La noche del domingo 9 de marzo, falleció, en el Hospital Universitario de Los Andes de Mérida, Venezuela, Gisela Rubilar Figueroa, de 47 años de edad y nacionalidad chilena. Fue herida de bala al intentar derribar una barricada opositora que impedía a los miembros de su comunidad circular libremente. El gobierno de Chile ha pedido […]
La noche del domingo 9 de marzo, falleció, en el Hospital Universitario de Los Andes de Mérida, Venezuela, Gisela Rubilar Figueroa, de 47 años de edad y nacionalidad chilena. Fue herida de bala al intentar derribar una barricada opositora que impedía a los miembros de su comunidad circular libremente.
El gobierno de Chile ha pedido que se inicie una investigación por su asesinato. Como es habitual, los medios de comunicación la presentan como una víctima más de la violencia por las protestas contra el gobierno de Venezuela, induciendo a interpretar, erróneamente, que se trata de una opositora muerta como consecuencia de la represión gubernamental.
Sin embargo, Gisela fue víctima de la violencia irracional de una parte de la oposición venezolana que trata de mantener las protestas con el único objetivo de desestabilizar el gobierno de Maduro.
La oposición venezolana está dividida entre un ala demócrata, que necesita del voto chavista descontento para aspirar a ganar un posible referéndum revocatorio, y otra parte, liderada por Leopoldo López y María Corina Machado, que trata de tomar el poder apoyándose en dos líneas de trabajo: la desestabilización interna y el apoyo internacional.
El segundo de los objetivos, el apoyo internacional, lo ha conseguido con una fuerte campaña mediática contra el gobierno de Maduro confundiendo a la opinión pública internacional y achacando la violencia a la represión de las fuerzas del orden público.
Sin embargo, el primero de los objetivos, la desestabilización interna, está muy lejos de ser alcanzado: solo un 11,3% de la población venezolana apoya la continuidad de las protestas y un 80,9% está a favor de las conferencias de paz propuestas por el gobierno. El hecho de que el origen de los disturbios provenga de las clases medias y altas, ha generado la resistencia de los sectores populares a aceptar las protestas como propias. No se ha producido el «salto de clase» necesario para provocar una verdadera desestabilización interna. Solo si los sectores populares salen a la calle a protestar, el gobierno de Maduro estaría realmente en problemas.
Al apostar torpemente por una violencia convocada por el sector «blanco y rico», la oposición venezolana se ha metido en un peligroso callejón sin salida: por un lado, con disputas internas entre demócratas y «no demócratas»; por otro lado, ha perdido el apoyo de un chavismo cada vez más descontento por la ineficiencia del gobierno para afrontar la crisis económica pero que ahora cierra filas ante la arremetida de una violencia irracional de «los que no son los suyos»; y, lo que es más grave, al perder la simpatía de los sectores populares descontentos, se ha auto-taponado la posibilidad de la toma del poder por la vía democrática.
Este interesante vídeo – que recomendamos que vean para que se conozca el ambiente en estas protestas – demuestra que los enfrentamientos de las comunidades contra los grupos violentos de la oposición se producen, no tanto por la defensa al gobierno de Maduro sino, sobretodo, como defensa de las comunidades a los ataques de estos grupos violentos.
Aunque debería evitarse cualquier confrontación entre pueblo y pueblo, y el estado debería garantizar el orden público, en ocasiones, las comunidades, cansadas de las protestas callejeras, llamadas «guarimbas», se llegan a involucrar en el despeje y limpieza de vías públicas y se producen los enfrentamientos. Los medios de comunicación han difundido la idea manipulada de que el gobierno ordena a fuerzas paramilitares a enfrentar a los manifestantes opositores, lo que llaman «colectivos». Sin embargo, en este vídeo se observa que se trata de una reacción de las comunidades populares que necesitan ir a trabajar, comprar alimentos o continuar con su vida diaria, y que deciden retirar las barricadas cuando las fuerzas policiales son incapaces de mantener las vías despejadas.
El vídeo muestra a los miembros de la comunidad Pie del Tiro en la ciudad de Mérida, de sectores populares y trabajadores, tratando de impedir que opositores encapuchados, que provienen de clases acomodadas, bloqueen con barricadas las vías de acceso a su comunidad, después de que la Guardia Nacional y miembros de la comunidad despejaran las barricadas el día anterior.
La noche después de la grabación de este vídeo, tres miembros de esta comunidad fueron asesinados, presuntamente por los activistas encapuchados. Una de ellas era Gisela, la primera mujer que aparece en el vídeo.
Vídeo Venezuelan Community Pie del Tiro Confronts Protestors, Barricades
@rafaelricorios
Fuente en inglés del vídeo: http://venezuelanalysis.com/video/10460
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