La Gran Misión de Estado A Toda Vida Venezuela, creada por el máximo líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, el 20 de junio de 2012 tiene como propósito conducir a Venezuela, a través de políticas y estrategias puntuales, hacia la construcción armónica de un país donde la convivencia pacífica y seguridad ciudadana prevalezcan sobre […]
La Gran Misión de Estado A Toda Vida Venezuela, creada por el máximo líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, el 20 de junio de 2012 tiene como propósito conducir a Venezuela, a través de políticas y estrategias puntuales, hacia la construcción armónica de un país donde la convivencia pacífica y seguridad ciudadana prevalezcan sobre la violencia, junto al protagonismo del pueblo, para alcanzar los niveles más altos de protección a la vida.
Para lograr este objetivo el Comandante Chávez dispuso la creación de esta Gran Misión con la prioridad de atender las regiones del país que concentran el mayor porcentaje de los delitos violentos, con base en estudios realizados que determinaron que 75 de los 335 municipios del país concentran el mayor porcentaje de delitos de homicidio con un índice de 86%.
Dada la importancia de esta Gran Misión el 11 de marzo de 2013 Chávez presentó el Plan de la Patria 2013-2019, documento que hoy es Ley de la República con carácter de cumplimiento obligatorio en todo el territorio nacional, como se publicó en Gaceta Oficial N° 40.308 con fecha del 4 de diciembre de 2013.
En su segundo gran objetivo histórico (punto 2.5.6), el Plan de la Patria establece la política para fortalecer la seguridad ciudadana. El numeral 2.5 destaca que para «lograr la irrupción definitiva del Nuevo Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia» se debe «desplegar en sobremarcha la Gran Misión A Toda Vida Venezuela, concebida como una política integral de seguridad pública».
«Con el fin de transformar los factores de carácter estructural, situacional e institucional, generadores de la violencia y el delito, para reducirlos, aumentando la convivencia solidaria y el disfrute del pueblo al libre y seguro ejercicio de sus actividades familiares, comunales, sociales, formativas, laborales, sindicales, económicas, culturales y recreacionales», indica el Plan de la Patria.
Para ello la Gran Misión estructura su plan de acción en seis vértices, 26 líneas estratégicas y 117 acciones programáticas para ejecutar enfocadas en tres dimensiones que son la criminalidad, los accidentes viales, y el déficit de convivencia comunitaria y ciudadana.
El objetivo general de la Gran Misión es: «Disminuir la ocurrencia de situaciones vinculadas con el delito, faltas, inconveniencias, accidentalidad vial, desastres o emergencias que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para el disfrute de los derechos de la población, a través de la modificación de las condiciones estructurales, situacionales e institucionales que las hacen posible».
Variables en la victimización
Los estudios realizados por la Gran Misión A Toda Vida Venezuela, fundamentados en el análisis de las variables en la victimización indican que «el análisis de delitos por separado muestra una mayor victimización por violencia directa contra las personas de los sectores más pobres».
En total la población pobre sufre 84% del total de homicidios, 57% en el nivel IV, y 27% el nivel V. El análisis estadístico permite observar que la mayor victimización contra la propiedad se da en los sectores menos pobres, a través de delitos como robos y hurtos, con 17% en los niveles I y II de la población.
Al hacer referencia a la edad el grupo que predomina como víctima es el comprendido entre los 25 y 44 años (43% del total acumulado de delitos). En los delitos más violentos, como homicidio, lesiones, y robo, predominan los grupos más jóvenes de la población (entre 15 y 44 años de edad), con porcentajes entre 60% y 80% de la victimización reportada.
Por su parte, el delito de hurto predomina con 40% en el grupo entre los 45 y 64 años de edad. También se indica que es la población masculina la que resulta la más afectada como víctima de delitos violentos con 62%.
Por su parte, las mujeres en total resultan «proporcionalmente menos víctimas» que los hombres, al sufrir 38% de los delitos violentos (19% homicidios, 42% lesiones, robo 38%, y hurto 40%).
Al hacer referencia sobre el sexo del victimario, son los hombres quienes representan la mayoría, con 78% de los victimarios en homicidios, 86% en lesiones personales, y 90% en robo.
