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Hijo de Chávez

Fuentes: La República

Varios son los compañeros que están remarcando estos días el descarado trato que El País (dícese a sí mismo diario independiente) y resto de medios (éstos in extremis traspasan lo intraspasable) hacen sobre cualquier noticia referente al presidente de Venezuela Hugo Chávez y su política, recalco algo que los medios obvian acompañar a sus bien […]

Varios son los compañeros que están remarcando estos días el descarado trato que El País (dícese a sí mismo diario independiente) y resto de medios (éstos in extremis traspasan lo intraspasable) hacen sobre cualquier noticia referente al presidente de Venezuela Hugo Chávez y su política, recalco algo que los medios obvian acompañar a sus bien escogidas palabras, «elegido en urnas». Por lo tanto no voy a decir nada nuevo, habiendo realizado Serrano u Ortiz y otros muchos unas extraordinarias exposiciones sobre el tema. Sin embargo no he desestimado la idea, que ya teníía preparada, de dar mi más modesta opinión sobre un pisoteo verbal, que resulta, cuanto menos, de ninguneo absoluto al receptor de noticias por tomarlo por discapacitado crítico.

Al margen de que Chávez sea santo de mi devoción o no, (mi innato y anárquico nihilismo y desconfianza en todos los líderes polííticos me pone siempre en alerta contra «sus encantos»), lo que pinta tan mal en cualquier medio que se autodefina como independiente y se autoproclame continuamente el más guapo del barrio es la retahíla de intelectuales, periodistas y demás sabios del lugar tan bien entrenados para que con su savia indiscutible nos hagan ver lo que bajo la batuta de las múltiples corporaciones mediáticas -guiadas por sus beneficios y fluctuaciones monetarias- quieren que veamos. Y es que esta lucha contra el diablo maligno de Chávez, como si se desayunara con carne humana cada día, huele ya a podredumbre financiera mediática.

Nosotros, que olvidamos lo que tenemos en casa, sangre azul desde la cuna sin opción a quitarla de enmedio, nos preocupamos, más que de las alianzas estratégicas para los fructíferos negocios de venta de armas entre el Gobierno de Estados Unidos y sus marionetas de Oriente Próximo, los desmanes dictatoriales de los gemelos diabólicos de Polonia y de Vlad el envenador Putin, o los desmanes globales financieros y el descontrol del enriquecimiento a costa de la deuda de países paupérrimos. Pues no!, resulta que nuestra prioridad angustiosa son las políticas sociales creadas por y para los venezolanos, y lo mal que eligen en las urnas. Pobrecitos ellos, hay que llevarles de la mano.

También resulta curioso que después de varios días de machaconería chavística, El País anuncie todos los rimbombantes negocios de comunicación globales con Latinoamérica (de índole conservador, ¿quién sino va a poder comprar dichos medios?) que requieren, según el tono de exigencia de este diario, de una reciprocidad ultraliberal sin obstáculos (¿oído Gobierno Español?). Manda huevos, como dijo aquel.

Cháávez duele pupa a estos corporativismos que extienden sus múltiples brazos ideológicos. Porque, al margen de las formas de Chávez (populistas o circenses), su revolucionaria visión tiene mucho de recuperar ese Estado protector para el ciudadano latinoamericano, tan extenuados de explotación, aunque sea a la nueva manera de los tiempos que corren.

Nosotros, tan sabios, somos reyes en ver la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio. ¿Es que ya nos hemos olvidado del clown de bigotes y cabello al viento, de profesión bebedor de vino, sentado a la derecha de Dios, (quiero decir de Murdoch), este sí, un autentico «hombre del maletín» moviendo liquidez entre paraísos fiscales, y orgulloso de pasar a la historia por alimentar la guerra al terror, misión para la que estaba destinado?.

