Recomiendo:
0

Gobierno Dilma en la picota

Fuentes: Desacato

Desde que asumió este segundo ejercicio, Dilma Rousseff se ha dedicado a degradantes tanteos sucesivos de «conciliación nacional» con todo el espectro de la burguesía y el Congreso dominado como nunca por una verdadera cleptocracia política. El resultado obtenido ha sido una ofensiva cada vez más violenta de los opositores. Esa condescendencia humillante de la […]

Desde que asumió este segundo ejercicio, Dilma Rousseff se ha dedicado a degradantes tanteos sucesivos de «conciliación nacional» con todo el espectro de la burguesía y el Congreso dominado como nunca por una verdadera cleptocracia política. El resultado obtenido ha sido una ofensiva cada vez más violenta de los opositores. Esa condescendencia humillante de la presidente con la oligarquía, es la que permitió reunir, como mínimo, centenares de miles en las calles el 15 de marzo, bajo consignas contrarias a la corrupción, agitadas por el liderazgo de políticos y partidos especialistas en defraudar al estado y esquilmar a la población.

Quizá algún sector popular minoritario despolitizado haya participado el 15 de marzo centrándose en la condena a Dilma. Algo totalmente explicable si observamos las medidas gubernamentales deplorables de estos primeros meses de 2015. Pero en general hubo mínima presencia de negros y moradores de barrios pobres en una concentración que fue expresión evidente de todos los niveles de clase media y alta, blanca. Con grupúsculos de quienes pedían juicio político a la mandataria, intervención militar en el gobierno o eliminación de textos de Paulo Freire en la educación. Es decir una movilización de fuerte tono retrógrado.

Mientras, el núcleo «duro» de simpatizantes del PT (funcionarios institucionalizados y burocratizados de sindicatos y movimientos vaciados), perdiendo toda clase de reflejos, intentó realizar dos días antes una movilización popular en defensa de un gobierno que contaba la semana pasada con el rechazo del 62% de la población, que lo consideraba «ruin o pésimo». Con sólo un 13% considerando al gobierno «bueno u óptimo». Y esta condena a Dilma no se restringe a los sectores sociales de mejor situación económica. Entre los entrevistados con ingreso de hasta 2 salarios mínimos, la reprobación de la presidente llega a 60% /1 . El lulismo ya no consigue nuclear ni movilizar a la mayoría de los trabajadores ni a la amplia galaxia de organizaciones sociales reivindicativas que tiene Brasil. Por eso el intento desubicado petista ni entusiasmó ni congregó a los favelados o moradores de las periferias. Y menos aún a multitudes proletarias y movimientos sociales radicales.

Dilma: un equipo ministerial acorde a su orientación

Actuando como si contara con un cheque en blanco otorgado por sus votantes, la presidente de acuerdo a las espurias alianzas políticas del PT con el PMDB y otros partidos, nombró un equipo ministerial con mayoría de personajes inconsistentes dedicados a usar su cartera como centro de expansión económica de correligionarios, familiares y empresas que financiaron sus campañas electorales. Pero además de esa caterva de mediocres se esmeró en el mensaje reaccionario que envió con la elección de dos ministros claves. En economía nombró a un funcionario del capital financiero, Joaquim Levy /2 , para llevar adelante un ajuste fiscal de austeridad, como el que habría instaurado Arrminio Fraga, el socio de Soros e integrante del Grupo de los 30 /3 , que Aecio Neves había prometido a sus electores como su ministro da fazenda.

Cuando parecía que peor decisión que esa era imposible, la presidente nombró como ministra de agricultura a Katia Abreu la líder en el Senado de los ruralistas, propietarios de enormes latifundios de cría ganadera o monocultivos transgénicos, patrimonio robado de tierras fiscales o indígenas y desforestado. Son estos ruralistas y sus capangas los causantes principales de la violencia letal contra, agricultores familiares, trabajadores rurales, indígenas y quilombolas. En particular un hermano de la ministra Abreu ya fue procesado por explotación de trabajo esclavo en las haciendas familiares.

Si no supiéramos que la presidente denota tener pocas luces políticas y su formación es de tecnócrata-burocrática-gerencial, podríamos pensar que su objetivo al nombrar el gabinete era comenzar su segundo mandato repudiando sin piedad a sus votantes. Pero en realidad, si seguimos la trayectoria de los tres primeros gobiernos petistas, la posición gubernamental respecto al agro-negocio no puede ser una sorpresa, fue y sigue siendo de amplio apoyo. Más aún, antes de las elecciones, un órgano oficioso del PT -Carta Maior- publicó un programa petista para el próximo decenio donde los commodities agrícolas seguían siendo uno de los tres pilares centrales de la estrategia económica «lulista».

