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Entrevista a Javier Porta Fouz, director de BAFICI

«Habrá muchas funciones al aire libre, ¡no me hice cinéfilo por ver películas online!»

Fuentes: GPS Audiovisual Radio

La 22ª edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), cancelada en 2020 por la pandemia, se realizará entre el 17 y el 28 de marzo, de manera presencial y con funciones y actividades al aire libre.

Hasta el viernes 15 está abierta la convocatoria para la presentación de largometrajes y cortos extranjeros, y en el caso de las producciones nacionales, el plazo se extenderá hasta el lunes 18. A partir de allí se armará la programación.

Su director artístico, Javier Porta Fouz, reveló algunos de los avances y novedades con respecto a la gran muestra del cine independiente de Buenos Aires.

-Imaginemos que entre el 17 y el 28 de marzo próximos existe algo parecido a la normalidad. ¿Qué tipo de festival vamos a tener?

En principio, cambiamos la fecha original de abril y lo adelantamos a marzo por cuestiones de producción y de mayor seguridad de circulación en la calle. Notamos que los festivales que se programaron para septiembre en Europa –el equivalente al marzo nuestro-, habían tenido ediciones más normales. En los países donde hubo festivales con gente en las salas, en octubre empezaron las complicaciones. La diferencia es que acá las salas siguieron cerradas. Entonces planteé que debíamos tener opciones con o sin salas abiertas. Decidimos tener un BAFICI porque vamos a tener muchas salas al aire libre.

-Con o sin salas, se verá cine en pantallas…

Estamos haciendo de cuenta de que no tenemos salas de cine como se conocían y haciendo la ecuación sin ellas. Al aire libre habrá unas quince a veinte sedes, una cantidad interesante. No habrá la misma cantidad de funciones como en las salas porque no se puede empezar al rayo del sol. Serán dos o tres funciones, dependiendo de la duración de la película. Y cubriendo buena parte de la ciudad, para que la gente pueda volver al cine y el BAFICI pueda acercar a la gente un cine que no es el de los tanques.

-BAFICI es pionero en las exhibiciones al aire libre, que ahora se resignifican. ¿Hay alguna estrategia prevista que no se haya aplicado en las ediciones anteriores? A la vez, ¿cuál es la planificación con respecto a las salas?

Con el miedo que está instalado por parte de los medios -que hicieron mucho por instalar miedos-, las salas de cine van a tener muy complicada la seducción de cierto público. Una manera de volver a llevar a la gente al cine es al aire libre. Estuvimos hablando con directores que tenían películas para la edición de 2020, y debo decir con mucho orgullo y agradecimiento que muchos dijeron“bueno, los aguantamos hasta el año que viene”. Muchos de ellos me dicen que festejarían si su función es al aire libre, porque va a haber más gente. Las salas tienen un protocolo preparado (aunque por ahora no va a ocurrir), de una ocupación del 30%. Es decir, para un promedio de solo doscientas butacas.

-¿Cómo fue la determinación de suspender el festival el año pasado?

Cuando vi que el South West (en Austin, Texas) se cancelaba en marzo, me dije “chau, nosotros no tenemos”. Cerramos la programación a principios de marzo y el último fin de semana de esperanza le dije al grupo de trabajo: “tenemos que terminar de ver los cortos y hacer la selección, que esto quede listo”. Aunque sabía que no se podía hacer. Se pensó en una edición online, pero llegamos tarde: fueron los meses más duros, donde toda logística era complicada.

-¿En qué estado de la programación estás? ¿Qué porcentaje tenés definido?

Es bastante extraño, porque algunas películas argentinas necesitaban estrenarse. De hecho, hubo cien películas que iban a estar en el BAFICI y que se estrenaron de modo online al jueves siguiente. Fuera de eso, tenemos bastantes del año pasado y vamos a tratar de tener lo que quedó seleccionado sin estrenar.

También hay muchas extranjeras que están esperando el BAFICI. Hablamos mucho con la gente que las presenta para ayudarlos a conectar con el público. Creo que hay una gran crisis de conexión: los festivales hacen mucho mal cuando se vuelven esquemas de ghetto o programan películas que son incomunicables. Nosotros tratamos de que lleguen a los públicos. No sé si todas van a dar el OK cuando les diga que la exhibición es al aire libre.

