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Entrevista a Amado Boudou, ministro de Economía argentino

«Hay falta de creatividad, audacia y capacidad para interpretar los problemas»

Fuentes: Página 12

El ministro hizo una crítica detallada de las políticas de las entidades financieras, defendió la negativa argentina de auditar sus cuentas y las políticas del kirchnerismo, y explicó cómo se trabaja para crear otros mecanismos.

«Sería un poco infantil no reconocer el orden económico y financiero internacional y sería pusilánime no intentar cambiarlo», afirmó ayer el ministro de Economía Amado Boudou. Buscaba explicar la decisión argentina de darles pelea a las principales potencias en los organismos de crédito multilaterales y en el G-20, junto a otras naciones emergentes. Luego de participar en la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional y antes de regresar a Buenos Aires, el ministro recibió a Página/12 en el coqueto hotel Fairmont de esta ciudad. En la charla, explicó su visión sobre la crisis internacional, analizó en qué medida puede afectar al país, detalló sus diferencias con las políticas que impulsa la conducción del FMI y respondió a los cuestionamientos que le hace el organismo a las estadísticas oficiales y a la política económica del kirchnerismo en general.

-¿Se puede superar la crisis internacional con las políticas que recomendaron los organismos multilaterales de crédito en esta asamblea?

-El Fondo dice que se necesita un mundo que crezca y genere empleo. Eso no difiere de la posición que tuvo Argentina en los últimos ocho años. Sin embargo, cuando se empiezan a analizar las herramientas para lograrlo no parece que fueran todas en el mismo sentido, muchas están demasiado atadas a recetas que ya fracasaron. Se observa falta de creatividad, de audacia y de capacidad para interpretar el origen de los problemas que está viviendo el mundo. Desde nuestra óptica ésa es la causa de los pobres resultados alcanzados hasta ahora.

-Esos resultados se vienen observando desde hace varios meses, pero las autoridades del Fondo reafirman su posición. ¿Eso significa que la crisis internacional se va a profundizar?

-La visión de los organismos multilaterales y de muchos países desarrollados es que la crisis por lo menos no va a tener un recorrido corto, con fuertes riesgos de agravarse en el sector financiero y en los precios de algunos commodities, derivando en un crecimiento cada vez más lento. No se están vislumbrando cuáles van a ser los mecanismos que podrían acelerar ese crecimiento.

-¿La crisis puede impactar en el precio de las materias primas como lo hizo en 2008?

-La situación es muy diferente. En el conjunto de las materias primas y dentro de las mismas va a tener distintos impactos. Este no es un tema de burbuja en el precio de los commodities, sino de impacto de la demanda agregada mundial en los commodities. El desaceleramiento europeo y estadounidense puede provocar un problema en los precios de metales y combustibles, pero al no ser el principal demandante de alimentos es de esperar que haya mucha menos volatilidad en los commodities que exporta Argentina que en el resto de los commodities. Esto ya no sólo lo decimos nosotros sino que hay un consenso al respecto.

-¿Puede forzar una devaluación del dólar?

-Hay países que están más sujetos al movimiento de capitales y son los que van a tener que prestarle más atención a ese tema. En Argentina hemos tomado suficientes medidas como para poder administrar el tipo de cambio adecuadamente y sin sobresaltos. Además, a diferencia de otras épocas, esta crisis llega cuando Argentina tiene una deuda equivalente a sólo el 17 por ciento del PIB con el sector privado. Esa es una de las consecuencias benéficas del desendeudamiento. Nos permitió estar menos sujetos a los vaivenes de los vientos que mueven los flujos internacionales, que siempre son turbulentos.

-¿No tienen previsto volver a tomar deuda?

-No tenemos necesidad de financiarnos en el mercado. En el Presupuesto 2012 no está contemplado.

-El poder económico de los Brics y de otras naciones de ingreso medio como Argentina se incrementó en los últimos años. ¿Ese mayor poder le puede servir para modificar el orden financiero internacional?

-Hoy, sábado, participamos de un desayuno para los países de Latinoamérica que organiza el FMI. Se discutió sobre la necesidad de sostener las respuestas fiscales y mantener las reservas en los bancos centrales. Lo que planteé en esa reunión es que si discutimos sólo esos tópicos, estamos buscando cómo acomodar nuestras políticas a lo que necesitan los países centrales. Yo propuse buscar un camino alternativo, consistente en políticas que sean positivas para nuestra región desde la acción, no desde la reacción. Es el mejor momento para hacerlo porque los amortiguadores que construimos en los últimos ocho años nos dan la posibilidad de buscar nuestro camino. Por ejemplo, más del 30 por ciento de la deuda que emite Estados Unidos la tienen los bancos centrales de otros países. Eso quiere decir que esos países estamos financiando a Estados Unidos. Esta es una ventaja que no tiene ninguna otra nación del mundo y una de las vías a través de la cual traslada sus problemas financieros al resto de los países. Frente a eso necesitamos una respuesta sudamericana y lo estamos trabajando en el Consejo de Ministros de Economía y presidentes de bancos centrales de la Unasur. También planteamos una mayor integración comercial. Buscar desde nuestra región una salida coordinada que nos permita posicionarnos de manera diferente frente a la crisis.

