Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
En un suplemento de La Repubblica del pasado 16 de mayo leí una entrevista al director de la película Gomorra, en la que afirma a mi modo de ver cosas increíbles. ¡Inaceptables! Cito textualmente: «[…] Garrone para rodar Gomorra vivió seis meses -tres de preparación y tres de rodaje- en el círculo infernal de las «Velas» di Scampia. Con el beneplácito de la Camorra, que le reservó al set un ala del ecomonstruo que ahora anda desalojando, ese bastión de tráficos ilegales protegido por centinelas. O’ Sistema repartió a la troupe los pases individuales que debían pegarse en el pecho para acceder a su territorio, superando las vallas. Tomaron parte en la elaboración de la película las almas perdidas de Scampia […] Entre los asesores cualificados había también un jefe camorrista, que obtuvo un pequeño papel en la película: controlar en los monitores y dar algún consejo…».
De ser esto cierto, me parece de locos que un director deba pedir permisos a la camorra para hacer una película. ¿Qué chantajes se han de padecer para hacer una película? ¿Por qué, me pregunto, no denunció Garrone hechos tan absurdos como estos a la policía? ¿Por qué Roberto Saviano, autor del libro homónimo, debe andar por ahí escoltado por haber molestado a la Camorra mientras este director, para no tener problemas y no arriesgar la vida, va y contrata nada menos que a un jefe camorrista en la película? ¡Qué disparate! Yo en su lugar habría elegido otro set aun a riesgo de tener que reproducir las «velas» de Scampia en un estudio de Cinecittá.
Recuerdo una situación similar cuando la directora Roberta Torre rodó Tano da morire: también allí corría la voz de que había tenido que pagar una especie de mordida a la mafia para poder hacer aquel film, que era una sátira de la mafia siciliana.
Pero lo que me indigna más aún de Gomorra y de Garrone (de la película, no del libro) es que entre los productores figura la RAI Cinema, que financió y dio trabajo a un capo camorrista con nuestro dinero, pues hasta que se demuestre lo contrario, el impuesto que pagamos por la televisión ha servido para pagar a este que la República denomina «asesor cualificado». ¡Es de locos! De hecho, al descubrirlo, estaba por no ir a verlo. Y sin embargo ha ganado un premio en Cannes. Y nadie se ha dado cuenta de nada.
http://www.megachip.info/modules.php?name=Sections&op=viewarticle&artid=6960
N. d. T.: «Las Velas» de Scampia son edificios construidos en la periferia norte de Nápoles (Secondigliano) entre el 1962 y 1975, probablemente uno de los horrores arquitectónicos mayores de Italia. 3 de las 7 estructuras (Velas) fueron demolidas entre 1997 y 2003. Actualmente quedan 4 en pie. En la foto, un detalle de una de las «Velas».