Este jueves 07 de septiembre, día en que se celebra la Independencia de Brasil, miles de personas se reunirán en por lo menos 1.500 ciudades brasileras para la 12ª edición del Grito de los Excluidos y Excluidas que, este año, tiene como lema «Brasil: en la fuerza de la indignación, simientes de transformación». En todos […]
Este jueves 07 de septiembre, día en que se celebra la Independencia de Brasil, miles de personas se reunirán en por lo menos 1.500 ciudades brasileras para la 12ª edición del Grito de los Excluidos y Excluidas que, este año, tiene como lema «Brasil: en la fuerza de la indignación, simientes de transformación».
En todos los Estados, los representantes de la sociedad civil, movimientos sociales, entidades de clase, asociaciones, cada una de esas partes va a estar, a su manera, protestando contra las varias formas de exclusión. En la lista, están los sin techo, vendedores ambulantes, catadores de material reciclable, pueblos de la calle, desempleados, víctimas de explotación sexual y de la violencia, mujeres, pueblos indígenas, ancianos, pueblos negros, homosexuales masculinos y femeninos, portadores de deficiencias, dependientes químicos, entre otros.
En la lista de las demandas se encuentran: mejores condiciones de trabajo, vida digna, mejora en la atención médica, en la Previsión Social, cambios en el sistema carcelario y, en época de elecciones, la corrupción también será un tema llevado a las calles.
Para Luis Bassegio, coordinador del Grito en Brasil, está claro que las ediciones del Grito vienen cumpliendo con el compromiso de dar voz a las ciudadanas y ciudadanos que, de alguna forma, están al margen de la sociedad, o que todavía no son incluidas en las implementaciones de políticas públicas propuestas por los gobiernos.
«Estamos en la 12ª edición y, cada año, el número de participantes aumenta. Esto significa que, mientras tengamos excluidos y excluidas, el Grito va a continuar. Y eso no importa si estamos o no con un gobierno considerado de izquierda. La exclusión no tiene lado, tiene personas afectadas en su dignidad. Y es por eso que el Grito existe», afirma Bassegio.
Bassegio agrega que esta edición del Grito transcurre en un momento delicado, donde el cambio de la política económica está afectando a los brasileros y brasileras. El Grito, agrega, en tanto proyecto de la sociedad civil, tiene el deber de posicionarse, de hacerse presente. «Es una forma de mostrar el otro lado, un lado más humano», dijo.
Según informó, representantes de 11 países están reunidos en la capital de San Pablo, definiendo los últimos detalles para el evento, que tendrá lugar con mayor visibilidad, en la ciudad de Aparecida (interior del Estado de San Pablo). Allá, tendrá lugar conjuntamente con la Romería de los Trabajadores, organizada por la Pastoral Obrera de los Estados de Río de Janeiro, San Pablo, Espírito Santo y Minas Gerais, Pastoral de los Emigrantes y Romería de a Pié.
El Grito de los Excluidos y Excluidas está promovido por la Pastoral Social de la Iglesia Católica, en cooperación con numerosos movimientos sociales.
Grito Continental
Representantes de movimientos sociales y entidades de diversas categorías de 11 países también están en San Pablo definiendo las estrategias y acciones para la realización del Grito Continental, que tendrá lugar el día 12 de octubre. Ellos también van a participar de la edición brasilera, que ocurrirá el día 07 de septiembre, en Aparecida, San Pablo.
Luis Bassegio explica que con la concretización del calendario en Brasil, fue posible compartir la idea con otros países, ya que la situación general social no se diferencia mucho de la realidad. La exclusión – a pesar de la diferencia de idioma y de la diversidad cultural – es lo que estos países tienen en común. Fue así que, desde 1999, el Grito pasó a ser realizado también en otros países de América.
En una pauta más global, el Grito Continental concentra sus reivindicaciones contra las áreas de libre comercio, contra las deudas de los países pobres, contra el neoliberalismo, contra la guerra, por la soberanía alimentaria de los pueblos, autonomía de los países, políticas justas para los inmigrantes, educación, autodeterminación de las mujeres, entre otras.
Como bien afirman los organizadores, «el Grito tiene como finalidad no sólo la crítica del modelo neoliberal, sino también la preocupación propositiva de buscar alternativas. De ahí su carácter doble: de protesta y de afirmación, de denuncia y de anuncio». Están comprometidos en la organización de la realización del Grito Continental los países de Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Honduras, Bolivia, Argentina, Puerto Rico, Colombia y Cuba, entre otros.
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]