Plataformas como «Producto Social Bruto» ayudan a transformar la sociedad, a través de prácticas de economía cotidiana
Desde el terreno empresarial, algunos movimientos como la Economía del Bien Común, están promocionando un cambio de modelo productivo. Desde el ámbito de los consumidores también se está produciendo una transformación: los ciudadanos son cada vez más conscientes de los efectos de los hábitos de consumo en la situación actual de la sociedad y del planeta, y quieren cambiar dichos hábitos. En este proceso, Internet está jugando un papel fundamental. En la Red de redes proliferan webs de información al consumidor, como «Producto Social Bruto», que dan pautas para un consumo más responsable, justo y sostenible.
Desde el terreno empresarial, algunos movimientos están promocionando un cambio de modelo productivo. La Economía del Bien Común -promulgada en los países europeos por el economista austriaco Christian Felber – o la filosofía de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), son ejemplos de la búsqueda de fórmulas alternativas de hacer negocio, basadas en valores no solo económicos, sino también humanos, sociales y ecológicos.
Desde el ámbito de los consumidores parece que también se está produciendo una transformación. Según un reciente informe de la Fundación Adecco, un 30% de los ciudadanos de nuestro país dejará en 2013 de consumir marcas que no considere responsables.
Por otra parte, un análisis llevado a cabo por la consultora Havas Worldwide entre ciudadanos de 31 países ha constatado que el 61% de los consumidores creen que tienen más influencia como consumidores que como votantes.
En este sentido, parece la población se está dando cada vez más cuenta de que, como reza la web de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) : «los ciudadanos tenemos a nuestro alcance una herramienta fundamental de cambio social, el consumo».
Y es que, continúa la página, «como consumidores y ahorradores tenemos la oportunidad de utilizar nuestro criterio de decisión de acuerdo a nuestras convicciones y promover, a través de nuestros patrones de compra e inversión, la construcción de la sostenibilidad».
Un cambio en Red
El cambio en los hábitos de consumo, de manera que estos se vuelvan más justos y sostenibles, está teniendo un gran aliado en un medio de comunicación: Internet. En la Red de redes, esta transformación está siendo fomentada, además de a través de iniciativas como los bancos del tiempo o el consumo colaborativo, a través de numerosos proyectos online.
Entre ellos, la plataforma mecambio.net, que propone fórmulas alternativas de gestión del dinero, de asegurar los bienes, de financiar proyectos o de realizar transacciones y compras. Mecambio.net proporciona listas de alternativas de proveedores energéticos que posibilitan una gestión energética cooperativa y sostenible; herramientas alternativas de conectividad, formas de adquisición de alimentos más directas y responsables, etc.
Otros ejemplos son consumeconcabeza.es, una web de la Fundación Entorno que también da pautas para desarrollar un mejor consumo, que conlleve ahorro, salud y sostenibilidad; o la web Guía para la Compra Sostenible, de la Diputación Foral de Bizkaia, en la que se puede encontrar información muy útil para incorporar criterios responsables y de sostenibilidad a la compra cotidiana.
El caso de «Producto Social Bruto»
Estos son solo algunos ejemplos de lo que se está moviendo. En este contexto, ha surgido la plataforma «Producto Social Bruto» (PSB), una web de información al consumidor sobre las acciones positivas y negativas de compañías y bancos. Esta página ha elaborado asimismo su propio ranking de empresas sostenibles y responsables, para que el consumidor tenga una idea de en qué invierte su dinero cuando compra. Uno de los promotores de PSB, el investigador especializado en Neurociencia Cognitiva de la Universidad de La Laguna (Tenerife), David Beltrán, nos detalla en la siguiente entrevista los objetivos e inquietudes de esta plataforma:
¿Cómo surge esta iniciativa?
Pues del cansancio. Del cansancio de reunirnos y acabar quejándonos de lo nefasto de la situación actual, del cansancio de repetir lo erróneo del modelo de crecimiento que nos ha llevado hasta aquí y de confirmar un día tras otro la falta de intención real de la élite política y económica por emprender un cambio real. Fue desde ese estado de ánimo que surgió la idea de ser más activos, de hacer algo por el cambio, y el resultado fue el inicio del proyecto PSB; un proyecto, que fiel al lema con el que decidimos identificarlo («Tú eres la demanda, cambia la oferta»), pensamos que contribuye a la «democratización» del sistema económico.
¿A qué público va dirigida?
A nuestro entender, PSB es ‘apto para todos los públicos’. Todos somos consumidores, y como tales podemos sentirnos atraídos por el tipo de consumo informado y responsable que aplicaciones como la nuestra pretenden promover. Es cierto, este tipo de consumidores es actualmente un grupo muy minoritario, pero dada la actual situación de crisis económica y ética en la que estamos inmersos pronto dejará de serlo.
