El primer gran reto para los educadores del siglo XX, extendido al XXI, es sin dudas hacer que todos los habitantes del planeta Tierra puedan leer, escribir, y realizar las operaciones aritméticas básicas. Lamentablemente, el número de personas en el mundo que aún no saben leer es muy elevado, y es por ello que se […]
El primer gran reto para los educadores del siglo XX, extendido al XXI, es sin dudas hacer que todos los habitantes del planeta Tierra puedan leer, escribir, y realizar las operaciones aritméticas básicas.
Lamentablemente, el número de personas en el mundo que aún no saben leer es muy elevado, y es por ello que se llevan adelante en muchos países programas para llevar la luz del conocimiento mediante la aplicación de novedosos métodos como el muy exitoso «YO SI PUEDO», desarrollado por una profesora cubana, y reconocido por la UNESCO por su eficacia, sencillez y bajo costo.
El mundo cambia totalmente para los que aprenden a leer y escribir. Las oportunidades de mejorar su salud, las opciones de empleo y el enriquecimiento de la vida mediante el acceso a los elementos de la cultura que exigen estar alfabetizado, se abren dinámicamente, y en plazos de tiempo increíblemente breves hacen que la persona viva una vida mucho mejor.
En la medida que se logra en cualquier país que la tasa de iletrados baje por debajo de un valor determinado como óptimo por los especialistas, aparece entonces un nuevo reto, que pudiera considerarse como el gran desafío del siglo XXI: La Infoalfabetización.
En un mundo con cuatro mil millones de teléfonos móviles y un número algo menor pero también muy significativo de computadoras u ordenadores, como también se les conoce, la Infoalfabetización, es absolutamente imprescindible.
Alfabetizar no es tarea fácil, infoalfabetizar mucho menos
Dejar el aprendizaje de los elementos básicos de los equipos computación electrónica, así como de los principales programas de aplicaciones y los sistemas de telecomunicaciones asociados a la iniciativa individual, ha demostrado ser un gran fracaso.
No cabe la menor duda que una persona , con un nivel medio superior o incluso universitaria, sentada frente a una computadora durante horas y horas, puede llegar supuestamente a realizar operaciones básicas que le son imprescindibles para su trabajo, como es el caso del manejo de una suite ofimática y especialmente el procesador de textos.
Mediante este método de aprendizaje sui generis, al que algunos profesores de la especialidad de informática llaman simpáticamente «de horas glúteos», decir horas y horas sentados frente a la máquina, no solamente se hace imposible adquirir todos los conocimientos necesarios para estar «infoalfabetizado», sino que incluso se corren no pocos riesgos en áreas tan sensibles como la seguridad informática y la propia supervivencia de los equipos de cómputo.
Por todas estas razones, la inclusión en los programas de estudio de la educación desde preescolar hasta la universidad, debe contemplarse como una parte integrante de lo que todo habitante de este siglo en el que vivimos debe incorporar a sus conocimientos.
Hay tres variantes bien definidas para la Infoalfabetización
La primera, que considero como ideal, comprende el dotar a los estudiantes de los conocimientos básicos de computación electrónica por etapas, desde la más temprana edad posible, y seguir una curva de aprendizaje lógica que los lleve a lo largo de su desarrollo escolar.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta la gran cantidad de personas en edades productivas que ya han terminado sus estudios regulares, están laborando y necesitan con urgencia estar verdaderamente infoalfabetizados, lo cual puede lograrse si el individuo pone mucho de su parte, rompe esquemas, va a clases y aprende a hacer las cosas correctamente, tal y como se imparte en los cursos de instituciones como los Joven Club de Computación y Electrónica.
Por último, no se pueden dejar de tener en cuenta a los adultos mayores, quienes se pueden beneficiar muchísimo al lograr alcanzar la infoalfabetizacion, pues de la misma se derivan amplias posibilidades de mejorar la calidad de vida.
De estas tres variantes, la que resulta más relevante en estos momentos, es sin dudas la segunda, pues nos vamos a encontrar con miles y miles de personas que de poder pasar cursos básicos, intermedios e incluso avanzados de computación, serán capaces de mejorar notablemente sus conocimientos, así como su rendimiento laboral.
Hagámonos unas cuantas preguntas, sentados frente a la computadora u ordenador:
¿A cuántas palabras por minuto es Ud. es capaz de operar el tecleado?
¿Conoce realmente los elementos básicos acerca del funcionamiento de la computadora?
¿Sabe cómo proteger adecuadamente los documentos, imágenes y sonido que están almacenados en los dispositivos de la máquina?
¿Tiene una clara noción de qué son los programas «malignos» y cómo protegerse de sus nefastos efectos sobre no solo la información sino también sobre la máquina?
Una encuesta realizada recientemente entre adultos cuya edad estaba comprendida entre 18 y 55 años, dio como resultado que una gran mayoría de ellos no tecleaba con todos los dedos, por lo que la velocidad de interacción con el equipo de cómputo era mucho más lenta que la considerada como mínima para un uso eficiente de la máquina.
Asimismo, la sencilla prueba sobre el funcionamiento del llamado «hardware» demostró que sabían muy poco, tan poco que en muchos casos esta falta de conocimientos mínimos podría tener nefastos efectos para la vida de la computadora y sus equipos periféricos.
En cuanto a la protección y preservación de la información digitalizada, los expertos que aplicaron la encuesta se quedaron realmente asombrados ante el grado de desconocimiento en este vital aspecto, cuyo negativo impacto es obvio.
Y claro está, que el poco conocimiento sobre virus, troyanos, gusanos informáticos, trampas traseras y otros programas malignos , el llamado «malware» , y cómo protegerse de los mismos, deja en la desprotección a los sistemas operados por personas que no saben ni siquiera actualizar los más conocidos programas anti-virus o mejor es decir hoy en día
anti-malware.
Donde quiera que se introduzcan masivamente los medios de computación electrónica, no bastará nunca con instalar las más recientes tecnologías, ponerle a los equipos los sistemas operativos y paquetes de programas de computación actualizados, dotarlos de la protección anti-malware, y de sistemas de alimentación de energía eléctrica y protecciones contra descargas atmosféricas, porque aunque todo lo descrito en este párrafo se haga a la perfección, es imprescindible antes INFOALFABETIZAR, a todas las personas que van a utilizar estos equipos en su diario quehacer.