Las empresas petroleras lideran el ranking de las 500 empresas más grandes del continente. Una vez más el grupo está dominado por compañías basadas en recursos naturales. Se está acentuando la concentración, donde las diez primeras empresas representan casi un cuarto de las ventas totales. A pesar del extraordinario aumento de los ingresos en muchas […]
Las empresas petroleras lideran el ranking de las 500 empresas más grandes del continente. Una vez más el grupo está dominado por compañías basadas en recursos naturales. Se está acentuando la concentración, donde las diez primeras empresas representan casi un cuarto de las ventas totales. A pesar del extraordinario aumento de los ingresos en muchas de estas corporaciones, la renta generada no se distribuye equitativamente en la sociedad.
La más reciente edición de la lista de las mayores 500 empresas de América Latina muestra a los gigantes latinoamericanos del año 2005. La lista está liderada, al igual que el año pasado, por las petroleras de México, Venezuela y Brasil respectivamente. Estas compañías, al igual que las que se ubican en el cuarto y quinto puesto han mantenido su posición de 2004 durante el año 2005, según los datos que brinda la tradicional publicación de América Economía.
No es de extrañar que las primeras empresas sigan siendo del sector de los hidrocarburos, ya que la lista está basada en las ventas corporativas, y se ha vivido una escalada en los precios del crudo, aunque también revisten enorme importancia estratégica en las economías.
En ese sentido, las ventas de esas tres grandes estatales latinoamericanas alcanzan a más de 230 mil millones de dólares, siendo bastante parejo el desempeño de las dos primeras. PEMEX muestra ventas por poco más de 86.000 millones de dólares superando a su par PDVSA por menos de 1000 millones. Las tres cifras consolidadas son tan elevadas que casi alcanzan la suma de los PBI de cuatro países: Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia (lo que representa el producto de la Comunidad Andina de Naciones -CAN- en su conformación actual).
La mitad de las 10 primeras empresas son del sector de hidrocarburos, y si observamos las primeras 50 posiciones encontramos que las empresas de esta rama representan casi un cuarto de ellas. Una característica de las representantes de este sector es que son relativamente pocas pero muestran cifras de ventas elevadísimas. Claro que hay que tomar en cuenta que el grado de competencia al que están expuestas estas dentro de cada país es muy bajo y en algunos casos es nulo por las condiciones de monopolio u oligopolio.
El sector presenta en el total de las 500 compañías solamente 35, no obstante esta cantidad era aún menor los años anteriores, lo que demuestra su creciente importancia. En 2001 sólo había 27 empresas representando al sector, cifra que aumentó sostenidamente durante los años siguientes: 29, 30 y 32 en 2002, 2003 y 2004 respectivamente.
PEMEX se destaca no sólo por ser la mayor empresa de la región, sino por ostentar otro récord que parece ser contradictorio: sufrió la abultada pérdida de más de 7.077 millones de dólares, convirtiéndose al mismo tiempo en la mayor perdedora de América Latina. Es que PEMEX tiene un grave problema estructural, debido a que si bien es un gran exportador de crudo está obligado a importar petróleo refinado porque no tiene la suficiente capacidad de producción interna. Los técnicos sostienen que si las inversiones para lograr ese incremento en la refinación no aumentan, las pérdidas de la petrolera se incrementarán aún más en el futuro, y esto tendría incluso efectos en el terreno fiscal, debido a que PEMEX es un gran contribuyente al Estado mexicano aportando más del 35% de la recaudación obtenida por el gobierno de ese país. Este tipo de situaciones muestra la importancia del sector y la fuerte dependencia del sector público respecto a los ingresos transferidos desde estas poderosas empresas.
El caso opuesto sería el de PETROBRAS, la petrolera brasilera que con un incremento del 43% en sus ventas durante 2005, consiguió ganancias por más de 10.000 millones de dólares, siendo la empresa que más se enriqueció en 2005. Las inversiones efectuadas en los últimos años por la estatal (especialmente en la instalación de refinerías) han hecho posible que se alcanzaran estas cifras; dichas inversiones la hacen al día de hoy autosuficiente, y la colocan en una posición más ventajosa financieramente que sus pares mexicana y venezolana. Aunque las inversiones de la empresa brasilera en los rubros social y ambiental se incrementaron el año pasado en más de un 50% alcanzando los 225 millones de dólares, las demandas por repartir mejor el fruto de la renta petrolera son cada vez mayores.