Desde PSB, el consumidor puede jugar un doble rol: el de promotor de la información referente a las políticas positivas o negativas de las empresas y el de consumidor que hace uso de dicha información a la hora de establecer sus hábitos de consumo.
Pero, además, PSB es igualmente ‘apto’ para las empresas o corporaciones, ya que éstas pueden fijarse en nuestra aplicación para valorar el grado de difusión que tienen sus políticas relacionadas con la RSC.
¿Qué pretende conseguir?
Ser una fuente informativa de referencia para el consumo y las políticas responsables. Una ayuda para el establecimiento de hábitos de consumo responsable, y un espejo en el que las empresas puedan ver reflejada la difusión que tienen sus políticas, positivas o negativas.
En definitiva, una pieza más en la promoción del cambio de las relaciones económicas. La información es clave, y seleccionarla y empaquetarla en la forma de un índice fácil de valorar y entender es lo que, en esencia, se pretende desde PSB.
¿Cuántas personas están implicadas en este proyecto?
Actualmente estamos implicadas seis personas: tres hombres (el psicólogo y escritor Alberto Avilés, David Beltrán, y el psicólogo y profesor de la Universidad de Toronto, Gorka Navarrete) y tres mujeres (las psicólogas Isabel Orenes, Olivia Afonso, Rut Correia), con edades comprendidas entre los 29 a los 38 años. Todos formados como investigadores en psicología, aunque con desigual suerte en el padecimiento de los fuertes recortes que la investigación ha sufrido en los últimos tres años.
¿Qué respuesta ha tenido la iniciativa a día de hoy?
Aunque se trata de una iniciativa que está empezando, nuestro portal ya ha recibido más de 4.500 visitas, unos 2.000 visitantes únicos. Nuestros usuarios han subido más de 700 artículos y tenemos valoradas más de 200 empresas.
Nos han dedicado artículos en el blog de Triodos y en la web del Observatorio de Sostenibilidad Ambiental de la Provincia de Alicante. También estamos presentes en varias redes sociales donde difundimos las noticias que se añaden a PSB y los cambios en el índice PSB.
¿Qué filosofía subyace a la propuesta de un cambio en los hábitos de consumo?
La mayoría de ciudadanos queremos una sociedad más solidaria, más respetuosa con el medio ambiente y que mejore la calidad de vida de los trabajadores. Se trata de darnos cuenta de que como consumidores podemos promover esos cambios que todos queremos. Actualmente muchos ciudadanos son conscientes de que consumiendo responsablemente te permite hacer algo ya, mañana, para ejercer una influencia en los cambios sociales que no puedes tener a través de ningún otro medio.
¿Es posible mejorar la sociedad modificando el consumo individual?
Sí, es la mejor herramienta para un mundo en el que los poderes públicos, las grandes corporaciones y el sistema financiero tienen muchos intereses comunes, los cuales lamentablemente no suelen repercutir en un mayor desarrollo social. Un conjunto de consumidores críticos y exigentes pueden provocar grandes cambios en un sistema económico tan competitivo en el que las empresas son altamente penalizadas si sus ventas bajan más de un 5%.
La suma de los cambios en los hábitos de consumo de unos pocos consumidores puede provocar grandes cambios en las políticas de las empresas. Hay ejemplos recientes de grandes empresas como Apple (aumentando los controles sobre los condiciones laborales de Foxconn en China) o Nike (cambiando prácticas contaminantes a propuesta de Greenpeace) que han reaccionado ante la posibilidad de perder ventas.
En PSB se recogen noticias en este sentido.
¿Qué relación tiene este proyecto con el comercio justo?
Compartimos los objetivos y la filosofía que subyace al concepto de comercio justo. Creemos que debe imperar el respeto y la ética en todas las fases de la actividad económica. Pero nuestra iniciativa va más allá, pues queremos promover cambios en la economía del día a día, en los productos que encuentras todos los días en el supermercado que, desafortunadamente, no son los de comercio justo.
¿Qué vínculo tiene esta iniciativa con el concepto de responsabilidad social corporativa? (RSC)
La relación con el concepto de responsabilidad social corporativa es muy estrecha, pero con algunos matices. Los promotores de la RSC tratan de introducir los cambios en las políticas empresariales desde dentro de las empresas, poniendo el énfasis en la ética. Nosotros ponemos el énfasis en «democratizar» la actividad económica, es decir, en que las actividades de las empresas sean conocidas por el público, que sean evaluadas y sometidas al juicio de la opinión pública.
Aunque tomamos prestados muchos conceptos de la RSC queremos que sean los usuarios los que decidan la «bondad» de las políticas de las empresas según su propio criterio. Al mismo tiempo creemos que podemos ayudar a difundir la RSC entre el público general.
Para ello, un índice de responsabilidad social de las empresas como el que ofrece PSB puede jugar un papel importante en la medida en que son los propios consumidores los que crean el índice.
¿Cuáles son las tendencias de consumo que se están extendiendo actualmente?