-Esa coordinación se da fuera del FMI.

-Pero no podemos dejar de decirlo en estos espacios.

-¿Y qué se puede hacer dentro del FMI?

-Es importante ir obteniendo resultados parciales en el camino hacia un nuevo orden monetario y económico internacional. La discusión de los commodities en febrero de este año fue de alto tono, casi virulenta. Nosotros llevamos nuestra posición junto con Brasil y países como Australia y logramos un resultado concreto. Sería un poco infantil no reconocer el orden económico y financiero internacional y sería pusilánime no intentar cambiarlo. Por eso es importante hacer oír nuestra voz en estos foros.

-Nicolás Eyzaguirre, director para el Hemisferio Occidental del FMI, dijo el viernes que las políticas fiscales expansivas no son recomendables ni siquiera en América latina.

-Estamos en los antípodas de ese pensamiento y lo demostramos en la acción. Le doy un ejemplo, nos proponen armar fondos contracíclicos, pero ésa es la peor de las soluciones. El fondo contracíclico lo usás en el período de crecimiento para invertir fuera de tu país. Así terminás financiando a los países desarrollados y cuando lo necesitás esos activos están destruidos en su valor y tampoco te sirven. La política que llevó adelante Argentina en estos últimos ocho años fue mucho más inteligente. Invirtió fondos en obras de infraestructura que aumentan la productividad, el capital y la potencialidad de tu propia economía. Estás invirtiendo en la economía real de tu país y eso te permite sortear las crisis o enfrentarlas con mayor fortaleza. Este ejemplo muestra el contraste entre una visión cuyo eje es el sistema financiero para preservar el valor de los activos y otra que apuesta a la economía real para generar puestos de trabajo.

-Cuando se la escucha a la titular del FMI, Christine Lagarde, pareciera que su objetivo es rescatar a los bancos antes que a los países.

-Esa ha sido una constante. En Argentina ayudaron a convertir la deuda bancaria en deuda con el FMI y de ese modo pasó a ser deuda soberana y no se podía renegociar. Es lo que están haciendo en Grecia ahora. Por eso también queremos dar pelea en el Fondo. Los organismos de Bretton Woods están en crisis porque está en crisis el mundo que emergió de los organismos. Ya no es una crisis periférica. La crisis se está dando en el centro porque hay un modelo de valorización financiera de la economía y está demostrado que si los mercados no tienen una fuerte regulación no pueden funcionar. Uno de los daños colaterales de la crisis es que quitó el foco de los temas importantes. Cuando uno mira lo que pasa en el mundo, sin duda, parte del problema son los paraísos fiscales, las calificadoras de riesgo y su rol como asignadoras de crédito, y el funcionamiento de un sistema financiero con bajo nivel de regulación. Sin embargo, se concentran en resolver el efecto inmediato de la crisis, el repago de la deuda de Grecia, y se olvidan de la agenda de mediano plazo.

-¿Esos temas no se discuten en el foro del G-20?

-Por lo menos han pasado a un quinto orden. Lo grave es que esos temas son los que explican la crisis, no es una agenda lateral. ¿Por qué fueron los préstamos hacia Grecia? Porque había calificadoras que los asignaban hacia ahí y la sobreendeudaron. Después, salen y dicen que no hay que ir.

-En 2009 la crisis era grave y esos temas estuvieron en el primer orden de la agenda del G-20 en Londres. ¿Por qué ahora que la crisis recrudeció ya no están?

-Porque es tan devastador el efecto de la crisis y es tal la posibilidad de contagio en la zona del euro que se está prestando atención más a parches de cortísimo plazo. Se parece mucho a la discusión en torno del megacanje y el blindaje.

-¿También está frenada la reforma para darles más participación a los países de ingreso medio en el FMI?

-Se está implementando la última reforma.

-Pero los Brics pidieron que se acelere.

-Ellos necesitan que se termine de implementar la reforma de 2010 para encarar una nueva. Lo que sucede es que los países tienen que ratificar internamente lo que fue una decisión del G-20 y del FMI y eso necesita en muchos casos aprobaciones legislativas. Con esa reforma, igual China va a seguir estando subrepresentada.

-Las autoridades del Banco Mundial están dejando trascender que el crecimiento de los países de ingreso medio justifica orientar los créditos de la entidad hacia otras naciones más necesitadas.

-Es otra discusión y también la vamos a dar. Proponen orientar los créditos sólo a los países pobres, pero siguen evidenciando los mismos problemas de siempre. Ayer, viernes, en la presentación del Banco Mundial destacaron como un gran avance que en Africa puedan verse los reportes del Banco Mundial en el I-phone. A eso le llamo juego de niños ricos en un mundo que necesita respuestas. Sería mejor llevar agua o salud.

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http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-177544-2011-09-25.html