Después de la cumbre franco-alemana celebrada en Berlín el lunes 14 de junio, Nicolás Sarkozy y Ángela Merkel han dicho que llevarían de forma conjunta la propuesta de un impuesto sobre las transacciones financieras (ITF) a la reunión del G-20 prevista para la semana próxima en Toronto. Ha sido necesaria una crisis financiera de magnitud […]
Después de la cumbre franco-alemana celebrada en Berlín el lunes 14 de junio, Nicolás Sarkozy y Ángela Merkel han dicho que llevarían de forma conjunta la propuesta de un impuesto sobre las transacciones financieras (ITF) a la reunión del G-20 prevista para la semana próxima en Toronto.
Ha sido necesaria una crisis financiera de magnitud sin precedentes, seguida de una crisis europea muy importantes para forzar a los gobiernos de los dos países más influyentes de la Unión Europea a considerar la adopción de esta propuesta histórica de ATTAC: en efecto, desde hace 12 años ATTAC ha impulsado la creación de un impuesto como el ITF dirigido a controlar la especulación financiera y a generar al mismo tiempo nuevos recursos para financiar las necesidades ecológicas y sociales básicas.
Conocida la oposición firme de su homólogos del G-20 (Canadá, Australia, Estados Unidos, entre otros), la probabilidad de llegar a un acuerdo sobre esta propuesta es mínima, sabiendo además que la «pasión altermundialista» de estos jefes de estado es puramente electoral. Cansados de sus declaraciones sin consecuencias y de los efectos mediáticos que buscan, vamos a evaluar el señor Sarkozy y a la señora Merkel sólo por sus acciones, por lo que les instamos a:
– No aceptar la renuncia del ITF a cambio de la aceptación de un impuesto sobre la banca, que tiene mucho más apoyo por los líderes del G-20, pero cuyas funciones de reglamentación de las finanzas son nulas.
– Defender un tipo lo suficientemente alto en el impuesto, para que tenga un impacto marcadamente disuasivo sobre la especulación financiera.
– Cualquiera que sea la decisión del G-20, demostrar su compromiso mediante la aplicación del impuesto a nivel europeo, y si no hay acuerdo europeo al menos implantarlo en la zona del euro, inmediatamente después de regresar de Toronto.