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Hace 15 años un huracán revolucionario sepultó al puntofijismo neoliberal

Fuentes: AVN

Este 6 de diciembre se cumple 15 años de la primera victoria electoral de la Revolución Bolivariana. El triunfo del candidato Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 1998 significó el fin del neoliberalismo bipartidista de AD y Copei que se repartieron el poder durante 40 años con un saldo de miseria y exclusión en […]

Este 6 de diciembre se cumple 15 años de la primera victoria electoral de la Revolución Bolivariana. El triunfo del candidato Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 1998 significó el fin del neoliberalismo bipartidista de AD y Copei que se repartieron el poder durante 40 años con un saldo de miseria y exclusión en Venezuela.

Hugo Chávez lanzó su candidatura el 22 de abril de 1997 y tras ratificar la lucha en la calle, junto al pueblo, anunció la creación de una «poderosa estructura político-electoral», publicó diario El Nacional en ese año.

Luego, el 30 de julio de 1997, Chávez registra en el extinto Consejo Supremo Electoral el partido Movimiento Quinta República e integró a los movimientos populares y partidos de izquierda en una alianza denominada el Polo Patriótico.

En sus discursos, el líder de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992 enfatizaba que el país estaba gobernado por «cúpulas podridas de un cuadro político carcomido por la corrupción».

El candidato Chávez prometió no privatizar Petróleos de Venezuela, S.A (Pdvsa), refundar el país mediante una asamblea constituyente y, sobre todo, desarrollar un modelo económico basado en el humanismo, en función de las necesidades de la gente.

Venezuela estaba sumergida en una ola de privatizaciones de sus recursos y activos a través de una voracidad neoliberal que imperaba en las políticas públicas aplicadas por el último presidente de la IV República, Rafael Caldera, en detrimento del pueblo que sufrió con el alza de los precios de los servicios y bienes de consumo (agua, luz, transporte, gasolina, educación, alimentos, telefonía, etc).

Telecomunicaciones, aluminio, acero, turismo, bancos y puertos era algunos sectores estratégicos de la nación entregados a la privatización, en cumplimiento con los acuerdos firmados entre el gobierno de Caldera y el Fondo Monetario Internacional.

Chávez empezó con 10% de apoyo en las encuestas en febrero de 1998, pero ya para septiembre de ese mismo año todas las empresas de opinión pública lo ubicaban en el primer lugar de las preferencias con más del 50%, precisó el libro Cronología de la Una Implosión de Teresa Maniglia e Ingrid Carvajal Arroyo.

La clase política del momento, surgida con el pacto de Punto Fijo firmado en 1958, empezaba a tambalear y sus candidatos perdieron apoyo hasta de sus propios partidos. Faltando pocos días para las elecciones presidenciales, Copei abandona a su suerte a su candidata Irene Saenz y Acción Democrática (AD) expulsa de sus filas a su aspirante, Alfaro Ucero.

Como un último intento por «salvar» el agonizante sistema puntofijista, AD y Copei se unen para apoyar a Henrique Salas Romer, empresario fiel representante de los intereses de la burguesía, quien prometía continuar con la privatización masiva del país, pese al 85% de probreza campeante causado por las medidas neoliberales.

La guerra sucia no pudo con el huracán

Ante la inminente victoria popular, el candidato Chávez afrontó resistencias por parte de sectores privilegiados con la IV República, principalmente desde las empresas privadas de comunicación.

En declaraciones publicadas en el diario Ciudad Caracas, la periodista Isbemar Jiménez, quien cubrió la campaña en 1998, recordó cómo la mayoría de los medios privados se dedicaban a darle cobertura a Chávez, «pero no a la actividad de campaña, sino a descalificarlo «.

Alcides Castillo, periodista de la fuente electoral de la época, también rememoró que a Chávez los medios de comunicación le dedicaban poco espacio. «Fue una campaña brutal y feroz contra Chávez».

Por otro lado, las amenazas de muerte hacia el candidato Chávez crecieron antes y durante la campaña electoral. Los responsables eran «elementos aventureros del ámbito policial y especuladores económicos», advirtió en ese entonces el comando de campaña del Polo Patriótico, citó el libro Cronología de la una implosión.

En busca de mermar su apoyo popular, se difundió en los medios una pieza de propaganda en la cual se le atribuye a Chávez la supuesta afirmación sobre «freír» a los adecos. El locutor de la pieza, Gonzálo Cubelo, dijo luego que fue engañado para grabar la cuña.

Luego los mismos medios, atribuyéndole la declaración al economista Iván Pulido, le inventaron a Chávez una supuesta falta de cordura. El mismo Pulido declaró luego la falsedad de esa acusación y ratificó que formaba parte de una campaña sucia contra el candidato de las fuerzas patrióticas.

Pese a esta campaña sucia, el 6 de diciembre el pueblo optó por la Revolución Bolivariana al elegir a Hugo Chávez con el 56,45% de los votos. Tras la victoria, el comandante sentenció: «Chávez es un pueblo, ahora gobernará el pueblo».

Y el 2 de febrero 1999, Chávez asumió la presidencia de la República con un juramento que marcaba el inicio de un profundo proceso de cambio: «juro delante de Dios, juro delante de la Patria, juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución (1961) impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga unas carta magna adecuada a los nuevos tiempos ¡Lo juro!».

Fuente:
http://www.avn.info.ve/contenido/hace-15-a%C3%B1os-hurac%C3%A1n-revolucionario-sepult%C3%B3-al-puntofijismo-neoliberal