Debemos recordar que es en la injusta propiedad de la tierra, donde están concentradas la mayor parte de las causas de la desigualdad social en Brasil. Desigualdad que se expresa a grandes líneas en un Brasil séptima economía mundial , pero que en 2013 se ubicó en el lugar 79 del índice de desarrollo humano global /4 .

El agro-negocio ha contado bajo los gobiernos petistas con toda clase de disposiciones especiales que favorecen esta producción: planes específicos en infraestructura (carreteras, puertos, instalaciones ferroviarias, silos, etc.) para facilitar la exportación de estos productos; créditos especiales favorables, ultra benevolentes en plazos e intereses; autorizaciones expeditivas de semillas bio-degradadas transgénicas sin ningún tipo de control de riesgos para la salud o el medio ambiente; aprobaciones diligentes de los agro-tóxicos asociados a las semillas; ningún control sobre el oligopolio de semillas genéticamente modificadas asociado a los ruralistas; subordinación del país al mercado internacional de commodities -controlado por el mercado financiero-, desechando las necesidades soberanas de alimentación de la población. Privilegios que se repiten en Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia, componiendo con Brasil un mismo Enclave Transgénico Sudamericano.

Según la Pastoral da Terra, Dilma Rousseff, fue la presidente que menos desapropió tierras y asentó familias para la Reforma Agraria, menos demarcó territorios indígenas, quilombolas o de diversas poblaciones tradicionales y menos creó Reservas Extractivistas. En contrapartida fue la que más apoyó el agro-negocio, acentuando el proceso puesto en marcha por el presidente Lula, invirtiendo fuerte y casi exclusivamente en la producción de monocultivos, en las mineradoras, en grandes proyectos hidroeléctricos y en la expansión del capital. Su orientación apuntaba a que Brasil permaneciera con el título de uno de los países que más concentra tierras en el mundo. Financiado intensamente con recursos públicos el agro-negocio se vigorizó como el modelo para la agricultura, en cuanto la Reforma Agraria y la agricultura campesina dejaron de ser estratégicas para el proyecto de sociedad defendido por el PT. Y se apuntaló una amplia contra-reforma-agraria. Entre 2013 y 2014 Brasil fue el país que registró mayor aumento de áreas cultivadas con semillas transgénicas en el mundo. En la cosecha 2014-2015 se espera alcanzar con estos monocultivos 42,2 millones de hectáreas (o 422 mil k2), una superficie algo menor que la de Suecia y mayor que todo el territorio de Paraguay /5.

De modo que el nombramiento de Katia Abreu como ministra de agricultura, no hace más que explicitar una realidad económica incontrovertible de los gobiernos del PT. Y solo puede sorprender a quienes fueron engañados por la demagogia petista en la campaña electoral de 2014. «Bolsa familia» y «Fome Cero» no pueden ocultar que los gobiernos petistas tienen el infeliz mérito de haber consolidado y fortalecido la mayor causante de desigualdad social en el país.

La Deuda aumentando el saqueo al Presupuesto Federal

En mi artículo «El voto a Dilma no es un cheque en blanco» de octubre del año pasado presenté los datos del Presupuesto Federal ejecutado del 2013. A principio de 2015 se informó el Presupuesto de 2014 que completa el primer período de gobierno Dilma. En 2013 los intereses y amortizaciones de la Deuda Pública alcanzaron el 42% del presupuesto. En el ejercicio 2014 este rubro llegó al 45,11%. Este porcentaje corresponde a 12 veces lo destinado a educación (3,73%) y 11 veces lo dispuesto para salud (3,98%). Es el mayor rubro del Presupuesto y más del doble de lo destinado a Seguridad Social (21,76%) /6.

