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¿Invertir en educacion o generar empleos? una falsa dicotomia

Fuentes: cadtm.org

El principal argumento empleado para intentar explicar el nivel tan exiguo que exhibe el Gasto en Educacion por habitante en Nicaragua, sencillamente atribuye esto, al hecho de que el ingreso percápita del país también es muy exiguo. Se arguye que un país tan pobre, con un ingreso percápita tan reducido, similar al de Honduras y […]

El principal argumento empleado para intentar explicar el nivel tan exiguo que exhibe el Gasto en Educacion por habitante en Nicaragua, sencillamente atribuye esto, al hecho de que el ingreso percápita del país también es muy exiguo. Se arguye que un país tan pobre, con un ingreso percápita tan reducido, similar al de Honduras y Bolivia -los otros dos paises mas pobres de AL, junto a Nicaragua, despues de Haiti- dispondrá de muy pocos recursos para invertir en el Gasto Social, por lo cual este Gasto necesariamente resultará ser también bastante pobre.

No obstante, cuando comparamos el Gasto en Educacion percápita de Nicaragua con estos otros países de América Latina, cuyo ingreso percápita es similar al de nuestro país, encontramos que la explicación del excesivamente reducido tamaño del Gasto de Educacion percápita de Nicaragua, al parecer reside, no sólo en la escasez absoluta de recursos como producto del reducido tamaño de la economía, sino que también, en una GRAN medida, en la prioridad relativa EXAGERADAMENTE BAJA que Nicaragua asigna a dicha inversión.

De acuerdo con datos de la CEPAL, el Gasto Público en Educacion percápita de Nicaragua en 2002-2003 fue cercano al 46% del del Gasto percápita de Honduras y el 48% del de Bolivia: en ambos casos, menos de la mitad.

Incluso, Nicaragua invierte comparativamente mucho menos en educacion que paises con un ingreso percapita mucho menor.

Mientras en promedio los paises de menor ingreso del planeta invierten en promedio el 13% del PIB percapita por alumno de ensenanza secundaria, Nicaragua invierte apenas el 5%. El promedio de AL es 18%.

Lo que es peor, mientras el gasto por estudiante de ensenanza secundaria en los paises de menor ingreso, AL, y en casi todo el mundo, es muy superior en promedio al de ensenanza primaria – porque mientras en primaria un maestro ensena todas las materias, la educacion secundaria requiere diferentes profesores con conocimiento especializado en diferentes materias, libros de textos más grandes a lo largo de más materias, otros materiales didácticos – en Nicaragua el gasto por estudiante de secundaria resulta ser MENOS DE LA MITAD del gasto por estudiante en educacion primaria.

Es decir, lo que ocurre en Nicaragua no es ni siquiera tipico de un pais pobre, es una completa y total aberracion

Como resultado, los indicadores educativos de Nicaragua son tambien muy pobres.

Comparando la tasa de supervivencia al quinto grado de Nicaragua con la de Bolivia, otro país integrante de la Iniciativa HIPC que es exactamente tan pobre como Nicaragua, encontramos que, mientras en nuestro país sólo el 58 8% de los integrantes en una cohorte que se matriculan en primer grado en algún momento alcanzaron el quinto grado, en Bolivia lo hacía el 86.4%.

Inclusive, si comparamos el valor de este indicador en Nicaragua con el que el mismo alcanza en promedio, en los países más pobres del planeta, encontramos que la tasa de supervivencia al quinto grado en estos países es del 72.2%, frente al 58.6% de Nicaragua. Los países del Sur de Asia, que también son países sumamente pobres, alcanzan un valor de 77.1% para este indicador, muy superior al de Nicaragua.

Por su parte, la tasa de escolaridad secundaria neta de Nicaragua es similar a la de Mozambique, un país de África país cuyo ingreso percápita (en US$ corrientes) es cerca de 60% inferior al de Nicaragua, y de otros países de muy bajo ingreso percápita como Gambia (68% inferior al de Nicaragua), Kenya (42% inferior), Bangladesh (48% inferior), mientras que la tasa de escolaridad neta de secundaria de Bolivia, cuyo ingreso percápita es similar al de Nicaragua. se eleva hasta el 73.6%, casi el doble de la de Nicaragua.

Tampoco se puede eludir el punto de la extramadamente baja prioridad asignada a la educacion, argumentando que la prioridad es crear empleos, mas que invertir en educacion, porque la razon de que en Nicaragua se invierta tan miserablemente poco en educacion, no esta en que se invierta comparativamente mas en promover la creacion de empleos, por ejemplo la inversion en infraestructura basica, que tambien es misera

Por lo demas, existe un problema con respecto al tipo de empleo u ocupacion que puede absorber a la fuerza de trabajo en Nicaragua, la cual muestra los niveles de calificacion mas bajos de la region.

De hecho, en Nicaragua la tasa de desempleo abierto es bajisima, es decir que la economia esta creando el numero de empleos necesario para absorber a la mayoria absoluta de los jovenes que se estan incorporando al mercado laboral.

Ahora bien, la mayor parte de estos empleos, mas del 80%, se estan creando en la agricultura, en primer lugar, y en segundo lugar en el comercio y los servicios informales. El tipo de empleos que alli se crean, demandan el tipo de fuerza de trabajo con el nivel de calificacion que predomina en Nicaragua: analfabeta, analfabeta funcional, o un poco por encima del umbral del analfabetismo funcional. Crean empleo precario, informal, de bajisima productividad, y bajisimas remuneraciones, que mantiene a quienes los desempenan bajo el umbral de la pobreza absoluta.

