Irán rehusó a aceptar el dólar estadounidense como moneda para el pago a sus exportaciones de petróleo, y como explicó recientemente el ministro de Petróleo iraní, Gholam Hossein Nozari, ‘ahora el crudo iraní será comerciable en cualquier divisa a excepción del dólar estadounidense’. Para renunciar al dólar Irán se preparó durante largo tiempo, y en […]
Irán rehusó a aceptar el dólar estadounidense como moneda para el pago a sus exportaciones de petróleo, y como explicó recientemente el ministro de Petróleo iraní, Gholam Hossein Nozari, ‘ahora el crudo iraní será comerciable en cualquier divisa a excepción del dólar estadounidense’.
Para renunciar al dólar Irán se preparó durante largo tiempo, y en los dos años últimos, ese país comenzó a reducir paulatinamente la recepción de petrodólares. Entre los motivos para abandonar la moneda estadounidense, la parte iraní indicó su continua devaluación. ‘La caída de la cotización del dólar ha ocasionado pérdidas considerables a los países exportadores de petróleo. Ya no hay confianza en esa moneda’, citaron fuentes oficiales iraníes. Sin embargo, también hay razones políticas, como declaró a finales de noviembre, el presidente del parlamento iraní, Ghulam Ali Haddad Adel, en Bakú, capital de Azerbaiyán, ‘la realización de operaciones de comercio mundial en dólares permiten a Estados Unidos ejercer presión a los países’.
Objeciones al dólar como unidad de pago en el mercado mundial de hidrocarburos también expresaron algunos líderes de los países integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Especialmente el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Ahmadineyad propuso a los países del cartel adoptar otra divisa para tramitar las ventas de crudo: ‘las transacciones de comercio y económicas que actualmente hace la OPEP en dólares (EEUU) deben de efectuarse en otra moneda más fiable’, subrayó. A pesar de la influencia de Irán en la OPEP, al ser el segundo exportador de la organización, la propuesta de Ahmadineyad no obtuvo el respaldo de la mayoría de los miembros del cartel. En noviembre, Arabia Saudita logró bloquear la propuesta de Irán y Venezuela de comenzar debates en el seno de la OPEP sobre la conveniencia de la venta en dólares del crudo producido por la organización petrolera. Pero en diciembre, seis países del Golfo Pérsico de nuevo valorarán las po sibilidades de negociar su petróleo en otras divisas.
En este sentido, cabe destacar que el 30 de noviembre, en Nueva York, el vicepresidente del consorcio ruso Gazprom, Alexandr Medvédev declaró que su empresa estudia variantes para vender petróleo y gas en rublos, la moneda rusa, en lugar del dólar estadounidense y el euro. Fuentes del consorcio afirmaron que la medida es una respuesta a la situación actual en los mercados financieros, y aunque no se anunciaron fechas oficiales, expertos de la empresa aseguran que la resolución del asunto, ‘está a la vuelta de la esquina’.
Frente a una prolongada devaluación del dólar, es evidente que cualquier tipo de exportación que se tramite en esa divisa pierde rentabilidad. Especialmente si se trata de gas, cuyo precio se establece en contratos a largo plazo.
Este es un factor desfavorable para el vendedor porque durante el período de cumplimiento de esos contratos, el dólar se desvaloriza entre el 15% y el 20 %.
En lo que va del presente año, el dólar se ha debilitado un 10 % en comparación de otras divisas.
En consecuencia, se ha reducido los beneficios de los proveedores rusos de petróleo y gas, y en general, de la mayoría de los exportadores de recursos energéticos.
Es indiscutible el hecho de que a nivel mundial ocurre una pérdida del interés por el dólar, mientras que el euro comienza a adquirir cierta preferencia, aunque tampoco en todas partes.
La activa diversificación de las operaciones comerciales en otras divisas ilustra de forma muy exacta esa tendencia. Por ejemplo, en 2005 el volumen de transacciones internacionales en divisas diferentes al dólar y al euro fue del 8,1% del total. En lo que va de año, ese índice ya superó el 18 %, y como suponen los especialistas, ese tipo de operaciones cada vez será más alto.
Muchos países han renunciado a vincular su moneda nacional al dólar estadounidense y comienzan a estructurar sus reservas soberanas en las denominadas ‘cestas de divisas’.
El Consejo de Cooperación de Países del Golfo Pérsico integrado por los exportadores de hidrocarburos más importantes del área declaró intenciones de crear una unidad monetaria regional, el ‘dinar del Golfo’ o Islamic-Gold-Dinar que puede entrar en circulación en un plazo de tres años, con la importancia del dólar (EEUU) y el euro.