El total del Presupuesto Federal ejecutado alcanzó los R$ 2,168 billones (en español o trillones en inglés o portugués). De esa cifra, R$ 978 mil millones consumió el pago de intereses y amortizaciones. En el informe del gobierno se desglosan los intereses como R$ 170 mil millones y R$ 808 mil millones como amortizaciones. Pero he aquí que estas cifras no revelan la realidad porque la actualización monetaria se computa como amortización cosa que debería considerarse como intereses. Esta maniobra contable oculta el extorsivo mecanismo de los intereses que se suman y multiplican por medio de un esquema fraudulento de la Deuda que con diversos mecanismos genera deudas, la mayoría de las veces sin cualquier contrapartida, promoviendo su continuo crecimiento. El sistema cuenta con privilegios legales, políticos, económicos y con apoyo permanente de los organismos internacionales del capital financiero, en especial FMI y Banco Mundial. Por eso, la auditoría de la deuda sigues siendo una tarea de primer órden.

Como ya lo decíamos en la nota citada de octubre/2014 la deuda pública es entonces un mero instrumento del mercado financiero que impone al país el mantenimiento de la desigualdad social que caracteriza a Brasil. «En lugar de servir como medio de obtención de recursos para financiar al Estado e incrementar las condiciones de vida de los brasileños, se torna en un mecanismo de substracción de crecientes volúmenes de recursos públicos, inviabilizando destinar verbas para las áreas sociales»

Lo que hoy se denomina «Deuda Pública» igual que la anterior «Deuda Externa» tiene como beneficiarios a bancos e inversionistas extranjeros. Por el actual sistema de lanzamiento de títulos de deuda pública, apenas doce bancos pueden adquirirlos del Tesoro Nacional. Esos bancos llamados dealers solo compran títulos cuando la tasa de interés alcanza el nivel que ellos desean. Y ningún «economista» del capital financiero o de los grandes medios, relaciona la inflación en aumento, al pago de la deuda pública. Su consejo siempre es aumentar la desocupación para presionar el salario a la baja y reducir el consumo de la población. Con el funcionario del capital financiero, Joaquim Levy en el ministerio de economía; Dilma Rousseff garantiza que Brasil continúe a pagar intereses de usura y la presidente se ubica como obstáculo a cualquier tipo de desarrollo económico-social del país.

Sistema impositivo regresivo: mujer negra es la que paga más impuestos  

El sistema tributario que rige el país incide directamente en la persistencia de las desigualdades de renta e impide que esta situación cambie. La carga tributaria brasileña recae sobre los más pobres y los asalariados del país, por medio de tributos indirectos y acumulativos que castigan al consumo popular. Mientras existe una baja tributación sobre la renta y el patrimonio de la élite capitalista.

Según datos de la Receita Federal (organismo impositivo del país) la mayor parte de la carga tributaria proviene del consumo, o sea de la mayoritaria parcela de la sociedad trabajadora que consume día a día productos con alta carga de impuestos. Mientras que las transacciones financieras y los impuestos sobre la propiedad y las fortunas aportan el 5%.

El sistema tributario es tan desvergonzado que exime de impuestos a la renta de lucros y dividendos distribuidos a socios capitalistas, así como a las remesas de las empresas y corporaciones hacia sus casas matrices, impulsando a la vez la libre circulación de capitales especulativos y el lavado de dinero en paraísos fiscales. A esto se suma la reducción del impuesto a la renta en las operaciones de la bolsa de valores y la exención de impuestos a la renta de los títulos de deuda pública brasileña implementada en los gobiernos de Lula.

El colmo de esta orientación se consumó poco tiempo antes de la segunda vuelta de las últimas elecciones. Cuando Dilma Rousseff envió un paquete de exoneraciones tributarias, que implicaron poner en peligro el financiamiento de las políticas sociales, aplicadas durante su gobierno. La última, la medida provisoria 651/14 aprobada el 14 de octubre por la cámara de diputados -en acuerdo del PT con el Partido del Movimento Democrático Brasileiro (PMDB)- que otorgó «incentivos tributarios» a un amplio espectro de empresas, reduciendo drásticamente de 20% a 1 y 2% la retención jubilatoria que aporta la patronal para el pago de jubilaciones a los trabajadores, aprobando renegociar deudas empresariales y volviendo a reducir la tributación del mercado de acciones. Con la coartada de revitalizar la economía en medio de la crisis mundial. Pero en realidad una guiñada a la burguesía entre el primer turno y el segundo de las elecciones nacionales. La medida es tan arbitraria que cuando el funcionario del capital financiero Joaquim Levy estaba indagando en la economía por donde cortar para realizar el ajuste fiscal hizo pública su opinión de anular esta resolución que quitaba a la Receita cerca de R$ 11 mil millones anuales. De inmediato Dilma hizo una declaración pública desautorizándolo.