Además persisten los debates y denuncias sobre el impacto ambiental de las petroleras. En algunas de estas empresas existe un abultado gasto en cuestiones ambientales, pero que cae en una estrategia «simpática» de marketing que termina atrayendo más consumidores. Los objetivos ambientales deben ser protegidos y promovidos por la sociedad en su conjunto y por el Estado, ya que en la mayoría de los casos los intereses privados no incorporan la protección ambiental entre sus metas.
Récord de Ventas
Una de las novedades de la nómina de las 500 mayores empresas en 2005 es que todas superaron la barrera de los 500 millones de dólares en ventas. El consolidado de las ventas de todas estas empresas registró un aumento de 21% respecto a 2004, año en que se había registrado a su vez un crecimiento del casi 20%. La suma de las ventas totales asciende a la increíble cifra de 1,36 millones de millones de dólares. El incremento de las demandas tanto interna como externa sigue impulsando este enorme dinamismo en las ventas, que se espera que continúe mientras las economías internacional y regional muestren signos de expansión.
Por otro lado, hay 303 compañías que registran ventas por encima de los mil millones de dólares. Es impresionante observar lo que sucede con los primeros lugares de la lista; no sólo las 500 empresas más grandes del continente concentran millonarias sumas en ventas y en beneficios, sino que existe una «sobre-concentración» entre las compañías más ricas entre las ricas de la lista: las que obtuvieron ventas por más de 1000 millones de dólares, que representan un 60,6% de los integrantes, se quedan con casi el 90% de las ventas. Y las primeras 10, que son apenas el 2% de las participantes, se llevan más de un cuarto del total de ventas.
Esto indica que los grandes conglomerados del continente son cada vez más poderosos, y crecen a tasas más altas que las propias naciones latinoamericanas. En la mayoría de las empresas de la lista, el aumento en ventas es de dos dígitos, superando ampliamente el crecimiento del producto de los países en los que operan y de la región en su conjunto. En particular, en los primeros diez puestos de la lista, a excepción de PEMEX Refinación, todas las ventas de las empresas han crecido a tasas entre 18% y 88%, con la mayoría ubicándose entre 20% y 45%. Si analizamos las 50 mayores, encontramos que el crecimiento de sus ventas registra en promedio un 28,59%.
Este dinamismo es realmente apabullante si lo comparamos con el de los países latinoamericanos, donde en general en los últimos años sus tasas de crecimiento son mucho más modestas. Incluso los países que más han crecido en el continente durante 2005 están lejos de alcanzar el promedio de estas empresas. Los más dinámicos en 2005 han sido Venezuela con 9,3% y Argentina con 9,2%, seguidos por Perú y Chile con crecimientos de menos del 7%.
Es interesante observar que los países que tienen las empresas con los mayores crecimientos no son los que registran mayor crecimiento en sus respectivas economías. Brasil está a la cabeza de esa divergencia, ya que sus grandes empresas muestran un crecimiento en sus ventas de 24,4%, mientras el crecimiento registrado en la economía brasileña es de solamente 2,3%. Otro tanto sucede con México, segundo en ese grupo, registrando casi un 11% de aumento de las ventas de sus empresas y un tímido 3% de crecimiento del producto interno. Estos datos son aún más curiosos si consideramos, como indica el reporte, que muchos de los sectores que experimentaron mayores tasas de crecimiento fueron aquellos enfocados al mercado interno como los vinculados a la construcción, a los servicios públicos, telecomunicaciones, cerveza y comercio.
El club de los mil millones de dólares en ventas está desigualmente distribuido por el continente: Brasil y México, como es de esperarse, ocupan los dos primeros lugares con 131 y 95 empresas respectivamente. Los siguen de lejos Chile (30 compañías), Argentina (18), Colombia (9), Perú (6), y Venezuela (6).
