El presidente de la República, Hugo Chávez, leyó la cartilla a la directiva de la Asamblea Nacional y a sus nuevos integrantes en cadena nacional de radio y televisión. Por más de tres horas, el Jefe de Estado advirtió a los legisladores sobre las amenazas que enfrenta la revolución y les exigió «leyes bien hechas» […]
El presidente de la República, Hugo Chávez, leyó la cartilla a la directiva de la Asamblea Nacional y a sus nuevos integrantes en cadena nacional de radio y televisión. Por más de tres horas, el Jefe de Estado advirtió a los legisladores sobre las amenazas que enfrenta la revolución y les exigió «leyes bien hechas» y «acciones inexorables» que permitan dejar atrás la «falsa democracia» y el «burocratismo» de la IV República para profundizar la «participación popular».
«¡Tenemos que dejar de ser la democracia boba, bobalicona y débil. Tenemos que ser capaces de que esta ley (la Constitución) se cumpla y las leyes que de ella se derivan! (…) No podemos ser débiles, estamos gobernando un país y tenemos poderosas fuerzas contrarias aquí dentro que pretenden seguir imponiendo su ley», sentenció Chávez en el Salón de Gobernadores del Palacio Blanco, después de ser notificado sobre la instalación de la Asamblea Nacional.
Al acto no sólo asistió la nueva directiva del Parlamento y un grupo de diputados, sino también el vicepresidente José Vicente Rangel; el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Omar Mora Díaz; el contralor Clodosvaldo Russian, parte del gabiente ejecutivo, el Alto Mando Militar, el alcalde mayor Juan Barreto, entre otras personalidades.
El primer mandatario exigió impedirque la democracia le sea «arrebata al pueblo por sectores que no creen en ella pero que se llenan la boca hablando de democracia».
«Grandes sectores económicos, nacionales, internacionales, dueños de medios de comunicación que se creen con un poder por encima de la Constitución y de las leyes. Hay que ir contra ellos, con la espada afilada por los dos lados. ¡Exijo leyes inexorables y acciones inexorables de mi gobierno! (…) La democracia revolucionaria tiene que ser necesariamente fuerte, poderosa, debe estar llena de fuerza. No puede ser una democracia debilucha, lánguida, insulsa, ingenua», destacó el Jefe de Estado, antes de comenzar una autocrítica a su gobierno.
Admitió que todavía «tienen errores procedimentales, esquemas de trabajo, impactos de la IV Republica», al tiempo que relataba que en el estado Vargas, por la zona de Macuto, «hay unos tubos para las aguas servidas que tienen cinco años acumulados allí». «¿No es eso una demostración de ineficiencia suprema que nos hace parecer a los gobiernos de la IV República?. ¿Es o no es?. ¡Claro que sí lo es!. ¡Y no acepto excusas de ningún tipo!. Es inconcebible que eso ocurra en un gobierno como el nuestro», destacó.
Por ello, recomendó a los diputados que «no se dejen conquistar por privilegios» y que se conviertan en «caballeros andantes», promoviendo el «parlamentarismo de calle» y la contraloría social, donde puedan recoger las denuncias de la población. No dejó por fuera a los diputados suplentes a quienes instó a ser «activos» y a formar una «llave» con su principal.
Aseguró que días atrás estuvo por la sabana y «donde quiera que me paraba me daban novedades» sobre la situación de las escuelas, las calles, los hospitales. «¿Nadie ve eso? ¿Nadie lo ve? ¿Nadie por pasa por allí? ¿Será que nadie llega por allá? Porque yo pregunto y me dicen: noooooooo, ni se les ve el polvero», acotó.
«Nosotros bien podemos equivocarnos pero mal podemos engañarnos. Bienvenido el error para reconocerlo, combatirlo y convertirlo en nueva invención. Mal venido el engaño porque es mortal para un proceso revolucionario. ¡Guerra al engaño, a la mentira!, exclamó el presidente Chávez.
A fin de incrementar la «eficiencia» y así evitar que las denuncias se queden «engavetadas o en carpetas», propuso la creación de un «centro de control o una sala de guerra» donde un «poderoso equipo» procese la información y tome acciones en tiempo real, «el mismo día si es posible».
Leyes de misiones
A juicio del presidente Chávez a estas «alturas» de su gobierno, cada una de las misiones «deberían convertirse en leyes», pues «no tendría sentido que el gobierno esté impulsadndo un plan y esté por allá un grupo de diputados elaborando con un grupo de asesores un proyecto de ley, me la manden a mí y no tenga nada que ver con lo que ya está en marcha», advirtió.
«Es urgente que acoplemos el proyecto de ley de Participación Popular con las acciones de la misión Negra Hipólita (…) Una ley de economía popular yo creo que hace falta, donde se establezca que las cooperativas que produzcan bienes para la exportación no puedan seguir el camino de una trasnacional ¡por el amor de dios!. Necesitamos el derecho justo y no el injusto que legaliza las desigualdades», destacó.