La inversion local y extranjera que podemos denominar grande, que en general crea empleo formal, o de mayor calidad, y que genera alrededor del 8% del empleo total en Nicaragua, absorbe predominantemente a la fuerza de trabajo con un mayor nivel de calificacion relativa. En general estas inversiones requieren, por un lado, menos fuerza de trabajo en terminos comparativos que antes, y por otro, requieren, cada vez mas, de fuerza de trabajo con un umbral minimo mas alto de escolaridad y calificacion, que antes. El problema se reproduce con diferentes escalas en toda AL

Centremonos en el segundo aspecto. Los empleos formales de cierta calidad, en la actualidad requieren mayor calificacion relativa que antes: este es un fenomeno que se esta verificando en toda la region. Los mismos empleos que antes, ahora requieren ser ocupados por personas con mucha mas calificacion que antes. Inclusive, para trabajar en la maquila, se requiere por lo menos la primaria. Pero la mayoria de los jovenes que ingresa al mercado laboral nicaraguense con costo alcanza el 4to grado (con una calidad lamentable de la educacion recibida), y el 5to lo alcanzan una minoria, y principalmente en las zonas urbanas.

El 76% de los menores de 18 anos proviene del 60% mas pobre de los hogares, y el 60% de ese 76% proviene de las zonas rurales. El nivel de escolaridad que alcanzan, es dramaticamente bajo, para las demandas del presente siglo. La mayoria absoluta de ellos esta condenada, desde ahora, a vivir el resto de su vida en la pobreza mas absoluta.

En cierto sentido, nuestra sociedad desigual, esta cosechando lo que sembró: al cerrar a los niños y niñas de los hogares de menores ingresos -que constituyen la mayoría absoluta de los niños- el acceso a una educación suficiente y de calidad, se condenó al país a tener hoy una fuerza de trabajo de bajísima calificación, la cual únicamente puede ser absorbida por el tipo de empleos que, de manera predominante, esta generando nuestra economía.

Esto, a su vez, reproduce las desigualdades. La limitada escolaridad promedio que alcanzan los jóvenes provenientes de los hogares de menores ingresos, que son la absoluta mayoria, los condena a acceder a empleos precarios, de muy baja remuneración, que los mantendrán bajo los umbrales de la pobreza en la edad adulta. Las exigencias en términos de calificaciones de los empleos de buena calidad laboral los hacen inaccesibles para porcentajes significativos de la población, precisamente aquellos que se ubican en los quintiles inferiores de la distribución del ingreso, que obtienen niveles educativos muy bajos.

Pensar que uno puede insertarse con posibilidades minimas de exito en la economia mundial, con estos niveles de escolaridad de la fuerza de trabajo, mientras se le otorga a la inversion en educacion una prioridad relativa muy inferior a la que le otorgan muchos de los paises mas pobres del planeta, es un terrible error.

Lo que es más, en el futuro, las exigencias en términos de calificación de los empleos de calidad los harán cada vez más inaccesibles para porcentajes cada vez más significativos de la población, que obtienen niveles educativos extremadamente bajos. En efecto, los requerimientos educativos asociados a los empleos del actual modelo se relacionan cada vez mas con estándares internacionales y quienes llenan estas características perciben los mayores ingresos. Pero quienes pueden hacerlo, son proporcionalmente muy pocos, porque la mayoria absoluta no llena siquiera standares minimos de calificacion.

Por otra parte, el hecho de que desde ya se esté predeterminando un nivel bajísimo de escolaridad promedio de la fuerza de trabajo para las próximas décadas -que con frecuencia la coloca debajo de los umbrales del analfabetismo funcional-, es una noticia verdaderamente desastrosa para las perspectivas de futuro del país y gran parte de la población que lo habita.

El hecho de que extensos segmentos de la población se vean condenados, por una sociedad sustentada en altísimos niveles de desigualdad, a insertarse en la vida económica y social con niveles bajísimos de dotación de capital humano, determina que el nivel promedio de dotación de capital humano del país, como tal, sea también muy bajo.

Dado el papel fundamental que según toda la moderna teoría económica, y toda la evidencia disponible, desempeña el nivel promedio de dotación de capital humano de un país, y su tasa de acumulación, los niveles promedios tan exiguos que evidencia la sociedad nicaragüense, significan que la economía, el país, y la población, se están quedando sin perspectivas básicas de futuro.

En una economía mundial cruda y crecientemente competitiva, las posibilidades de los países, y de las personas, de insertarse en ella con posibilidades siquiera mínimas de éxito, dependerá de que hayan logrado desarrollar o no una capacidad básica de asimilar el conocimiento y la tecnología. Aquellos que no logren hacerlo, se verán «dejadas fuera» sin ningún tipo de contemplación.

Por lo demás, un país cuyos jóvenes en su gran mayoría no tienen posibilidades de acceder a una escolaridad suficiente y a una educación de calidad, ni a empleos con ingresos medianamente dignos, es un candidato para que se profundicen cada vez más los procesos de descomposición y anomia social, y de creciente ruptura de los lazos de solidaridad y cohesión social

El problema se agrava por las tendencias socio-demograficas prevalecientes. Como ha dicho un Representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP): «La oportunidad demográfica que se está abriendo es por una única vez y por un tiempo limitado. Su aprovechamiento exige desde ahora flujos de inversión publica suficientes y bien dirigidos. Exige también políticas públicas adecuadas para garantizar que los jóvenes entren a los mercados laborales y lo hagan con un buen nivel de educación, capacitación y salud. Si esto no se hace a tiempo, es decir, desde ahora, la oportunidad se convertirá en una catástrofe social por los altos niveles de desempleo, inseguridad ciudadana y de emigración masiva al exterior que sin duda se agudizarían».