El próximo día 07 de septiembre, será realizado el 12º Grito de los Excluidos 2006. Con programación en prácticamente todas las capitales brasileras y en algunas ciudades del interior, miles de personas van a ir a las calles de Brasil para discutir la soberanía e independencia del país. Bajo el lema «Brasil: en la fuerza […]
Otra bandera es la anulación de la privatización de la Companía Vale do Río Doce. En enero, la 5ª Sección del TRF (Tribunal Regional Federal) de Brasilia decidió que será revista en la Justicia la privatización de la mayor companía minera del mundo. El proceso de la venta va a tener que pasar por una pericia técnica.
Para Marina dos Santos, de la coordinación nacional del MST, «la sociedad brasilera precisa de un proyecto de desarrollo nacional, que debiera estar sustentado en una nueva política económica, en la distribución de renta y en la prioridad absoluta de la generación de trabajo y renta. El Estado tiene un papel fundamental. Por ello, necesitamos rever a la Vale do Río Doce, que tiene un papel estratégico para nuestro desarrollo, y dar al pueblo lo que es del pueblo».
En Aparecida, Estado de San Pablo, el 12º Grito se unirá otra vez a la Romería de los Trabajadores. La concentración será en Porto de Itaguaçú, a las 7h, con acogida, animación y mística. A las 8h, la caminata saldrá del Porto hasta la Basílica de Nossa Senhora de Aparecida. La programación en Aparecida, la mayor concentración de manifestantes del Grito en el país, será cerrada a las 10h30, con la celebración de la 19ª Romería de los Trabajadores, cuyo lema es «Por una nueva Nación, seguimos con Maria, sin sumisión».
La exclusión social denunciada por el Grito está explicitada en los números del desempleo, del analfabetismo y en la ausencia de condiciones básicas de vivienda y vida enfrentadas por millones de brasileros. Según datos del IBGE (Instituto Brasilero de Geografía y Estadística), más del 34% de la población económicamente activa del país viven del trabajo informal. De dos personas desempleadas, una tiene menos de 25 años. En ciudades como Recife (15,3%), Estado de Pernambuco; Salvador (14,4%) y San Pablo (11,3%) las tasas de desempleo superan el 10%.
La tasa de las seis mayores regiones metropolitanas del país registró en julio la mayor tasa de desempleo, 10,7%. Con Belo Horizonte (Minas Gerais) quedando con 9,1%; Río de Janeiro, 8,7%, y Porto Alegre (Río Grande do Sul), 8,7%. Mientras que en 1980, la renta del trabajo representaba el 50% del PIB (Producto Interno Bruto) nacional, ahora representa el 36%. Se estimulan ahora los sub-contratos. De 1995 a 2005, un tercio de las vacantes criadas en el sector privado es de sub-contratados (tercerizados). En 10 años, los empleos tercerizados crecieron un 127%, dándose que en algunas categorías profesionales la tercerización alcanza el 90%. Cerca de 4 millones de familias brasileras no poseen ningún tipo de remuneración.
Las altas tasas de analfabetismo funcional y de niños que están fuera de la escuela para trabajar muestran que la educación no está siendo asumida por los gobernantes brasileros como medida esencial para la superación de la pobreza. Un millón de niños de 10 a 14 años trabajan; los analfabetos funcionales, aquellos con edades por encima de 15 años y que tienen menos de tres años de estudios, representan el 31,2% de la población. El brasilero permanece, según el IBGE, menos tiempo que el necesario en las escuelas. Mientras que el mínimo exigido en la educación básica es de 11 años, el estudiante sólo se queda, en promedio, de cuatro a siete años.
De los 40 millones de domicilios registrados por el IBGE existentes en el país, cerca de 10 millones de habitaciones son consideradas insalubres, impropias para la supervivencia humana, por tratarse de caseríos, casuchas, villas miserias, chozas. De éstas, 2 millones de domicilios no tienen luz eléctrica. La salida del campo para ocupar viviendas impropias en las grandes ciudades es consecuencia de una política agraria que beneficia al agronegocio y no apoya la agricultura familiar. Los minifundios y las propiedades con menos de 100 hectáreas constituyen el 89,1% de los inmuebles y 20% del área total. Por otro lado, las grandes propiedades con áreas por encima de 1.000 hectáreas constituyen el 1% del total de inmuebles y detentan el 45% del total de las tierras registradas.
La solución propagada por los empresarios y políticos, el agronegocio, emplea solamente 600 mil asalariados, y posee sólo el 5% de la flota nacional de tractores. Las pequeñas propiedades emplean a 13 millones de trabajadores familiares y más de 1 millón de asalariados, y detenta el 52% de toda la flota de tractores. A pesar de eso, 4,6 millones de familias de trabajadores viven como sin tierras por la ausencia de una reforma agraria en Brasil.
Mientras que la población carece de vivienda, educación, salud y empleo, el gobierno privilegia el pago de las deudas interna y externa. En 2006, el gobierno estimaba pagar 179.000 millones de reales para los intereses de las deudas. El servicio de la deuda le costó al gobierno, en 2005, 139.000 millones de reales; para la Reforma Agraria, educación y salud los gastos fueron de 56.000 millones de reales.
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]