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Entrevista a los dirigentes de Die Linke Katja Kipping y Jörg Schindler

Hasta qué punto deben ser incondicionales las ayudas sociales

Fuentes: Prager Frühling

«Una renta básica es de izquierdas porque aleja el miedo a la existencia y mejora claramente la posición negociadora de quienes sólo pueden vender su fuerza de trabajo» Prager Frühling: Si se distribuyese justamente la renta nacional, todos los alemanes recibiríamos casi 2.000 euros al mes. ¿Qué cantidad tendría vuestra renta básica? Jörg: No se […]

«Una renta básica es de izquierdas porque aleja el miedo a la existencia y mejora claramente la posición negociadora de quienes sólo pueden vender su fuerza de trabajo»

Prager Frühling: Si se distribuyese justamente la renta nacional, todos los alemanes recibiríamos casi 2.000 euros al mes. ¿Qué cantidad tendría vuestra renta básica?

Jörg: No se puede repartir simplemente el dinero. También debe guardarse algo en los fondos de las reservas sociales. Yo partiría de una ayuda de 1.000 euros más cancelación de deudas. Lo que sería incondicional es que quien recurriese a una ayuda social no debería tener ningún empleo ni disponer de un patrimonio considerable del que echar mano.

Katja: Estamos de acuerdo en la cuantía. Debe estar por encima del umbral de la pobreza y posibilitar la participación social de quien la reciba. En contra de Jörg, yo más bien apostaría por una renta básica incondicional, por la cual nadie debería demostrar las necesidades por las que atraviesa. Sin embargo, estamos de acuerdo en que no debe existir ninguna sanción: el apartado de sanciones del código social debe ser eliminado.

PF: ¿Pero no promueve una renta básica incondicional el dumping salarial y el pluriempleo? Quien dispusiese de 1.000 euros mensuales podría llegar a trabajar hasta por tres euros la hora con tal de ver mejorar sus ingresos.

Katja: ¿Desde cuándo en el capitalismo se ajusta el salario a las necesidades de los trabajadores? Ya Marx sabía que el salario depende por encima de todo de la capacidad de lucha de los trabajadores. Y mientras la pérdida del empleo signifique caer en una prestación social estigmatizada, ésta se debilitará progresivamente. Además, nosotros queremos introducir la renta básica junto con un salario mínimo [que en Alemania no existe, n. del t.].

Jörg: Con un modelo que examinase esas necesidades no existiría ese problema, porque la cuantía de la protección social disminuiría o desaparecería tan pronto como se obtuviera un contrato laboral. No se tiene en cuenta que el problema del dumping salarial persistirá incluso cuando se haya establecido un salario mínimo. El problema descansa exclusivamente en el reforzamiento de la capacidad de negociación de los sindicatos.

Katja: Actualmente convivimos con Hartz-IV, que es exactamente lo opuesto a una renta básica, porque Hartz-IV significa protección por debajo del umbral de la pobreza, con trabajo obligatorio, pruebas de pobreza, así como las sanciones financieras a familiares y cohabitantes. Es comprobable que al amparo de este plan ha aumentado la disposición a aceptar el dumping salarial y las jornadas laborales insanas. Aquí se demuestra que cuanto peor es la situación de los parados, más se puede chantajear a los trabajadores. La renta básica incondicional da la vuelta a esa lógica.

Jörg: Hartz-IV hace chantajeable a la gente. Esto lo veo como Katja. Pero la causa es la cuantía de la prestación, y no que Hartz-IV implique pruebas de pobreza. También una renta básica sin pruebas de pobreza cuya cuantía no dé lo suficiente para vivir significa pobreza.

PF: ¿No es en cualquier caso una cuestión demasiado técnico-administrativa la suma de la prestación social?