La diputada federal Jandira Feghali (PCdoB-RJ) presentó en el Congreso dos proyectos dirigidos a modificar en parte este sistema regresivo. Por un lado propone ampliar el espectro que abarca el Impuesto sobre Propiedad de Vehículos Automotores IPVA. Ya que, quien tiene un fusca paga IPVA, pero quien posee un helicóptero, un avión particular, una lancha o yate no paga impuesto sobre la propiedad de ese vehículo. La otra propuesta es la Contribución Social sobre Grandes Fortunas (CSGF). Es una tasación sobre el patrimonio de los millonarios, que se volcaría al Fondo Nacional de Salud. O sea una recaudación anual con nueve tasas diferenciadas iniciando en R$ 4 millones hasta R$ 150 millones. El ministro de economía Levy, como era de esperar, ya se manifestó contrario a afectar el patrimonio de las grandes fortunas /7.

Un documento del Instituto de Estudios Socio-económicos (Inesc), nos da una radiografía completa del sistema tributario brasileño. El sistema tributario brasileño castiga a los más pobres porque la mayor parte de la tributación incide sobre el consumo en un 55,74% y de los salarios proviene el 15,64% lo que totaliza el 71,38% de la recaudación impositiva, en vez de ser cobrada con más intensidad sobre el patrimonio y la renta del capital. Mientras el 10% más pobre de la población paga el 32% de sus ingresos en impuestos, los tributos del 10% más rico de brasileños significan el 21% de sus ingresos. Como en el 10% más pobre el 68,06% son negros y el 31,94% blancos las personas de raza negra son las que pagan más impuestos. Pero como en esa franja de los más pobres hay alrededor de un 10% más de mujeres que de hombres. La conclusión es inevitable: de acuerdo a sus ingresos las mujeres negras son las más castigadas por la presión impositiva. Repasando los porcentajes del 10% más rico, los hombres blancos son los más favorecidos por este sistema tenebroso de recaudación impositiva /8. La injusta y regresiva tributación en Brasil debería ser reestructurada totalmente. Pero es obvio que el actual Congreso, el más reaccionario desde 1964, incluido el que hizo de claque de la dictadura, no va a encarar esa tarea

Ajuste fiscal y ataque a los derechos de los trabajadores

Los reflejos neoliberales de Joaquim Levy, le indicaron los pasos a dar en el ajuste fiscal: lo primero a recortar son los derechos de los trabajadores y en especial de los empleados públicos. Las medidas provisorias 664 y 665, cortaron conquistas jubilatorias y sindicales.

Desde mediados de 2014 hasta la fecha el gobierno promovió una devaluación del real frente al dólar de más de un 20%. Es decir una implícita devaluación nacional de los salarios. No cabe duda que fue una medida para compensar a la agro-industria por la disminución del precio internacional de los commodities y para favorecer a la patronal exportadora.

Estas medidas no han sido recibidas con indiferencia por los trabajadores: el 25 de febrero pasado fue lanzada en Brasilia la campaña salarial de los empleados públicos federales. Y la Federación que los reúne ya plantea estudiar una paralización y huelga general por tiempo indeterminado para abril de este año.

Pero ell primer gran conflicto de 2015 fue con funcionarios estaduales. El paquete de ajustes neoliberales en Paraná perseguía el mismo objetivo que las medidas anunciadas por el ministro Levy y la presidente Dilma. La primera reacción de los profesores de la red pública y de los trabajadores de la salud fue movilizarse hacia la asamblea legislativa estadual para impedir la votación del paquete. Luego de duros enfrentamientos con la policía rodearon el legislativo estadual impidiendo la votación. Curitiba fue testigo de una verdadera asonada contra el gobernador Beto Richa (PSDB), que venía de ganar las elecciones estaduales con más del 55% de los votos. La huelga general de profesores públicos duró 29 días, desbarrancó la aprobación pública al gobernador Richa, y se mantuvo por medio de asambleas multitudinarias -de 20 mil trabajadores- en un estadio. Los profesores de Paraná tuvieron un triunfo resonante, obligando al gobierno a retirar el paquete y dieron el ejemplo para todo el país, de cómo se debe enfrentar el ajuste fiscal.