-¿Cómo será el esquema de secciones y competiciones?

Esa es otra gran novedad: vamos a reducir mucho la competencia. Serán dos: la internacional y la argentina. Además, vamos a mezclar cortos y largos en la misma competencia. A esta altura, un corto independiente está tan indefenso como un largo independiente. Porque cuando abran las salas de cine, ¿qué van a estrenar?: los tanques y nada más. Por otro lado hubo un récord de velocidad de inscripción apenas abrimos la convocatoria. Tiene que ver con cierta ansiedad de lo que ya está hecho. Pero no creo que se esté terminando mucho: distribuidores grandes como Memento, que todos los años te ofrecen diez o veinte películas para que selecciones, este año mandaron dos. En cambio, tenemos una oferta grandísima de cine argentino.

-Este es un año donde te tocará atravesar dos nuevos frentes de tormenta, desconocidos hasta ahora: una producción abruptamente interrumpida en por lo menos seis meses de este año y el aumento del dólar. ¿Cómo se va a reformular el festival para mantener el interés?

Toronto se hizo con setenta películas, de trescientas y pico que tenía en ediciones anteriores. Ni en países con moneda estable y buenos ingresos por espónsores se pudo mantener el tamaño anterior de los festivales. Con el precio del dólar por las nubes es dificilísimo pagar los derechos de exhibición de las películas que te cobran. Muchos aprovecharon esto para un sinceramiento, porque los festivales de cine están en crisis. Los festivales online de los primeros meses tenían su gracia. Pero después te das cuenta de que estás viendo la película en tu casa. Y que esa película no tiene el aura que tiene una obra de arte. La vida es otra cosa. El cine es otra cosa. ¡Yo no me hice cinéfilo por ver películas online! Ni siquiera tengo televisor. Tengo una pared con un proyector, y no me volví tan loco porque tengo una pared más grande que la sala de Warner y está conectada a seis parlantes. Pero no tengo ni un televisor. La primera vez que fui a un festival de cine fue en Mar del Plata en 1996. Allí me dije: “esto es lo que quiero, vivir yendo a festivales de cine”. Nadie va a ver un festival online y decir “esto es lo que yo quiero”. Digamos, yo ya estoy hecho, pero las nuevas generaciones, ¿cómo se van a enamorar del cine?

-Te lo pregunto: ¿cómo?

A mis dos hijas mayores las estuve paseando por Lavalle, mostrándoles dónde estaba cada cine. Me parece que el cine no es parte de un continuo audiovisual en el que ven un video de Tik Tok y la serie. El cine es cine. Es un arte, fue el gran arte del siglo XX. En este siglo se está sufriendo horrores porque se defiende cualquier cosa y se celebra todo de manera acrítica. Necesitamos volver a discutir de cine, discutir de cine es tomárselo en serio en el sentido de apasionarse. Las pasiones son cosas muy serias, y el tamaño de una pasión y de una pantalla son incompatibles.

-¿Cuál es la posición del festival con respecto a las producciones realizadas exclusivamente para plataformas?

Qué se yo… El Irlandés de Scorsese estaba hecha para plataformas, pero se podía estrenar en una pantalla grande. Hoy hay productores que hacen producciones directamente para plataformas. Como director y como espectador de cine -no desde la posición del BAFICI-, noto muchas películas hechas especialmente para plataformas cortas de vida, ya saben que nunca van a estar en pantalla grande. Soy bastante sensible a eso: si veo que tiene un montaje televisivo, me pongo nervioso y la saco. Hay mucho de producción en serie que no me interesa. Muchos documentales de Netflix tienen una estética que no cambia, no tienen singularidad. No sé si es una posición del BAFICI, pero nosotros no tenemos series, tratamos de que sea un festival de cine. Quizás está fuera de moda decir que las series son distintas al cine pero para mí es distinto. Cuando me dijeron “por qué no escribís de tal cosa” y era una serie, dije que no escribo sobre eso: escribo sobre cine. El cine no es parte de un continuum audiovisual, tiene su singularidad estética, sus tradiciones e historia.

Julia Montesoro

Fuente: https://gpsaudiovisual.com/2021/01/13/javier-porta-fouz-director-del-bafici-habra-muchas-funciones-al-aire-libre-no-me-hice-cinefilo-por-ver-peliculas-online/