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Inversiones incómodas

Fuentes: Radio Nederland

El rifirrafe entre el Gobierno español y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en el cierre de la Cumbre Iberoamericana en Chile, sirvió para visualizar la creciente tensión entre las empresas españolas y algunos gobernantes latinoamericanos. ¿Pero hasta qué punto tienen influencia las empresas españolas en la región? Hay quienes opinan que la inversión española […]

El rifirrafe entre el Gobierno español y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en el cierre de la Cumbre Iberoamericana en Chile, sirvió para visualizar la creciente tensión entre las empresas españolas y algunos gobernantes latinoamericanos. ¿Pero hasta qué punto tienen influencia las empresas españolas en la región?

Hay quienes opinan que la inversión española ha sido crucial en momentos tan difíciles para América Latina como sucedió a comienzos de los 90 y otros en cambio, piensan que las multinacionales españolas sólo han generado riqueza para sus socio y para las elites latinoamericanas.

Si miramos las cifras, la verdad es que España tiene mucho que cuidar en el continente latinoamericano. Según un estudio realizado por el Observatorio de Multinacionales en América Latina, una empresa como Telefónica, con presencia en 19 países en la región, obtuvo en el 2005, un beneficio neto de 4.445,8 millones de euros, un 40% más al obtenido el año anterior. Estos ingresos constituyeron el 41,5 % del beneficio total de la compañía.

Lo mismo parece ocurrir con el Banco de Santander que consiguió un beneficio de 6.220 millones de euros en 2005, la cifra más alta de la historia lograda por alguna empresa española, lo que supone un aumento del 72,5% respecto al año anterior, según fuentes de OMAL.

De todas las empresas que operan en la zona, cuatro de ellas son líderes en sus respectivos sectores: Repsol YPF es la mayor empresa petrolera de América Latina; Telefónica lidera el sector de las telecomunicaciones; Endesa domina el mercado de la electricidad y el Santander es el mayor banco de los que operan en la región.

Buenas y malas relaciones

Para Carlos Malamud, investigador para América Latina del Instituto El Cano, las relaciones de las empresas españolas con los gobiernos, en algunos países son inmejorables, en cambio en otros, presentan dificultades. En los casos de Colombia, Chile y México, por ejemplo, según Malamud, las reglas del juego son claras y las empresas españolas operan sin ninguna complicación.

Sin embargo, Erica González de OMAL, al referirse a la visible incomodidad con determinados gobiernos de corte izquierdista que parecen tener algunas empresas españolas, advierte que el malestar no parte de una razón política o ideológica sino del cambio de legislaciones. González afirma que buena parte de la rápida expansión de las empresas españolas, se debió, a la flexibilidad y a las enormes ventajas que los gobiernos de finales y principios de los 90, les dieron a las compañías. «Ahora hablan de inseguridad jurídica, cuando en aquella época, se aprovecharon de las ventajas de otras inseguridades jurídicas y de muchos vacíos de la ley».

Este debate parece sólo haber comenzado. Y no sería de extrañar que declaraciones como las del presidente Hugo Chávez, acerca de que revisará de cerca las actuaciones de las empresas españolas en su país, se repliquen por otras partes del continente.