Katja: Las pruebas para demostrar las necesidades personales de uno significan siempre que, en caso de duda, se ha de demostrar la indigencia de la persona. Aquí ha de tenerse en cuenta la existencia de una burocracia real. La renta básica incondicional es, por el contrario, una prestación universal, que corresponde a todos y, por ello, su percepción no significa ningún estigma del cual uno acaso tenga que avergonzarse.

Jörg: Comparto la crítica de Katja a la burocracia social existente. Pero entre cobrar un impuesto posterior y conceder una prestación social hay una diferencia. Quien percibe una prestación social necesita, por ejemplo, del principio constitucional de protección social o tiene también necesidades especiales, pero no deberes tributarios. Por lo demás, también con una renta básica incondicional debería establecerse finalmente una declaración de la renta para controlar la cuantía de ingresos.

PF: Cuando se habla de la renta básica, se habla a menudo también de un impuesto único sobre el consumo como el que se ha pedido recientemente en el Bundestag. ¿Qué os parece esta propuesta?

Katja: Estoy absolutamente en contra. En el último congreso internacional sobre la renta básica hubo una reunión de partidarios de una renta básica emancipatoria en la que todo el mundo estuvo de acuerdo en una redistribución de la renta de las rentas más elevadas a las inferiores, la creación de una asociación para el establecimiento de un salario mínimo y el mantenimiento de un sistema de servicios sociales. Eso no tiene nada que ver con un modelo de un impuesto único para el consumo.

Jörg: Estoy de acuerdo. A la pregunta de o renta básica o servicios sociales básicos, uno puede llegar a conclusiones completamente opuestas. Pero, como izquierda, debemos pensar juntos en cómo redistribuir la riqueza, pero también el trabajo.

Katja: Ésa es una cuestión interesante. Otro enfoque de izquierda es plantearse la renta básica también en forma de bien público, como pueda serlo un servicio de trenes y autobuses gratuito o una red de conexión inalámbrica a Internet para todos.

PF: ¿Deberían realmente integrarse las prestaciones sociales en una renta básica?

Katja: Una renta básica incondicional no debe sustituir en ningún caso a las ayudas sociales, sino complementarlas. Aquí veo una analogía con el salario mínimo. Cuando luchamos por un salario mínimo, eso no quiere decir que no deba haber salarios más altos que ése. Al contrario, quien así lo quisiera podría conseguir una pensión mínima asistencial, la ayuda para desempleados o, por el contrario, unos ingresos más altos o una mejor ayuda por desempleo.

Jörg: Desearía una protección social básica que acoja a todos, a la cual nadie se vea obligado a recurrir porque el sistema social disponga de otras posibilidades enfocadas a circunstancias especiales. Por ejemplo, que los estudiantes universitarios recibieran un crédito público para la financiación de los estudios independiente de las posibilidades económicas de sus progenitores y los jubilados, una pensión paritaria por ley.

PF: No sólo la izquierda reivindica una renta básica. ¿Qué tiene específicamente de izquierdas una renta básica?

Jörg: En el sentido arriba mencionado, una renta básica sería de izquierdas en la medida en que llevara a una redistribución de la renta. Pero lo que me pregunto es si a través de una renta básica incondicional no creamos un colosal Moloch burocrático, en el cual la protección de los excluidos se extiende también a gente que no la necesita en absoluto.

Katja: Una renta básica es de izquierdas porque aleja el miedo a la existencia y mejora claramente la posición negociadora de quienes sólo pueden vender su fuerza de trabajo.

Katja Kipping (Dresde, 1978) ocupa actualmente una de las cuatro vicepresidencias de Die Linke, es miembro del parlamento federal alemán, y se encarga de la política social del grupo parlamentario. Kipping, forma parte de Netzwerkes Grundeinkommen, la red alemana por la renta básica, independiente de partidos políticos y sindicatos. Jörg Schindler es un dirigente de Die Linke.

Traducción para El Viejo Topo: Àngel Ferrero

[SP agradece la colaboración en la traducción de esta versión para nuestra revista de Ana Benninghaus Etxegarai]

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2894