Breve nota y traducción de Mikel Arizaleta
Con poesía airada se manifiesta el premio Nóbel Günter Grass sobre la crisis de Grecia. Acusa a Europa, «Europas Schande«, de poner en la picota al país en el que en tiempos parió la idea de Europa robándole sus derechos y condenándole a la pobreza. Y el poeta muestra comprensión por la ira de los griegos. Poesís con parecida pasión escribió otro poeta judío de lengua alemana, Erich Fried, censurando el comportamiento israelí con los palestinos: ¡Höre Israel!
Europa
Al borde del caos, por desajustes de mercado,
te alejas del país que te prestó la cuna.
Lo buscaste con anhelo, te valió encontrado,
y hoy lo deshechas a precio de chatarra.
Desnudo, y como moroso en la picota, sufre un país
al que es catecismo común se le debe agradecimiento.
País condenado a la pobreza y cuya riqueza cuidada
adorna museos: botines custodiados por ti.
Quienes invadieron con la violencia de las armas el país
bendecido de islas portaban como uniforme a Hölderlin en la mochila.
País hoy apenas tolerado, pero a cuyos coroneles
otrora les permitiste como aliados.
País desprovisto de derechos y a quien
quien hoy posee derecho le aprieta más y más el cinturón.
Va porfiándote Antígona de negro, y por todo el país
viste luto el pueblo del que tú fuiste su huésped.
Sacado del país, los secuaces ideológicos de Creso
han atesorado en tus arcas todo con pinta de oro.
¡Bebe por fin, bebe!, grita la claque de los comisarios
mientras Sócrates airado te devuelve la taza rebosante de cicuta.
Algo propio de ti, maldecirán en el coro los dioses,
cuyo Olimpo tu querer exige confiscar.
Vas a quedar yerta, arruinada, sin alma,
sin el país cuyo ingenio te inventó: Europa.