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Hay que pasar a la ofensiva

Fuentes:

Ya está bueno de que la contrarrevolución, mal llamada oposición por algunos, deje de fijarle la pauta al movimiento revolucionario. Es hora de que dejemos de estar pendientes de lo que hacen o dejan de hacer para adoptar desiciones. Sigamos el ejemplo del Presidente Chávez que, sin temor a que los judíos nazis lo tilden […]

Ya está bueno de que la contrarrevolución, mal llamada oposición por algunos, deje de fijarle la pauta al movimiento revolucionario. Es hora de que dejemos de estar pendientes de lo que hacen o dejan de hacer para adoptar desiciones. Sigamos el ejemplo del Presidente Chávez que, sin temor a que los judíos nazis lo tilden de antisemita, condenó inmediatamente los ataques criminales contra los árabes perpetrados por las fuerzas armadas israelitas. He esuchado con vergüenza ajena a un rector suplente del CNE proponiendo negociar bobaliconamente el uso de las máquinas captahuellas a cambio del compromiso de que el candidato de la contrarrevolución no se retire de las elecciones de diciembre. Sabemos perfectamente que esa gente es incapaz de cumplir con cualquier compromiso. Ellos saben, porque el Departamento de Estado se los ha notificado, que no tienen nada que buscar en esas elecciones y que su papel consiste sólo en lo que han hecho siempre: aprovechar la coyuntura para desprestigiar y desconocer a las instituciones del Estado, entre ellas al CNE. Si las elecciones fueran totalmente manuales como en el pasado, estarían reclamando que fueran automatizadas y con captahuellas, porque el sistema manual no les da garantías de que no se cometa fraude; así de simple.

La tarea de los revolucionarios en este momento, independientemente de lo que el Departamento de Estado le ordene a la contrarrevolución, es gantizar una participación masiva en el acto electoral. Crear conciencia de que quien se abstenga de votar en diciembre, pudiendo hacerlo, lo está haciendo por el imperio y contra Venezuela. No importa si sufraga en blanco, por el candidato de la contrarrevolución o por el Presidente Chávez, lo que importa es que cumpla con su deber para con el país.

Una forma eficaz de contarrestar cualquier intendo contrarrevolucionario de alegar fraude, después se conozca el triunfo aplastante del Presidente Chávez, es que los chavistas acudamos de rojo a depositar nuestro voto. Ante las largas colas de rojo no les quedará otra alternativa que rendirse a la evidencia. Eso sí, debemos ir con, franelas, camisas, blusas o chaquetas rojas sin inscripciones ni insignias o consignas para evitar que se nos impida ejercer nuestro derecho al voto.

En cuanto al CNE; su única obligación es cumplir firmemente con la ley y hacerla cumplir y asegurar que el proceso comicial transcurra en forma fluida y sin tropiezos sin entrar en componendas ni compromisos con ninguna fuerza política para congraciarse con alguna de ellas, independientemente de las críticas que reciba por cumplir con su deber. No importa si los candidatos de la contrarrevolución se retiran o no se retiran; lo único que importa es que el pueblo participe en las elecciones en forma masiva.