Las gentes de bien conocemos la personalidad reaccionaria y el credo político Julio Borges, uno de los instrumentos más notorios del imperialismo norteamericano en la actualidad. Un instrumento es un objeto utilizable y desechable, un medio para un fin buscado por el sujeto que lo creado y que lo emplea, o que lo ha comprado […]
Las gentes de bien conocemos la personalidad reaccionaria y el credo político Julio Borges, uno de los instrumentos más notorios del imperialismo norteamericano en la actualidad. Un instrumento es un objeto utilizable y desechable, un medio para un fin buscado por el sujeto que lo creado y que lo emplea, o que lo ha comprado o sobornado o corrompido o cooptado para sus fines, aunque no lo haya creado. Por ejemplo, la Corona española no creó al nacionalismo pequeño burgués vasco, al PNV para entendernos, pero sí lo ha integrado y subsumido en su lógica subimpierialisa como instrumento muy importante en el saqueo de Nuestramérica.
La reciente presencia del Rey de los españoles y de su presidente Sánchez en Guatemala para reforzar la penetración del subimperialismo español en Nuestramérica es el nudo gordiano que, al romperlo, nos descubre las razones de fondo de la visita a Euskal Herria de Julio Borges en unas espurias jornadas de legitimación del papel de la burguesía vasca en el saqueo de Nuestramérica para mayor gloria del capitalismo español y del euroimperialismo. Que nadie se engañe porque lo primero es lo primero y en donde hay patrón no manda marinero: el PNV ha traído a Julio Borges a Bilbo para intentar intoxicarnos con sus reaccionarias ideas sólo después de que el poder español haya marcado líneas estratégicas en Guatemala, no antes. La burguesía vasco-española ha esperado obedientemente su turno secundario para, después, defender sus parciales intereses dentro del subimperialismo español.
Leyendo el programa de los XI Diálogos de Bilbao -«América Latina entre el drama, el populismo y la esperanza»- a celebrar el próximo 23 de noviembre en la sede oficial del PNV, con la participación de la autoritaria y militarista derecha democristiana europea del PED-EDP, vemos la participación de títeres de nula calidad intelectual-crítica pero de mucha simbología retrógrada, entre ellos el neofascista Julio Borges, que divagarán sobre su «democracia», sobre Europa, Venezuela, Chile y México. Todas y todos sabemos que estos llamados «Diálogos» son en realidad un montaje propagandístico que busca, como mínimo, cuatro objetivos:
Primero y fundamental, reforzar al muy desacreditado Julio Borges para multiplicar las agresiones a Venezuela aunque sea un instrumento de EEUU; segundo y muy importante, legitimar y facilitar la penetración del subimperialismo vasco-español y por extensión la del euroimperialismo en el contexto de múltiples tensiones en la zona sobre todo entre EEUU, China-Rusia y la Unión Europea, para que en el hipotético caso de que el neofascismo triturase Venezuela al menos se acordase de reservar una parte del botín de sangre al PNV por su apoyo a Julio Borges; tercero, intentar reforzar al PNV y a la derecha autoritaria y militarista dentro de la crisis generalizada que azota a la UE mostrando que puede ser un fiel defensor deL euroimperialismo ahora que el Brexit, la situación en los Estados español y francés, Polonia y el Este, Italia, etcétera, zarandean al capital europeo. Y cuarto, y no menos importante, atacar al arraigado y muy consciente internacionalismo solidario vasco, y si es posible crear tensiones en la socialdemocracia abertzale cuarteada por líneas euroimperialistas, por líneas de centro-derecha como las del Frente Amplio uruguayo e incluso noqueadas moral y políticamente por la bochornosa y humillante felicitación de EH Bildu a Donald Trump, inmoralidad de la que esta coalición debe autocriticarse cuanto antes, ya que pudre de raíz los esfuerzos solidarios de algunos de sus sectores hacia Venezuela y la humanidad explotada en general.
Si nunca se ha podido separar del todo la política internacional de la política nacional porque entre ambas siempre ha existido una unidad estratégica por encima de los oportunismos tácticos, ahora, en el capitalismo actual, esa unidad es todavía más estrecha e interactiva en sus dos polos. Existe una lógica irrompible entre la reacción del PNV en contra de la soberanía nacional de Argentina cuando nacionalizó Repsol-YPF en abril de 2012, exigiendo al Estado español que tomara medidas contra el pueblo argentino porque su ejercicio de independencia había enflaquecido la tasa de ganancia del subimperialismo vasco-español, y la actual presencia de Julio Borges, de un instrumento de la feroz violencia de EEUU contra Venezuela y Nuestramérica, en Bilbo. Entre los más de siete años transcurridos desde entonces, la crisis pavorosa de la Tercera Gran Depresión ha sido utilizada por la fracción financiero-especulativa de la gran burguesía mundial para enriquecerse como nunca antes mientras que la humanidad trabajadora ha sido golpeada y empobrecida en sus condiciones de vida y trabajo, a la vez que el imperialismo en su conjunto ha multiplicado las agresiones de todo tipo contra Venezuela. Pero las resistencias antiimperialistas no cejan y por eso, para derrotarlas, el PNV trae a Euskal Herria al liberticida Julio Borges.
El mensaje que este liberticida va a dar en Bilbo es aplicable en lo esencial contra el pueblo trabajador vasco. Si en Venezuela las guarimbas fascistas asesinaron a placer, aquí el PNV ha protegido a los asesinos de Íñigo Cabacas, pero allí la justicia condenó a muchos de ellos. Si la derecha apátrida de Venezuela se arrodilla ante Trump y pide la dolarización de la economía, aquí el PNV dice que no puede ayudar a las y los trabajadores de la Naval más allá de los permitido por la Unión Europea y el Estado español, y además aconseja al Gobern Catalá que se postre ante la dominación española. Si allí la derecha vendepatrias es salvajemente neoliberal, aquí el PNV escatima hasta el último céntimo las inversiones en salarios indirectos, ayudas públicas y servicios sociales que tiene que devolver una población cada vez más empobrecida, cediendo sólo cuando la lucha de clases le obliga a ello.
En la sede de Sabin Arana Fundazioa se van a reunir, por tanto, algunos representantes de la derecha reaccionaria. Admiramos a los pueblos trabajadores de Chile y México, y a la humanidad explotada en su conjunto; defendemos y defenderemos a Venezuela… Lo hacemos porque en esa sede estará el mismo enemigo imperialista que nos oprime allí y aquí. No son distintos, son el mismo monstruo, la misma clase social burguesa. Subvalorar, olvidar o negar esa verdad objetiva y creer que a la fiera se le puede amansar con solo aceptar sus leyes y su parlamento, es un error suicida. La desesperación y la irracionalidad de Julio Borges surgen precisamente del hecho de que el pueblo venezolano, pese a las limitaciones ingentes y a los errores cometidos, sigue manteniendo vitales recursos de poder sociopolítico, económico y de defensa armada, recursos de poder que el PNV no necesita porque vive y se enriquece cómodamente protegido por el Estado español. En el fondo, Julio Borges quiere lo mismo: que Venezuela sea una región autónoma de EEUU, como Vascongadas lo es del Estado español.
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