La pesquisa realizada por GIS XXI el año pasado mostró que la gestación precoz es más frecuente en los estratos D y E, y está relacionada con la falta de proyecto de vida de la niña que vive en el barrio. «Su mecanismo de dar el salto en la comunidad es dejar de ser niña para ser mujer, y para eso se embaraza a los 12 años», precisa. Como esa adolescente está sola y tiene que salir a trabajar, sus hijas e hijos quedan en la calle.
El propósito de GIS XXI, y así lo aclara Chacón, no es hacer únicamente el Barómetro mensual, sino efectuar investigación social. «Nuestro interés es trabajar en conjunto con instituciones que pueden usar nuestro trabajo para generar políticas públicas que reviertan situaciones que estamos detectando y que afectan la sociedad», aclaró. «Nosotros, por ejemplo, no hacemos encuestas de mercadeo».
¿GIS XXI «sube cerro»? «Sí», contesta Chacón inmediatamente. Y pasa a aclarar lo que no hace la Fundación: encuestas telefónicas, ni atajar gente en la calle para que responda cualquier cosa y a toda carrera. Los sondeos se llevan a cabo en hogares a escala nacional, no en ciertas zonas de las capitales del país (error en el que incurren otras empresas). El trabajo de campo no se subcontrata. Una supervisora o un supervisor garantiza que las respuestas no son producto de la imaginación de alguien, sino la expresión de lo que piensa una venezolana o un venezolano de carne y hueso. Jesse Chacón sabe que el único patrimonio de una encuestadora es su credibilidad, y se la juega por eso.
El PSUV sigue siendo el partido más fuerte
-¿Hay otra figura que despierte pasiones tan encontradas como la del Presidente?
-No hay ninguna. La oposición no ha logrado generar un liderazgo que unifique. Eso lo hemos podido evaluar. La oposición tiene dos problemas: cuando medimos partidos políticos, no hay ningún partido de la oposición que acumule más de 6%. La suma de todos no llega a 20%. El PSUV solo, en cambio, suma 39%.
En ese vacío, «la única opción que les ha quedado es la del antichávez», sostiene Jesse Chacón.
-¿Esa opción antichávez se agotó?
-Yo no diría que se agotó, porque si se hubiese agotado, no habría el número de diputados opositores que hay en la Asamblea Nacional. Ese discurso le llega a una parte de la población. Esa dinámica es la que va a llevar a la oposición a las elecciones presidenciales del año que viene.