Empresas y sectores «naturales»
Casi el 60% de las mayores empresas del continente se basan en apropiarse de los recursos naturales. Entre estos sectores, los que tienen más peso están el petróleo y gas, electricidad, siderurgia y metalurgia, minería, alimentos, bebidas y agroindustria. La explotación de los recursos naturales sigue acentuándose y así lo muestran las cifras de ventas tanto en el mercado interno como en el externo. Si bien la demanda interna sigue en aumento y el consumo ha crecido en casi todos los países de la región, la demanda externa también ha continuado creciendo en 2005, por lo que las exportaciones de las empresas latinoamericanas crecieron siguiendo la tendencia de los últimos años. América Latina consolida su perfil exportador de materias primas.
En efecto, entre las diez primeras compañías exportadoras siete tienen su base en recursos naturales: las primeras tres (PDVSA, PEMEX y PEMEX Refinación) del rubro hidrocarburos, seguidas de CODELCO, la mayor empresa de Chile y la segunda minera de América Latina; PETROBRAS en quinto lugar; y en los lugares siete y ocho se encuentran Companhia Vale do Rio Doce (la brasileña es la mayor minera de Latinoamérica) y PEMEX Gas y Petroquímica Básica. La mayoría de estas empresas muestran un alto porcentaje de ventas al exterior sobre el total de sus ventas, destacándose el caso de PEMEX Refinación que exporta la totalidad de su producción. Las exportaciones de CODELCO llegan a casi el 80% de sus ventas; mientras que PDVSA y PEMEX se encuentran exportando alrededor del 50%. De estas empresas, la más cerrada es PETROBRAS, con un porcentaje de exportaciones de solamente el 13% de sus ventas.
Dentro de las empresas más lucrativas también se destacan aquellas basadas en recursos naturales. Entre las diez primeras encontramos ocho que pertenecen a sectores basados en recursos naturales: cuatro del sector de hidrocarburos, tres grandes mineras, y una compañía de cemento. Por otro lado, cuatro empresas entre las más lucrativas en 2005 coinciden en ser las mayores exportadoras (PDVSA, CODELCO, PETROBRAS y Companhia Vale Rio Doce). El lucro entre estas empresas va desde los 10.135 millones de dólares que ganó PETROBRAS, a cerca de 1.750 millones de la argentina YPF, entre las diez primeras.
Para tener una idea de la magnitud de dichas ganancias, es útil comparar esas cifras con otros indicadores de las economías de la región. Por ejemplo, con las ganancias de las cinco primeras empresas (que suman 24.883 millones de dólares) se podrían pagar las deudas externas sumadas de Bolivia, Costa Rica, Paraguay y Uruguay. Si sumamos las ganancias de los diez primeros lugares se podría llegar a cancelar la deuda externa de Argentina, que asciende a la enorme cifra de 35.400 millones de dólares.
Grandes concentraciones
Estas abultadas ganancias muestran una vez más el grado de concentración económica de nuestras economías; estos gigantes poderosos en algunos casos pertenecen al Estado pero en muchos otros son privados, nacionales y también extranjeros. Un análisis de las empresas incorporadas a la lista este año muestra se ha sumado 56 nuevas empresas, pero entre ellas solamente 3 son estatales. Brasil es el que aportó más empresas a la nómina y se observa claramente la preponderancia de las privadas, ya que cuenta con una única compañía estatal mientras que registra 12 privadas y ocho compañías privadas internacionales. Aumentó la representación de las compañías privadas entre las 500 más fuertes de América Latina.
Si bien el hecho de que sean estatales no asegura que los beneficios sean distribuidos atendiendo las necesidades de las poblaciones y apuntando a un desarrollo sostenible, es seguro que las ganancias de las privadas no lo serán.
Una muestra más de la concentración de estos gigantes es el casi insignificante impacto en el empleo: es alarmante que ante un extraordinario crecimiento de las ventas y de las ganancias el empleo se haya incrementado solamente un 2%, cuando se esperaría una mejora más significativa de dicho indicador. Estas grandes empresas muestran espectaculares aumentos en sus ventas, pero no generan empleo en la misma proporción.