Al estudiar la edad del victimario, también predomina, al igual que las víctimas, el grupo que está en edades comprendidas entre 25 y 44 años. De este grupo, 70% incurren en homicidios y 61% en lesiones violentas.
En el delito de robo predomina el grupo de 15 a 24 años de edad con 60%. Respecto al conocimiento del victimario por la víctima en los homicidios, ambos se desconocen en un 55% de los casos. En las lesiones se da una situación inversa, dado que 66% conoce al victimario.
Uso de armas de fuego
Al hacer referencia sobre el uso de las armas de fuego, el estudio de la Gran Misión sostiene que 79% de los homicidios y 74% de los robos se cometen con armas de fuego. «Los datos muestran con claridad la asociación entre armas de fuego y delincuencia de tipo violento», sostiene el estudio.
Asimismo, son los grupos más jóvenes (hasta 25 años de edad) los que participan de manera consistente y en mayor proporción que los restantes, en la comisión de cualquier delito con armas de fuego, en su mayoría contra personas desconocidas.
«Para la totalidad de los delitos y para el delito de robo, el grupo etario mayormente victimizado mediante armas de fuego, es el comprendido entre los 45 y los 54 años», cita el documento.
En cuanto al estrato socioeconómico, es el estrato IV, que corresponde a los pobres, el que resulta más victimizado por la violencia con armas de fuego. Lo sigue el estrato III, que corresponde a la clase media baja, y luego los estratos 1 y 2, que son las clases media y alta. En este caso el estrato 5, que corresponde a la población más pobre, es la menos afectada.
Un dato importante, por ejemplo, es que 90% de los robos de vehículos son cometidos con armas de fuego.
Seis Vértices de acción
La Gran Misión estructura su plan de acción en seis vértices que de manera articulada estipulan estrategias que aporten soluciones a corto plazo para reforzar la protección de la población, y a largo plazo la convivencia pacífica de los ciudadanos.
El Primer Vértice establece la «Prevención Integral y Convivencia Solidaria» y propone «la articulación multiagencial y los procesos de participación popular para intervenir sobre los factores generadores de violencia, la accidentabilidad vial, desastres o emergencias, promoviendo la convivencia solidaria».
El Segundo Vértice propone el «Fortalecimiento de los Órganos de Seguridad Ciudadana» y tiene como objetivo «crear las condiciones institucionales necesarias para transformar y potenciar los órganos en materia de control y prevención del delito; creando una estructura nacional, estadal, municipal y parroquial, que garantice, efectivamente, el derecho a la seguridad de todas y todos los venezolanos».
El Tercer Vértice corresponde a la «Transformación del Sistema de Justicia Penal y Creación de Mecanismos Alternativos de Resolución de Conflictos». Su propósito es garantizar «un sistema de justicia efectivo, en el cual, los procedimientos penales y mecanismos alternativos de resolución de conflictos sean accesibles, transparentes, imparciales, autónomos, expeditos y equitativos».
El Cuarto Vértice habla sobre la «Modernización del sistema penitenciario venezolano», y propone «transformar el sistema penitenciario para garantizar la preservación de los derechos humanos de las personas privadas de libertad. Además, plantea minimizar los efectos nocivos del encarcelamiento y facilitar los medios para procurar la rehabilitación y reinserción social de las personas privadas de libertad».
Por su parte el Quinto Vértice se refiere al «Sistema Nacional de Atención Integral a víctimas de la violencia» que está focalizado en la creación de «un sistema de atención integral a víctimas de violencia grave intencional, para asegurar que, mediante una atención oportuna y pertinente, se atenúen los efectos negativos de la violencia sobre personas y colectivos víctimas del delito, incrementando la respuesta efectiva del Estado, y disminuyendo los niveles de impunidad».
Por último, el Sexto Vértice se dedica a la «Creación y Socialización de Conocimiento para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana.
Este vértice busca organizar «un sistema nacional de investigaciones en el campo de la convivencia, la seguridad ciudadana, el delito y la violencia». Está dirigido de manera conjunta por el Ministerio para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, el Ministerio para la Ciencia y Tecnología; y la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes).