«El Estado es todo el complejo de actividades prácticas y teóricas con las cuales la clase dirigente no solo justifica y mantiene su dominio, sino también logra obtener el consenso activo de los gobernados» Antonio Gramsci La ofensiva de restauración del neoliberalismo en la región Nuestramericana y Caribeña no es solo una amenaza inusual, es […]
Antonio Gramsci
La ofensiva de restauración del neoliberalismo en la región Nuestramericana y Caribeña no es solo una amenaza inusual, es inminente y real, de manera continuada vienen coartando la voluntad popular imponiendo su régimen de Estado absoluto para garantizar su existencia, siguen utilizando el llamado golpe de Estado, golpe parlamentario, golpes electorales, juicio político, entre otros mecanismos perversos contra los países que luchan por su verdadera independencia.
El despertar fecundo en el continente a inicios del siglo XXI de nuevas formas de hacer política con la democracia participativa y protagónica, por más incipiente que sea, abrió la posibilidad de una nueva unidad de la dirección política, intelectual y moral. Todas esas conquistas vienen de una carga histórica de lucha que falla hacia los interese hegemónicos del gran capital.
Ante esa nueva propuesta política, económica, social que genera cambios culturales unionistas en la región, a los sectores dominantes no le queda otra salida que apelar a la fuerza, la coerción, la violencia desde los aparatos represivos, policiales, militares y paramilitares, se apoyan de los monopolios de los grandes medios de comunicación privados para la guerra psicológica, grandes empresarios para la guerra económica, bancos internacionales para la guerra y bloqueos financieros, lobby y diplomacia traicionera desde los organismos fracasados pro-imperiales. Estas prácticas políticas desnudan abiertamente la democracia burguesa porque imponen la injusticia política contra los intereses de la mayoría, todos ellos obligan también a repensar a los movimientos populares y los líderes revolucionarios la estrategia de emancipación en marcha.
La estrategia Obama de reconquistar su patio trasero está basada en neutralizar todos los movimientos progresistas o revolucionarios para posicionar su hegemonía imperialista contra la presencia de otras potencias mundiales, China, Rusia, son fuerzas emergentes que tienen también presencia real desde el BRICS y amenazan abiertamente sus intereses, derrotar a Dilma coartando la voluntad popular es posicionarse para debilitar estas alianzas, pero también es crear las condiciones para debilitar la UNASUR, CELAC, MERCOSUR para disponer a una ofensiva final contra la revolución martiana y bolivariana el ALBA, esta guerra de posiciones busca terminar siendo una suerte de Libia o Siria latinoamericanos, para justificar los llamados gobiernos de transiciones que no son otra cosa que los gobiernos de ocupaciones y nuevas colonizaciones.
Estas situaciones de injerencia e inestabilidad en la región son la que abren la posibilidad del renacimiento del fascismo para abonar las condiciones intervencionistas quebrantándolas como zona de paz para el continente, pero de la misma manera abren la posibilidad de trascender el debate político, económico, social, ideológico, cultural para la construcción de la verdadera democracia participativa y protagónica del pueblo. Se hace en pos de la defensa de la vida y para que la patria sea grande y, finalmente, para la humanidad.
Más temprano que tarde, desde la unidad de los patriotas, todos los movimientos populares y revolucionarios deben unir sus esfuerzos y sus banderas por la defensa de la nueva democracia amenazada, el reto no es solo defender a los gobernantes electos por el pueblo, es también con ello romper los mitos de la sociedad capitalista, romper toda la hegemonía en que se basa el conjunto de la sociedad y que hacen suyos la moral, los valores, las costumbres, las leyes y el respeto a las instituciones burguesas, que les son inoculadas mediante la cultura de masas, la educación, los medios de comunicación y otras vías.
La carga del tiempo histórico obliga a trascender a una nueva práctica política participativa y protagónica, el poder popular gobernando consolida en este campo de batalla llamada Nuestra América y el Caribe un gran poder constituyente continental, para ir hacia la gran refundación de la democracia secuestrada por las elites y que de forma continuada siguen burlando en su nombre para defender los intereses del gran capital.
«Una democracia sin pueblo es como un mar seco, o un río sin cauce»
«Si algún continente tiene un patrimonio intelectual cuajado con los años y un conjunto de propuestas profundas para el desarrollo integral y para la construcción de espacios alternativos, es la América Latina y el Caribe; patrimonio que quiso ser borrado»
Hugo Rafael Chávez Frías
Notas:
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Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecologico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecologia Paulo Freire (IALA)
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