Muchos consumidores están empezando a mostrar preferencia por productos más sostenibles y éticos. Un ejemplo es la demanda de productos de Comercio Justo en las grandes superficies.
Otro sería la popularización de los coches híbridos que, en EEUU y en Japón, empiezan a estar entre los más vendidos. Muy importante también es la aparición de la banca ética. Instituciones financieras como Triodos Bank están teniendo un crecimiento considerable en España.
¿Cómo podrían ayudar los cambios en los hábitos de consumo a la superación de la crisis económica?
Un nuevo tipo de demanda de consumo implica, de ser satisfecha, un cambio en lo que se ofrece al consumidor, un cambio en la forma de producir y comerciar, y también quizás en lo que se produce y comercia. Dicho cambio supone una oportunidad para emprender y promover en nuevos sectores, y de ese modo generar un nuevo tejido empresarial y productivo cuyo fundamento reside, y esto es lo importante, en un comportamiento comercial ético y responsable.
Porque no estamos ante una simple crisis económica, sino también ética, de valores. El comportamiento alejado de dichos valores es en gran parte responsable de las propias dificultades económicas que actualmente tenemos. Basta con ver, por ejemplo, el impacto que sobre las arcas públicas tiene el hecho de que las grandes empresas y corporaciones depositen su dinero en paraísos fiscales.
Un hábito de consumo que implique seleccionar productos de los que sepamos que sus productores pagan sus impuestos contribuirá sin duda a una mejor situación financiera de las administraciones, y por tanto de los servicios que recibimos de ellas. Eso, en nuestra opinión, también es superar la crisis.
¿Cómo podría el cambio de consumo individual transformar la economía a nivel nacional o global?
Un consumidor responsable e informado es seguramente un consumidor exigente, que toma sus decisiones no solamente basándose en parámetros como el precio y la calidad del producto, sino también considerando otros factores como el impacto en el medio ambiente de su producción, el tipo de relaciones laborales en la compañía que lo produce, la implicación de la empresa en el desarrollo de su entorno social o la política fiscal de ésta.
Con una masa crítica suficiente de consumidores responsables, la relación típicamente unidireccional entre empresa y consumidor pasará a tener un perfil más bidireccional.
Uno en el que el consumidor influirá en el comportamiento de las empresas en aspectos que van más allá de la presentación final del producto a consumir.
Los cambios en los hábitos de consumo pueden transformar la economía local, nacional y global. Un consumidor responsable apoya al pequeño comercio que suele estar basado en productos locales con lo que se podrían observar cambios directos en nuestro entorno.
Pero al mismo tiempo podemos influir en la conducta de las corporaciones multinacionales. No es lo mismo comprar Puma, una compañía que está evolucionando hacia la responsabilidad, que Adidas. Las grandes empresas son sensibles a estos cambios y casi sin darnos cuenta, desde nuestras poblaciones locales, podemos estar mejorando la calidad de vida de trabajadores en países menos desarrollados.
Otras webs sobre hábitos alternativos de consumo
Además de las páginas mencionadas, otras webs de información que el ciudadano puede consultar para practicar un consumo más responsable, justo y sostenible son las siguientes:
consumoresponsable.org : Espacio para el consumo responsable de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES). Desde esta página se puede acceder a un canal de venta de productos por Internet con más de 4.000 referencias repartidas en 11 grandes categorías. Todos estos productos tienen un nexo común: el consumo sostenible; y un principio operativo: la acción como eje fundamental del cambio
www.bancalimpia.com : Bajo el lema «somos clientes, no cómplices», esta web informa a los usuarios de bancos sobre lo que hace cada entidad con su dinero. Las inversiones armamentísticas son las más generalizadas.
www.setem.org : Web de la Federación SETEM, constituida por 10 ONG de solidaridad internacional, que fomenta el comercio justo desde tres frentes: incidencia política, sensibilización de la ciudadanía y comercialización.
adicae.net : Es la web de la Asociación de Usuarios de Bancos y Seguros. Apoya a las víctimas de los abusos bancarios, defiende los derechos de los consumidores y gestiona el site cambialabanca.es, desde el que se promueve la «fuerza de los consumidores para impulsar cambios en el sistema financiero».
www.ropalimpia.org : La Campaña Ropa Limpia (CRL) es una red internacional de ONG, sindicatos y organizaciones de personas consumidoras en 14 países europeos. Con ella se pretende mejorar las condiciones laborales en la industria textil y de material deportivo y minimizar el impacto de la producción textil sobre el medio ambiente, entre otros objetivos.
www.economiasolidaria.org : «La economía ha terminado siendo el fin en vez de ser el medio para conseguir una calidad de vida de toda la sociedad», reza esta web que pretende ser un punto de encuentro, reflexión, participación, adhesión, y comunicación entre todos los sectores sociales, económicos, políticos y particulares.