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Inventario de las técnicas para socializar las pérdidas de los bancos

Fuentes: Rebelión

El atraco de los 100 mil millones de euros es lo último, pero antes las ayudas públicas y las tretas de los bancos para tapar los agujeros ya habían alcanzado una cantidad y complejidad que intento reducir a unas ideas. Antes del pinchazo de la burbuja financiera, inmobiliaria, constructiva, los bancos se habían endeudado con […]

El atraco de los 100 mil millones de euros es lo último, pero antes las ayudas públicas y las tretas de los bancos para tapar los agujeros ya habían alcanzado una cantidad y complejidad que intento reducir a unas ideas.

Antes del pinchazo de la burbuja financiera, inmobiliaria, constructiva, los bancos se habían endeudado con otros bancos internacionales para mantener la fiebre especulativa y constructura. Sus garantías eran activos inmobiliarios sobrevalorados por el efectos especulación. Se han tenido que tragar promociones y viviendas devaluadas e inconvertibles en líquido para afrontar los intereses y la amortización del capital de su deuda. Desde entonces, recuerdo todos estos capítulos para «sanear» a estas entidades enfermando al cuerpo social:

– Antes incluso de la quiebra de Lehman Brother los bancos se habían lanzado a una guerra de depósitos, posiblemente por los efectos de la contracción del crédito, todavía no anunciada. Precisamente para tranquilizar a los depositarios durante el miedo por esa quiebra se aumentó la cantidad asegurada por los Fondos de Garantías de Depósitos de 20 mil a 100 mil. Por aquella época, la cantidad de depósitos era varios cientos de miles de millones la cantidad del FGD era de unos pocos miles. Lo importante era dar confianza con palabras huecas y no analizables por la población en general.

– El Fondo para la Adquisición de Activos Financieros (FAAF) fue creado por Real Decreto-Ley 6/2008. El Estado le pasaba liquidez a las entidades bancarias. Actualmente, ese dinero se está devolviendo o se ha devuelto ya.

El Fondo para la Adquisición de Activos Financieros (FAAF) es un Fondo creado con la finalidad de apoyar la oferta de crédito a la actividad productiva de empresas y a los particulares.

Está administrado, gestionado y dirigido por el Ministerio de Economía y Hacienda, y contará con una aportación inicial de 30.000 millones de euros, ampliables hasta 50.000 millones de euros.

Este Fondo adquirirá de las Entidades de Crédito, con criterios de mercado, activos de máxima calidad, primando los respaldados por nuevo crédito para garantizar que la financiación llegue a empresas y ciudadanos.

– Antes de la crisis de la deuda soberana griega a finales de 2009 y principios de 2010, ya se había creado un nuevo instrumento de mimo a las entidades bancarias, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que se va a convertir en los próximos meses/años en algo tan familiar para la población en general como la prima de riesgo. Era una herramienta para favorecer la privatización de las cajas, una de las privatizaciones más graves de la historia de este país.

Tiene por objeto gestionar los procesos de reestructuración de entidades de crédito y contribuir a reforzar los recursos propios de las mismas, en los términos establecidos en dicho Real Decreto- ley.

En principio, nueve mil millones procedentes de los contribuyentes y del fondo que se creó para garantizar que le devuelven a los depositarios el dinero depositado. Ya sabemos que ocurrió con 4465 millones, que Bankia no los devolvió al Estado.

– Se han rescatado a Caja Castilla La Mancha (6 mil millones), Cajasur (1100), CAM (6 mil), Unimm (3 mil), Novacaixagalicia (3 mil quinentos), Banco de Valencia (3 mil), ya sea con préstamos fáciles o ya sea con acciones ya sea con deuda convertible en acciones.

-En todo este tiempo se han dado cantidades enormes de avales a emisiones de deuda de las entidades financieras. Cada Presupuesto General del Estado desde hace años abría una línea de avales hasta los 200 mil millones de este año. Si hubiese una quiebra de entidades de crédito el Estado se tendría que hacer cargo de ese volumen gigantesco de deuda. Para que se hagan una idea de su desarrollo, vean las emisiones avaladas este año, hasta junio.

– Es estimable toda esa transferencia de capital del Estado a los bancos y su fianza. Pero quizá la mayor de las ayudas haya venido de la facilidad de crédito del BCE. Hablamos de centenas de miles de millones que fueron a parar a manos de estas entidades de crédito a bajos tipos de interés. Siempre hemos criticado que estos créditos se volvían contra el interés general, ya que esas mismas entidades luego usaban la ayuda contra el interés general, participando en la especulación sobre las emisiones de deuda pública, en un caso evidente de ingratitud.

– Pero además de todos esos préstamos y adquisiciones de acciones se ha procedido a una facilitación de la corrección de su situación permitiendo irregularidades que han tenido graves consecuencias. El cambio de las normas contables para falsificar los balances y anotar el valor de los activos inmobiliarios a precios anteriores a su derrumbe provoca una falta de credibilidad en «los mercados», lo que es castigado dentro de su lógica con operaciones de encarecimiento del coste de la deuda, con lo que al final la deuda pública crece mientras de estas entidades desciende.

– También se han permitido dos grandes fraudes: las preferentes, sin devolución o con vencimiento a largo plazo a personas que creían contratar un simple depósito a plazo fijo. La otra estafa es la oferta pública de acciones ocultando la realidad que había detrás de la entidad. Con el escaso control en esas dos técnicas de los bancos por obtener fondos, el Estado o una institución como el BCE no pierden recursos públicos, sino que el banco con engaño los consigue directamente de la población.

– Después de referirme a los contribuyentes y los ahorradores-inversores, faltan por identificar otras víctimas sociales del proceso de socialización de las pérdidas de las entidades de crédito. Me refiero a los beneficiarios de las actividades sociales y culturales de la Obra Social. Sin tener en cuenta su elevación en los años de la burbuja, años no significativos, podríamos calcular que la población en general pierde unos mil millones de inversión social y cultural.

– Otros damnificados serán los trabajadores, que seguramente recibieron las presiones para engañar a los clientes empujándoles a contratar créditos, planes de pensiones, planes de inversión, preferentes, … Dentro de la reestructuración «ordenada» del sistema financiero los expedientes de regulación de empleo serán no-pan de cada día.

– Esa misma reestructuración potenciará el oligopolio en el sector, cuando los apologetas de este sistema capitalista han hablado de lo saludable que es la competencia. Los clientes tendrán más difícil el portazo, porque las opciones que da el sistema son igual de amables a la entrada e igual de antipáticas en la salida.

En resumen, contribuyentes, ahorradores, trabajadores, clientes y beneficiados de la Obra Social costearán la configuración del capitalismo que viene, más excluyente, más dominante, más dependiente de los capitales exteriores.

Samuel García Arencibia, autor del blog Utópico terminando el prólogo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.