La Organización Mundial del Trabajo lo dice alto y claro: una economía sostenible podría generar hasta 60 millones de empleos en el mundo en 20 años y ayudar a decenas de millones de trabajadores a salir de la pobreza. En España, calcula que se podrían generar hasta 2 millones de empleos verdes. En Euskadi, hasta […]
La Organización Mundial del Trabajo lo dice alto y claro: una economía sostenible podría generar hasta 60 millones de empleos en el mundo en 20 años y ayudar a decenas de millones de trabajadores a salir de la pobreza. En España, calcula que se podrían generar hasta 2 millones de empleos verdes. En Euskadi, hasta el momento no existía una estimación del potencial global de una economía verde sobre el mercado laboral. Con este artículo queremos remediar esta carencia, volcando los principales resultados de nuestras hipótesis y cálculos en la materia avalados por la Fundación Verde Europea. Y las conclusiones son contundentes: ¡el empleo verde podría proporcionar por lo menos unos 45.000 puestos de trabajo en el País Vasco!
Como era de esperar, el principal nicho de eco-empleo en Euskadi se halla en el sector más castigado por la crisis y el insostenible boom inmobiliario: el de la construcción. Allí es posible vincular creación de empleo y lucha contra el cambio climático, sin presión añadida sobre los ecosistemas, gracias a una apuesta decidida por la rehabilitación de edificios. Un plan que financiase la rehabilitación integral de unos 12.000 edificios al año permitiría crear entre 15.000 y 35.000 empleos estables. Buena parte de ellos estarían asociados a la instalación de sistemas energéticos eficientes, al aislamiento y a la reconstrucción de cubiertas y fachadas, pero también sería significativo el incremento de actividad asociado a los distintos gremios implicados. De forma paralela, el cumplimiento de las exigencias legales en materia de eficiencia energética conllevaría el desarrollo de un pujante sector ligado a la arquitectura bioclimática y la consultoría energética.
Por otra parte, es indispensable modernizar nuestro sistema eléctrico hasta alcanzar un 50% de energía eléctrica renovable en 2020. Para ello es preciso facilitar el acceso a la red de aquella electricidad renovable producida de forma descentralizada (eólica de baja-media potencia, fotovoltaica en cubiertas). Esta dinámica asociada a la autogeneración podría crear hasta 10.000 nuevos empleos. Y no se trata sólo de actividad para los instaladores y mantenedores de estos sistemas, sino del impacto tractor sobre la industria vasca (tubos, material eléctrico, bienes de equipo). Por supuesto, en materia energética la I+D+i tiene un papel central y un impulso desde las instituciones permitiría crear hasta 1.000 empleos de alta cualificación. Es el momento de investigar en sistemas de control inteligentes que permitan gobernar la red eléctrica de forma flexible y eficiente.
La gestión sostenible de los recursos naturales es otro prometedor sector de empleo verde. Hoy en día la agricultura ecológica crece a un ritmo anual del 10% y es sabido que necesita un 30% más de mano de obra que la agricultura intensiva. Debemos apoyarla para recuperar al menos 9.000 de los empleos que destruyó la globalización alimentaria. También es posible reflotar la pesca artesanal de bajura, creando reservas costeras explotadas de forma racional: 200 empleos podrían depender de ello. Otros 4.500 puestos de trabajo aportaría una gestión forestal sostenible, que nos permita preservar el bosque autóctono y modificar la estructura productiva de las plantaciones actuales, mediante especies de mayor valor añadido o la obtención de biomasa sostenible.
En materia de movilidad, podemos generar hasta 2.500 empleos con la implantación de planes de movilidad sostenible en polígonos industriales, con una ofer ta de transporte público a los núcleos de población dispersos, con la integración de las redes metropolitanas de transporte y con la modernización del ferrocarril de cercanías. De igual manera, una nueva cultura del agua puede aportar otros 1.000 empleos, a través de planes para culminar la depuración de aguas residuales en las cuencas donde aún no existe, para modernizar los sistemas de regadío agrícola o para financiar la renovación de las redes de abastecimiento y de saneamiento. La recogida selectiva de residuos urbanos (materia orgánica, gestión de envases retornables) podría aportar otros 1.000 empleos, sobre todo en el sector de la economía social. Además es imprescindible reorientar la producción industrial hacia la sostenibilidad (ecodiseño y análisis del ciclo de vida, mayor durabilidad de los productos), lo que supondría la creación de otros 700 empleos de calidad.
Por último, además de los 45.000 empleos verdes, actuaciones decididas para relocalizar el comercio y los servicios en nuestras ciudades podrían propiciar otros 15.000 empleos. Satisfacer las necesidades de las personas, a través de servicios públicos de calidad (educación, sanidad, igualdad, dependencia, servicios sociales) aportaría como mínimo 10.000 puestos más. Y repartir el empleo mediante la reducción de la jornada laboral (bonificaciones a planes de implantación de las 35 horas) acarrearía otros 15.000 puestos de trabajo. La ecología y el empleo van de la mano. Para salir de la crisis, la ecología política es capaz de aportar soluciones para caminar hoy hacia el pleno empleo, a la vez que respeta el planeta y las generaciones futuras.
Alain Lipietz, economista y ex-eurodiputado de Europe Écologie-Les Verts; Florent Marcellesi, coordinador de Ecopolítica; José Ramón Becerra, miembro de Equo Euskadi.