Una moneda que el mercado financiero mundial será muy influyente porque en el mencionado consejo se encuentran países como Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos (EAU), Kuwait, Qatar, el Sultanato de Omán y Bahrain.
A finales de noviembre de 2007, el gobernador del Centro Financiero Internacional de Dubai, Omar bin Sulaiman anunció que al menos tres países productores de petróleos de la Península Arábica tienen intenciones de desvincular sus monedas del dólar estadounidense.
En 15 de noviembre pasado, el gobernador del Banco Central de los EAU, Sultan Naser al-Suveidi, en parte confirmó la noticia al declarar que su país desvinculará la moneda nacional el dirham del dólar estadounidense y tomará como referencia una cesta de divisas.
El funcionario opinó que la debilitación de la moneda estadounidense continuará, lo que obliga a países como el suyo introducir medidas para contrarrestar los efectos negativos de ese proceso.
A comienzos de 2007, China también decidió librarse de una parte considerable de dólares estadounidenses que tenía acumuladas en sus reservas soberanas.
Actualmente, la cuota de dólares en sus relevas de oro y divisas alcanzan los 800.000 millones de dólares. La mayor parte de esos activos son bonos estatales emitidos por el ministerio de finanzas de EEUU. Se espera que a finales de año, China tenga en sus manos bonos del Gobierno estadounidense por un monto equivalente a un billón de dólares.
La nueva actitud de China con respecto al dólar además de socavar en cierta forma la confianza global del dólar, también aumentará la cuota de obligaciones de la Unión Europea y otros países vecinos en las arcas de las reservas soberanas chinas.
Expertos pronostican que la cuota en dólares en las reservas chinas puede reducirse un 15 %, una suma considerable si se tiene en cuenta que el 1 % de las reservas chinas tienen un valor equivalente a 14.500 millones de dólares.
Al respecto, a comienzos del pasado mes de noviembre, el gobernador adjunto del Banco Central de China, Su Tsan, declaró lo siguiente: ‘Como divisa mundial el dólar estadounidense no es sólido, su capacidad crediticia es baja, y estimo que en 2008 continuará debilitándose porque el déficit comercial de EEUU será mayor’.
Al mismo tiempo, Pekín de forma enérgica promueve el yuan, su moneda nacional en Asia y otras partes del mundo. El Gobierno chino de forma metódica transfiere a yuanes sus cuentas con países vecinos y también las inversiones extranjeras. Además, en la economía china los últimos años ha aumentado notablemente la influencia de la libra esterlina británica. Actualmente, la moneda británica es la tercera entre las divisas mundiales más usadas. Desde el año 2000 hasta el 2007 el volumen de libras esterlinas acumulados en el mundo subió del 2,8% al 4,2 %.
Evidentemente, es imposible renunciar de forma total e inmediata al dólar estadounidense como reserva monetaria mundial, porque esto puede desatar el colapso global de las finanzas. No obstante, cada vez son más claros los indicios de que la mayoría de países comprenden la urgencia de reformar el sistema basado en el dólar.
Es comprensible que los primeros en apoyar la propuesta son los países adversos a EEUU como Irán y Venezuela. Pero en pos de ellos, también se encuentran aquellos países cuyo bienestar depende directamente de la moneda estadounidense, como los propietarios de reservas récord en dólares (China), y los exportadores de hidrocarburos (países árabes, Rusia, Irán y Venezuela).
En el caso del petróleo y el gas, la renuncia a las cotizaciones en dólares conduciría a una reforma del todo el sistema actual de las transacciones de estos productos que se tramitan en dólares en las bolsas de Nueva York y Londres.
Este actual sistema permite situaciones cuando los países productores de crudo no tienen posibilidades de influir en los precios de sus productos.
En esa situación se encuentra Rusia y otros productores porque en los últimos años, también se han debilitado los mecanismos que tenía la OPEP para influir en los precios del crudo.
Desde el punto de vista de los productores, la situación cuando el precio de los hidrocarburos depende de los países consumidores no es normal.
Aprovechando el momento de la debilitación del dólar y las expectativas psicológicas que esto conlleva, los productores de crudo emprenden esfuerzos para desmontar ese sistema desfavorable de control de los precios del crudo por parte del comprador.
A favor de esto, también influye el alto precio de los hidrocarburos y los temores de la pronta extinción de sus reservas. El momento es más que oportuno. Ahora sólo resta esperar que la consolidación de los países productores se extienda al sector del gas (los primeros pasos para la creación de una OPEP del gas se marcó en Doha, Qatar, en marzo de 2007). Es evidente que la venta de crudo en euros, rublos o dinares no es asunto de un día. No obstante, el paso emprendido por Irán, sobre todo si es emulado por otros países productores de petróleo, puede minar seriamente la omnipotencia del dólar en el comercio mundial.