El segundo país más poblado del mundo, después de China, tiene claro el camino que quiere seguir para los próximos 15 años. El futuro, según una comisión gubernamental, debe estar sustentado en educación, tecnología, organización y mejoramiento de las habilidades productivas. Una de sus apuestas más fuertes está en la industria de la información y en la producción de software.
No es exagerado afirmar que en la actualidad, una de las transformaciones económicas más intensas en el mundo tiene lugar en la región de Asia del sur. India, en particular, está consolidando una posición como actor regional y se inserta en los vertiginosos procesos de la globalización.
Las reformas económicas implementadas después de la crisis de 1991, a pesar de las persistentes resistencias políticas y sociales, consistieron en un conjunto de políticas de estabilidad macroeconómica de corto plazo, y la liberalización y desregulación gradual para contrarrestar la debilidad del modelo sustitutivo de importaciones y el excesivo control del Estado de las principales actividades económicas. El resultado ha sido el crecimiento de la producción que en 2003 alcanzó una tasa de 8 por ciento y 8.5 por ciento en 2004, así como una importante reducción de la tasa de crecimiento poblacional en 1.5 por ciento, para mantenerse en mil 100 millones de habitantes.
De acuerdo con la comisión India, visión 2020 el futuro de ese país debe sustentarse en el pleno reconocimiento de las bases que determinan el desarrollo nacional, a saber: educación, tecnología, organización, información y el mejoramiento de las habilidades productivas.
Uno de los sectores económicos más dinámicos ha sido la industria del software y de tecnologías de la información (para algunos una versión asiática del Silicon Valley californiano), que ha tenido una expansión vertiginosa de 50 por ciento anual y con ingresos de más de 9 mil millones de dólares registrados a principios de presente decenio.
A pesar del crecimiento de este sector, su participación en el mercado todavía es marginal, con 1.5 por ciento. Sin embargo, existen proyecciones que indican el incremento de las ganancias de la industria del software a 85 mil millones de dólares para finales de la primera década de este siglo, así como un crecimiento de los servicios informáticos.
Las reformas económicas, en particular las políticas de privatización parcial, apertura y fomento industrial a sectores que generan mayor valor agregado han generado un incremento de los flujos de inversión extranjera directa (IED) de 2 mil 200 millones de dólares en 1999 a más de 3 mil millones en 2003, casi 5 mil millones en 2004 con un pronostico de fuerte aumento en el año en curso.
Esta tendencia de la IED se asocia al avance en el proceso de modernización de la infraestructura básica y de servicios necesarios para apoyar las actividades productivas. Por citar un caso, de acuerdo con datos de 1999, sólo 45 por ciento del sistema de carreteras, que conectan a los 3.3 millones de kilómetros cuadrados de la superficie de la India, estaba pavimentado.
En este sentido, una de las tareas pendientes ha sido, sin lugar a dudas, eliminar una serie de cuellos de botella estructurales. Como se mencionó, la ausencia de un sistema eficiente de comunicaciones está vinculada a los problemas de su financiamiento del gobierno central y las administraciones estatales y locales. Esto es reflejo de otro de los problemas centrales en India: las profundas desigualdades regionales. En Punjab, el estado más prospero, a finales del siglo pasado, 94 por ciento de su población vivía por arriba de la línea de pobreza y 70 por ciento de sus habitantes tenían educación básica. En cambio, una tercera parte de los pobladores de Uttar Pradesh viven en la pobreza.
Así, la atención de los aspectos sociales, suele posponerse ante los criterios de la estabilidad macroeconómica y, también, por la exigencia de la agenda militar y de los mecanismos de seguridad frente a los conflictos permanentes con sus países vecinos.
De acuerdo con el reporte de India, visión 2020, se buscará la creación anual de 10 millones de empleos, en particular, en los sectores de más bajos ingresos. Asimismo, se reducirá la alta tasa de desnutrición y mortalidad infantil. En 2002, por cada mil nacimientos se presentaban 65 muertes y 90 en menores de cinco años.Otra de las metas para finales del segundo decenio del siglo xxi, que se visualiza como eje fundamental para el desarrollo económico, es el incremento de los índices de educación para erradicar el analfabetismo, además de reforzar la educación básica para acabar con la deserción escolar. Se pone énfasis en el incremento de la innovación tecnológica y mejoramiento, en términos cualitativos y cuantitativos, del acceso a la información. El documento recomienda el aumento de la inversión en el sector de telecomunicaciones, generación de energía eléctrica y en infraestructura básica. Y, por último, el fortalecimiento de la productividad en el campo, la industria y servicios, este es uno de los objetivos a alcanzar en el corto plazo.
Para muchos especialistas, las metas trazadas por el gobierno de Nueva Delhi para 2020 estarán condicionadas a la aceleración de los procesos de liberalización y desregulación, y también a consolidar la construcción de consensos entre los sectores políticos. No obstante, el efecto China en el entorno regional y global ha propiciado que India redoble la marcha para efectuar los ajustes y evitar ser marginado en la emergente estructura económica mundial. El gigante del Asia del sur está despertando.