Existe un nuevo proletariado que el «lulismo» integró al mercado sacándolo de su sometimiento electoral a la oligarquía como sub-proletariado de servicios personales (mucamas, cocineras, jardineros, choferes, etc). Este nuevo proletariado se desarrolló principalmente en amplias privatizaciones, licitaciones y concesiones en los servicios públicos y en las grandes obras para el «desenvolvimiento de infraestructura estatal» y tiene un perfil distinto que la vieja clase obrera industrial. Sobre todo porque es víctima de la fuerte rotatividad en el mercado de trabajo y la consiguiente precarización de sus puestos. Los programas petistas de desarrollo del país les brindaron trabajo, pero no estabilidad.

Fue ese proletariado, que recibe remuneraciones por debajo de dos salarios mínimos (R$ 1.576 para 2015) el que más se movilizó y el que impuso sucesivos aumentos del salario en los últimos años. Son ellos quienes desplegaron importantes luchas contra las corporaciones de la construcción, en obras públicas y en hidroeléctricas e innumerables conflictos salariales en medianas y pequeñas empresas, como en el sector público. Antes del 2012 ya hubo huelgas organizadas y realizadas en rebeldía con los sindicatos oficiales: en Belo Monte y las usinas del Río Madeira, el Complejo Petroquímico de Rio de Janeiro (Comperj) y el Complejo del Suape en Pernambuco.

En junio de 2013 hubo un encuentro callejero en las grandes ciudades entre este sector de los trabajadores y los movimientos sociales urbanos, lo que impulsó la indignación y las protestas y constituyó una nueva vanguardia. Las mayores movilizaciones de 2013 se realizaron en Rio de Janeiro y São Paulo pero se extendieron por todas las capitales y grandes ciudades estatales. Y activaron el poder contestatario de innumerables organizaciones sociales anti-racismo, feministas, de derechos LGBT, ambientalistas, por vivienda, y servicios sociales imprescindibles y contra los guetos de explotación y exclusión de las favelas administrados por Unidades de Policía de Pacificación (UPP) o destacamentos militares «entrenados» en Haití.

Desde 2010 hay un crecimiento permanente de la cantidad de conflictos sindicales y sociales con una acumulación de triunfos bastante significativa. La situación nacional en el movimiento sindical no viene, entonces de grandes derrotas. Y los últimos meses lo confirma. Personal del metro y del transporte colectivo de Sao Paulo lo ratifica, los garí de Rio y su triunfo lo reafirma.

En enero de 2015 una huelga general defensiva en la planta de Wolksvagen, en San Bernanrdo, en el ABC paulista, impidió el despido de 800 trabajadores que intentaba la patronal alemana con la justificación de la crisis económica y la «pérdida de competitividad de la industria». Y puso en remojo las intenciones de reducir personal de las demás plantas automotrices.

De manera que no hay que sacar conclusiones pesimistas apresuradas por la menguada concurrencia a las concentraciones del 13 de marzo y los centenares de miles contra el gobierno que se reunieron el domingo siguiente. No olvidemos tampoco el gran despliegue de apoyo que dieron al 15 de marzo, los grandes medios que sobreviven a costa de la publicidad estatal.

El Movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST) que no responde a la orientación petista, salió a las calles el 18 de marzo a dar una señal. Y Guilherme Boulos su principal referencia afirmó «los movimientos populares van a partir para el enfrentamiento»   en cuanto que 20 mil manifestantes bloqueaban 21 avenidas y carreteras en siete estados brasileños, muchas de ellas con barricadas de cubiertas en llamas y quemando muñecos representando al ministro Levy. Este último «detalle» del fuego, es el que más ha preocupado a los grandes medios que habían saludado las concentraciones del 15 de marzo como «una fiesta de la democracia». Sabemos que la democracia a la que se refieren, es ese Congreso espurio elegido por intermedio de lobistas empresariales. Donde se destaca en esa función el propio presidente del legislativo, Eduardo Cunha, que aprendió sus mañas junto a P.C. Farias /9 -de triste memoria- tesorero de campaña del ex presidente y actual senador Fernando Collor de Melo.

Las manifestaciones del 13 y el 15 de marzo no contaron con el extenso conjunto de sectores populares que lucha por ampliar las libertades y contra la desigualdad social, económica y política. Este sector mayoritario de la población recién empieza a dar algunas señales de existencia el 18 de marzo con el MTST. Y es, el que puede aportar un rumbo positivo a la situación política de Brasil.

