Recomiendo:
0

Casi 600 niños y niñas están durante esta semana participando del Quinto Congreso del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, los llamados sem-terrinha

Hijos de los Sin Tierra participan del 5º congreso del MST

Fuentes: PÚLSAR

    Participación. Niños y niñas Sin Tierra también debaten el el Congreso. Telesur Ellos están acampados junto con sus padres en la tiendas construidas alrededores del estadio Nilson Nelson, en Brasilia. Para atender las necesidades de estos niños, fue creado hace tres semanas el Comité de Apoyo a los Sem-Terrinhas para conseguir donaciones. Sonia […]


  Participación. Niños y niñas Sin Tierra también debaten el el Congreso. Fuente: Telesur  
Participación. Niños y niñas Sin Tierra también debaten el el Congreso. Telesur

Ellos están acampados junto con sus padres en la tiendas construidas alrededores del estadio Nilson Nelson, en Brasilia.

Para atender las necesidades de estos niños, fue creado hace tres semanas el Comité de Apoyo a los Sem-Terrinhas para conseguir donaciones.

Sonia Hipolito, coordinadora del comité, dice que no se trate de pedir dinero sino donaciones materiales que garanticen la alimentación, higiene y la diversión de los niños.

Sonia afirma la importancia de la presencia de los sem-terrinhas en el evento: «Ellos son hijos de los luchadores en busca de la reforma agraria y una sociedad igualitaria. Ellos crecen acompañando la vida en los campamentos, juegan y duerman en las tiendas de lona. Ellos ya entienden y participan. En la apertura del evento, pudimos ver la alegría con que ellos cantan y bailan, sin nada impuesto o fingido».

La coordinadora del comité explica que la presencia de los sem-terrinhas no se hace por lujo, sino por necesidad. «Si los trabajadores y las trabajadoras decidieron ir al congreso para debatir, con quien van a dejar sus hijos? La solución es llevarlos. Por esto tenemos que ser solidarios, para darles a los niños las mejores condiciones posible».

Sonia indica que hacen falta materiales pedagógicos, como lápices, tijeras sin puntas y cuadernos. «Llegaron muchos niños entre 5 y 7 años, que necesitan muchos materiales para jugar y aprender».