Enunciados de sutil palabrería manipuladora, colocados en lugar visible como: «»Alianza estratégica (uso y abuso de la palabra -militar- estratéégica) de productores de gas (cual si se tratara de la alianza del mal) entre Venezuela, Bolivia y Argentina – remarcando el término «amenaza» varias veces- en la continuidad de los ya excesivos beneficios de Repsol y Petrobras»; «Con el puño izquierdo en alto y la mano derecha en el corazón, saludo que Morales quiere hacer obligatorio»», «Acusación contra los inversores extranjeros», «»El amo de los hidrocarburos» que no hacen sino apuntalar en el lector poco exigente una idea sin fundamentos sólidos, especialmente en comparación con verdaderos y escalofriantes abusos de poder en las democracias que se dicen de primera clase. Acusación, amenazante, llegada al poder (omisión de ganar elecciones), entregar el país, operación anormal y peligrosa (¿para quién?), perpetuarse, estas son auténticas estrategias lingüísticas de manipulación. Asíí un día sí, y otro también. Hasta un escozor incontrolable les produce el tono populista que se le ha pegado a Kirchner. Claro que nuestros políticos europeos (ya saliendo del ámbito nacional) no son populistas, claro que me olvidaba que Nicolas Sarkozy se corre su populismo solo con los suyos, los amigos de Sotheby´s y Tiffany´s. O el populismo de Berlusconi es solo peccata minuta, a pesar de adueñarse de los medios populares del ente público y privado…

No solo se armó todo un espectáculo respecto a la cadena privada RCTV, que pagó las segundas viviendas a unos cuentos opinadores. Siempre y cuando no mencionaran lo que aquí sucede con la adjudicación de licencias en muchas comunidades y la manipulación política tan espesa en las adjudicaciones españolas. Pero eso a nadie escandaliza, como cuando los ultraliberales gobiernos británicos no conceden licencias, y de eso hay mucho en archivo en el Gobierno Thacher, y mejor no acercarse hasta Polonia. Del empacho licencioso no se libra ni un solo país.

La última, y el colmo de los colmos, es que Chávez aumenta su poder a lo Napoleón. Fíjese usted que propone cambios en la Constitución, que serán sometidos a referéndum, aunque esto último solo se nombra en la letra pequeña, ya que los titulares en recuadro están reservados a «dictar expropiaciones y regir el banco central». BC, ¿no les recuerda por asociación de ideas al BM y los abusos de poder y enriquecimiento de Wolfowitz y novias?, si bien estos abusos son de aceptado común.

Tal parece la angustia del periodista español, que habrá que revisar esas propuestas tan alarmantes: como ese límite que desconocemos por aquí, el no límite de mandatos presidenciales -decididos en las urnas- cuyo beneficio puede conllevar la realización práctica de las políticas propuestas, no sin exigir una alternancia política cuando la situación lo requiere. Olvidamos, quizás, que la Francia republicana tuvo a un dinosaurio 14 años en el poder, François Miterrand, donde no faltaron escándalos políticos y colaboraciones sospechosas para todos los gustos; Reflejar por ley la prohibición de explotación a los trabajadores y revisión de la jornada laboral; la modificacióón de la Seguridad Social, ampliar su cobertura y garantizar las pensiones, el paro y otros beneficios de sectores actualmente excluidos en Venezuela; Democracia más participativa (algo de lo que aquí nos vamos alejando cada vez más) por medio de consejos comunales y cooperativas; Prohibicióón expresa de latifundio; Eliminar la autonomía al Banco Central de Venezuela, que gestiona las reservas petroleras, para hacerlas más púúblicas (volvemos al uso del lenguaje manipulador: el Gobierno ya dispone a su antojo de esos recursos). ¿Cómo atreverse a quitar la primacía del uso «a su antojo» a la Banca, neocons, y demáás corporaciones poderosas y ultraconservadoras del planeta?. Esto es lo que se ha ganado este Chávez Satanás.

Pruebe, puede insultar al amante de su mujer con un «hijo de Chávez»», y quedará como bien abducido.