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Hipótesis para incrédulos

Fuentes: Rebelión

Me han preguntado (algunos no muy amablemente) qué cosa es esa de transferir las empresas públicas y privadas al poder comunal. O quién coordinará las miles de aldeas universitarias casadas con las potencialidades productivas de las comunas confederadas que las soliciten. Eso sin hablar de construir la tal armadura del espíritu colectivo que las proteja […]

Me han preguntado (algunos no muy amablemente) qué cosa es esa de transferir las empresas públicas y privadas al poder comunal. O quién coordinará las miles de aldeas universitarias casadas con las potencialidades productivas de las comunas confederadas que las soliciten. Eso sin hablar de construir la tal armadura del espíritu colectivo que las proteja del individualismo y del culto al consumo. Y también, cómo es el cuento de el las tomando el control de sus territorios y de la tierra productiva allí contenida. En fin, me dicen, además de atrevido, que sea más claro en explicar esa caracterización que hice de las revoluciones económica, cultural y territorial.

Les voy a contestar intentando, con el Plan de la Patria en la mano, un ejercicio de imaginación. Vayamos a Mapire, donde el Orinoco baña los bordes de sus calles y el petróleo de la Faja recorre sus entrañas. Imaginemos que en esta pequeña ciudad, que crece rápidamente como consecuencia de la actividad petrolera, existen tres comunas productivas afanadas en confederarse para tomar control de la ciudad.

Los comuneros han revisado, en ese Plan, el objetivo estratégico 1.5.1.3. que habla de Fortalecer y orientar la actividad científica, tecnológica y de innovación hacia el aprovechamiento efectivo de las potencialidades y capacidades nacionales para el desarrollo sustentable… También el 1.5.1.4. que Crea espacios de innovación asociadas a unidades socioproductivas en comunidades organizadas … Igualmente el 2.1.4.6. que dice Contribuir con el bienestar socioeconómico del entorno donde se asienten las unidades productivas… dando cabida a la participación popular en procesos sociales y económicos… Y el 2.1.4.7. que Impulsa nuevas formas de organización de la producción a través de los conglomerados productivos que permita la vinculación de la industria nacional…

Los tres parlamentos comunales de Mapire discuten ahora como pasar de las pequeñas empresas colectivas agrícolas y pesqueras que con precariedad han montado, a una o varias empresas de escala nacional dedicadas a trabajar con los derivados del petróleo. Y llamaron a expertos de PDVSA y a los coordinadores de la UBV y la UNEFA. El objetivo era montar una aldea universitaria con los laboratorios necesarios que permita enseñar jurungando esos derivados.

Y la UBV y la UNEFA, guiados por la empresa petrolera, montaron la aldea universitaria, designaron sus profesores para enseñar trabajando, y equiparon sus laboratorios para avanzar en la producción de esos derivados. Seguramente ya los parlamentos comunales de Mapire habrían concluido que se dedicarían a la producción industrial de lubricantes para responder, con calidad y precios justos, a la demanda de aceites para vehículos y máquinas.

Sin embargo, sabían que ese objetivo no se cumpliría si todas y todos los comuneros y los docentes de esas aldeas no asumen lo que una vez nos dijo Gustavo Pereira: La única revolución verdadera para mí es la de las conciencias, que no se caen como los puentes, ni se oxidan como los automóviles, ni se marchitan como las flores… Llamaron entonces a los del Ministerio de la Cultura Revolucionaria. Ellos organizarían esa tarea, la más importante de todas.

¡Que cosa tan difícil! Enfrentar el consumismo con la moderación, el individualismo con el colectivismo y la competencia con la solidaridad. Eso sólo se logra trabajando con disciplina, eficacia, equidad, entereza, tenacidad, moderación y lucidez. No son virtudes teologales ni cardinales, son las siete virtudes de todo revolucionario .

Cuentan que pocos años después, los concejales del municipio José Gregorio Monagas del estado Anzoátegui aprobaron, por mayoría calificada, entregar al confederado parlamento comunal de Mapire el control y administración de la ciudad y de las tierras que la rodean, como debe ser, pues es allí donde la sociedad vive y desarrolla las actividades agropecuarias, industriales y comerciales que la sustentan. Y cuentan que esa ciudad se ha convertido en un modelo a seguir.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.