No es mucho lo que se puede esperar de los viejos «partidos de izquierda» del siglo pasado. Algunos siguen enredados en sus viejos esquemas, otros esperanzados en un cierto protagonismo de sus gabinetes parlamentarios sobre los que vuelcan todos sus esfuerzos. Y hay hasta los que han creído «modernizarse» porque tomaron Facebook y otras redes virtuales como el escenario actual de la lucha de clases. Esperemos que las cubiertas incendiadas empiecen a sacarlos del estupor.

Lo que queda claro, es que la conciliación de clases «lulista» ya no tiene cabida y hoy se expresa en un gobierno sin sensibilidad social, aislado y claudicante. Toda esperanza está en ese nuevo sujeto social-político que ya dio sus primeros pasos y ahora empieza a manifestarse con vigor.

Notas

1/ Pesquisa Datafolha, 18 03 2015. Recordemos que Datafolha fue quién previó con más exactitud el triunfo de Dilma en la segunda vuelta en octubre de 2014.

http://www.em.com.br/app/noticia/politica/2015/03/18/interna_politica,628703/avaliacao-ruim-pessima-do-governo-dilma-sobe-para-62-diz-datafolha.shtml

2/ Joaquim Levy, es master en economía por la Fundación Getulio Vargas y PhD por la universidad de Chicago. Fue funcionario del ministerio de Economía bajo la presidencia de Fernando Henrique Cardoso (PSDB). En 2014 asumió la «dirección de gestión de activos» y como director-superintendente del banco Bradesco. Su elección como ministro de economía del gobierno Dilma es una opción claramente neoliberal y con un mensaje evidente del «lulismo» al banco Itaú que apoyó en la campaña electoral a Marina Silva.

3/ El G30 fue creado en 1978 por la Fundación Rockefeller que le dio el financiamiento inicial. Su presidente vitalicio Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal (1979-1987) en los gobiernos Carter y Reagan, es quien lideró el giro hacia el neoliberalismo en EEUU y luego en la economía global. Y sin lugar a dudas uno de los principales responsables de la crisis financiera 2007-2008, con consecuencias hasta la actualidad. Desde el G30 se impulsó a partir de un relatorio de 1993 la gran estafa de los Derivados de Crédito, que continúa envenenando las finanzas globales.

4/ Según el índice de desarrollo humano global de 2013 del PNUD.

http://www.pnud.org.br/atlas/ranking/Ranking-IDH-Global-2013.aspx

5/ Balance de la Reforma Agraria 2014 y del primer mandato de la Presidente Dilma. Comissao Pastoral da Terra 07 01 2015. http://www.cptnacional.org.br/index.php/noticias/cpt/2381-balanco-da-reforma-agraria-2014-e-do-primeiro-mandato-da-presidenta-dilma-rousseff

6/ María Lucia Fattorelli y Rodrigo Ávila, Gastos con la Dívida Pública em 2014 superam 45% do Orçamento Federal Executado. Pauta, Jornal do Sindiprevs- Santa Catarina, março 2015, pag. 5.

7/ Jandira Feghali: «Quero ver qual deputado terá coragem de dizer que é contra tributar milionário» Viomundo 20 03 2015

http://www.viomundo.com.br/entrevistas/jandira-feghali-quero-ver-qual-deputado-tera-coragem-de-ir-ao-microfone-da-camara-e-dizer-que-e-contra-tributar-milionario.html

8/ » A mulher negra é a mais punida pelo sistema tributário brasileiro, enquanto o homem branco é o mais favorecido» Causa Operaria 05 12 2014. http://pco.org.br/mulheres/a-mulher-negra-a-mais-punida-pelo-sistema-tributrio-brasileiro-enquanto-o-homem-branco-o-mais-favorecido/ayoe,b.html

9/ Paulo Cesar Farias, tesorero de campaña electoral de Collor de Melo, actuaba en el gobierno como intermediario de negocios entre los empresarios y el presidente. Fue asesinado junto a su enamorada en junio de 1996, en Maceió, Alagoas. El crimen quiso hacerse pasar por un hecho pasional, sin intervención externa. Nunca fue aclarado, pero existe un consenso periodístico de que se trató de una «quema de archivos». Eduardo Cunha fue indiciado en las investigaciones contra P.C. Farias por ser hombre de su confianza, en la recaudación para la campaña electoral de Collor.

Juan Luis Berterretche es Miembro del consejo de redacción y edición de Desacato.info

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.